En su viaje intergalàctic propulsat por la Declaración de Independencia, Cataluña vaga por la galaxia sola y aislada, sin reconocimiento internacional, saliendo disparada de la Unión Europea (UE). Pero más allá de la alianza de Estados del Viejo Continente, la pequeña Cataluña encuentra vida. Concretamente en una nebulosa que últimamente se encuentra en boca de todo el mundo: la EFTA, un club de Estados socio a la UE y alternativa viable para pasar la eternidad.
Las siglas EFTA responden, en inglés, a European Free Trade Association (Asociación Europea de Libre Comercio) y es un grupo de países integrado por Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein. Son un bloque de Estados que no pertenecen a la UE, perotienen una fuerte vinculación. Noquieren formar parte, pero comparten su espacio económico y social. A este grupo tambiénparticiparon la Gran Bretaña, Portugal, Austria, Dinamarca y Suecia. Todos los países de la EFTA -menos Suiza- forman parte, además, del Espacio Económico Europeo (EEE).
El EEE es el acuerdo que permite en los Estados de la UE y de la EFTA (excepto Suiza) participar del mercado interno de la UE,formen parte o no. Esto quiere decir que se benefician de la libertad de circulación de personas, bienes, servicios y capitales. Los países de la EFTA sebenefician como si fueran de la UE, pero a cambio adoptan la mayoría de las leyes de la UE y no reciben fondos europeos, pero tampoco aportan como los otros miembros. Eso sí, la EFTA contribuye a financiar el mercado único.
Según explica el economista de la Universitat Pompeu Fabra y la European Institute at the London School of Economics and Political Science, Elisenda Lamana, "las empresas de la EFTA están regidas por su propio convenio, esto las permite comerciar y hacer intercambios económicos y hacer inversiones sin ningún tipo de restricción porque la EFTA forma parte de la EEE." Por lo tanto, las compañías radicadas en estos países "pueden acceder al mercado único, no a todo, pero sí a una gran parte", mientras las organizaciones suizas tienen "acuerdos bilaterales".
También los ciudadanos "pueden ir a buscar trabajo o estudiar, establecerse como jubilado o familiar de trabajador y tener derecho a instalarse", apunta la experta, unos acuerdos que Suiza también tiene.
Lamana: "A la EFTA le interesa incluir 7 millones y medio de personas a su mercado y contar con un puerto en el Mediterráneo"
Los países de la EFTA no aplican las políticas exteriores, agrarias, pesquerías ni comerciales de la UE y pueden negociar acuerdos bilaterales con el resto de países del mundo.
Pero por qué la UE permite la existencia de la EFTA? Por qué los Estados de la EFTA no quieren formar parte de la UE? En los países de la EFTA no los interesa ser a la UE porque tienen unas "ventajas competitivas que, si estuvieran al mercado único, no tendrían". En este sentido, Lamana pone el ejemplo de Suiza: "Es un refugio fiscal. Si entrara, no lo podría ser. Noruega tiene mucha potencia pesquera y, si estuviera dentro del mercado único, la UE le aplicaría todas las normas de la política pesquería común".
Lamana avisa, pero, que "Cataluña ahora mismo no puede ofrecer ninguna ventaja competitiva", pero a la EFTA le interesa "incluir 7 millones y medio de personas a su mercado y contar con un puerto en el Mediterráneo".
Aún así, el nuevo Sido podría ser miembro? Absolutamente. El convenio constitutivo de la EFTA detalla que para formar parte sólo hay que ser un Estado y que el consejo lo acepte. Sólo hace falta voluntad política y el Estado español no podría impedirlo y no podría vetar la relación entre la UE y este club de Estados. En este sentido, el número tres de esta asociación de Estados, Georges Baur, afirmó en 2013 que en caso de que la UE cerrara las puertas en una Cataluña independiente, una alternativa sería formar parte de la EFTA.
