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Hacia un nuevo paradigma del sector inmobiliario

El sector inmobiliario está experimentando una transformación profunda, impulsada por diversos factores: cambios en el uso de los espacios, nuevas tendencias demográficas, un entorno financiero cambiante y la irrupción de nuevas tecnologías

Varios edificios en el barrio del Born, en Barcelona | iStock
Varios edificios en el barrio del Born, en Barcelona | iStock
Ferran Piqué | VIA Empresa
Economista y consultor
Barcelona
09 de Febrero de 2025

Las personas pasamos, de media, el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores. Casi 22 de las 24 horas diarias transcurren en lugares como el hogar, la oficina, la escuela o el hospital. Esto hace que el inmobiliario sea uno de los sectores que mejor refleja los cambios sociales y económicos de una sociedad, y que más atención y preocupación genera. La pandemia fue un claro ejemplo de esta dinámica, acelerando la transformación de espacios residenciales hacia entornos híbridos donde conviven trabajo y vida personal.

 

Así como la sociedad evoluciona, el sector inmobiliario está experimentando una transformación profunda, impulsada por diversos factores: cambios en el uso de los espacios, nuevas tendencias demográficas, un entorno financiero cambiante y la irrupción de nuevas tecnologías. Estos elementos están configurando nuevos patrones de demanda y redefiniendo las estrategias de inversión y desarrollo. Algunos de los impactos más destacados de esta transformación son:

  • Las oficinas: La pandemia ha alterado profundamente la demanda de espacios corporativos. Muchas empresas han adoptado modelos de teletrabajo y trabajo híbrido, reduciendo la necesidad de grandes sedes corporativas.
  • Vivienda y nuevos modelos de convivencia: El aumento de los precios de la vivienda ha impulsado opciones alternativas como el alquiler multifamiliar y los espacios de co-living.
  • Residencias para personas mayores: El envejecimiento de la población ha hecho crecer la demanda de viviendas adaptadas y centros residenciales especializados.
  • N nuevos activos para los inversores: Los inversores buscan activos más resistentes a los ciclos económicos, como residencias de estudiantes, clínicas privadas, centros sanitarios o data centers.

La habitabilidad, la sostenibilidad, la resiliencia y la asequibilidad no solo representan retos, sino también grandes oportunidades para mejorar la calidad de vida y construir ciudades más eficientes

  • Financiamiento alternativo: La creciente regulación bancaria ha impulsado el crecimiento de la deuda privada y los fondos de crédito alternativo como nuevas fuentes de financiamiento inmobiliario.
  • Riesgo climático e inversión: Los inversores están comenzando a integrar el riesgo climático y de transición en sus decisiones de inversión, valorando edificios más sostenibles y resilientes.

Ante este escenario, el reciente informe Reimagining Real Estate: A Framework for the Future del World Economic Forum sobre el sector inmobiliario identifica cuatro grandes ejes que marcarán el futuro del sector:

 

1. Habitabilidad y bienestar

Las oficinas de Accenture en Barcelona | EP
Las oficinas de Accenture en Barcelona | EP

El diseño de los espacios está evolucionando para dar respuesta a las nuevas necesidades de la sociedad. Con el teletrabajo consolidándose y la salud mental convertida en una prioridad, los edificios deben ser más flexibles, confortables y saludables.

En las oficinas, se priorizan espacios abiertos que fomenten la colaboración y la creatividad, mientras que en las viviendas se buscan soluciones multifuncionales que permitan combinar trabajo y vida personal sin sacrificar calidad de vida.

A escala urbana, se consolida la tendencia hacia ciudades compactas y sostenibles, con zonas verdes, una mejor red de transporte público y servicios esenciales accesibles a pocos minutos de distancia.

2. Sostenibilidad y descarbonización

El sector inmobiliario es responsable de casi el 40% de las emisiones globales de CO₂, y la mayor parte de los edificios actuales continuarán en vigor en 2050. Esto hace imprescindible avanzar hacia la descarbonización del sector.

El reto principal es reducir tanto las emisiones operacionales (derivadas del consumo energético) como las emisiones incorporadas (relacionadas con la construcción y los materiales).

3. Resiliencia ante riesgos ambientales y económicos

Los riesgos climáticos y económicos han puesto en evidencia la vulnerabilidad del sector inmobiliario ante crisis inesperadas. Los promotores e inversores deben incorporar criterios de resiliencia para proteger sus activos y adaptarse a nuevas realidades.

  • Soluciones basadas en la naturaleza: La integración de espacios verdes, cubiertas vegetales e infraestructuras de agua resilientes pueden mitigar los efectos del cambio climático.
  • Construcción de edificios más resistentes: Materiales adaptados a fenómenos extremos, mejoras en el aislamiento térmico y medidas para reducir el impacto de desastres naturales.
  • Nuevos modelos de seguros y regulación: El aumento del riesgo climático está impactando los seguros inmobiliarios y las políticas de crédito, haciendo que la sostenibilidad sea cada vez más un factor determinante en las valoraciones de los activos.

4. Asequibilidad y crisis de la vivienda

Manifestantes frente a la Casa Orsola en Barcelona | ACN
Manifestantes frente a la Casa Orsola en Barcelona | ACN

En muchas ciudades del mundo, la falta de vivienda asequible se ha convertido en un problema estructural, limitando la movilidad social y económica e impactando en la cohesión social. Algunas de las medidas clave de futuro que se identifican son:

  • Nuevos modelos de promoción: Colaboración público-privada, esquemas de copropiedad y fondos de inversión enfocados a la vivienda social.
  • Incentivos fiscales y financieros: Subvenciones, bonificaciones y facilidades de financiamiento para proyectos de alquiler asequible.
  • Flexibilidad urbanística: Adaptación de las normativas para permitir nuevos modelos de vivienda y contribuir a revertir la escasez de oferta.

En conclusión, el sector inmobiliario está inmerso en una transformación profunda impulsada por cambios sociales, económicos y ambientales. La digitalización, las nuevas formas de trabajo y convivencia, la crisis climática y la necesidad de vivienda asequible están redefiniendo las prioridades y las estrategias de inversión. En este nuevo escenario, la habitabilidad, la sostenibilidad, la resiliencia y la asequibilidad no solo representan retos, sino también grandes oportunidades para mejorar la calidad de vida y construir ciudades más eficientes y adaptables: las ciudades del futuro.