Estados pequeños y cooperación
Baur afirmó que una Cataluña independiente sería "viable" si garantizara el mantenimiento de sus mercados exteriores y las condiciones de exportación que tiene actualmente. En esta línea, Baur advirtió que ser fuera de la UE podría dificultar las cosas en Cataluña sobre todo en el ámbito institucional, si bien no tanto a escala comercial, puesto que la rigidez que a veces presentan las instituciones a menudo queda "diluida" por los intereses económicos de los Estados miembros.
Baur: "Al resto de países europeos no los interesaría romper las relaciones comerciales con los catalanes sea cual sea la situación política"
El secretario general adjunto de la EFTA reconoció que Cataluña es un "bastión industrial" dentro del Estado español. Por eso cree que al resto de países europeos, sobre todo a los vecinos como Francia, no los interesaría romper las relaciones comerciales con los catalanes sea cual sea la situación política. "En mi experiencia tratando con la UE y los estados miembros, siempre he visto que las instituciones son más estrictas, y esto se diluye por los Estados miembros, que necesitan un punto de vista más realista". Así, considera que el resto de países probablemente valorarían que "no tiene sentido" romper los lazos económicos con el Principado.
Mantener los mercados exteriores del país, pues, sería clave para su éxito, asegura el liechtensteinès. No sólo para el tejido comercial e industrial, sino también para el sector financiero, expone. Para la supervivencia de los pequeños Estados -según algunas definiciones, son aquellos que tienen menos de 10 millones de habitantes-, es clave tener "acceso al libre mercado", señala Baur, que proviene de un pequeño país con una población de 36.000 personas.
El número tres de la EFTA asegura que los países como el suyo tienen un gran "sentido de la cooperación", puesto que la necesitan para sobrevivir. Leichtenstein, por ejemplo, no tiene ejército y, a pesar de no formar# parte de la UE, ha subscrito varios tratados internacionales como el de Schengen.
Fuera de la Galaxia
Pero en el supuesto de que el nuevo Estado catalán reconocido internacionalmente fuera boicoteado por todo el mundo, que pasaría a escala comercial? "Cuando estás fuera de todo, vagando por la galaxia, si estás reconocido internacionalmente, entonces se te aplican las normas Mosto Favoured Nation de la Organización Mundial del Comercio. Esto quiere decir que se aplican las condiciones comerciales más favorables en comparación con el resto de países", responde Lamana. Estas normas han ido reduciendo los aranceles entre los países queforman parte, casi todos los del mundo. De este modo, "no te pueden aplicar un arancel más grande que el de cualquiera otro país"; si el Principado "quiere comerciar con Etiopía y le aplica un 5% de impuesto a los productos franceses, entonces a los productos catalanes como máximo se le aplicará este arancel", explica la experta.
"Cataluña se vería muy perjudicada, podría comerciar, sí, pero incluso los vecinos aplicarían los aranceles", añade y avisa que "esto no tiene ningún tipo de sentido, si es una cuestión política". Lamana explica que también se puede intentar "cerrar acuerdos puntuales propios con ciertos productos, pero estos tratados son muy costosos porque hoy en día para cerrarlos se está años, porque los temas que cuesta cerrar son los legales, estándares de calidad, etc.". Y, hoy por hoy, "Cataluña no tiene un cuerpo diplomático potente para negociar".
"Cataluña podría ser un miembro de la EFTA, pero dar el paso de reconocerla significa tener un problema con España. Y en los primeros meses también será un tema bastante conflictivo. Estos países se tendrían que poner de acuerdo, no son muchos", apunta. Por lo tanto, remarca que "es más sencillo entrar a la EFTA que a la UE". Y este sería "un gran paso que puede facilitar muchas cosas. Entras al EEE y al mercado único, que es el objetivo que tendríamos que tener a nivel económico", indica Lamana.
"Se tiene que reconocer Cataluña. A la que los países de la EFTA lo hagan, quizás el resto de países la reconocen", concluye.