Si hay una materia prima que ha marcado la evolución de la economía mundial en los últimos cien años, esta es el petróleo, el llamado oro negro, que ha sido y continúa siendo el alimento que mueve el capitalismomundial. El panorama actual del mercado del petróleo tiene mucho que ver con la crisis vivida hace medio siglo, que alteró por siempre jamás las reglas del juego. Se pasó de un mercado controlado por un oligopolio a una partida con múltiples jugadores y estrategias vinculadas a la geopolítica mundial.
Hoy tenemos un mercado de petróleo crudo donde todo el mundo puede comprar y vender, y así se produce la fijación del precio, pero antes de la crisis del petróleo, a comienzos de los setenta, todo era muy diferente. Desde la Segunda Guerra Mundial y hasta aquella crisis que sacudió la economía internacional, el mercado del crudo era más una entelequia, si nos agarramos al término "mercado"; en realidad, un cártel formado por siete compañías fijaba el precio de venta de esta materia primera. En los primeros años del periodo marcado por el oligopolio, el italiano Enrico Mattei, responsable de la empresa pública ENI (Ente Nazionale Idrocarburi) verbalizó una idea que haría fortuna cuando se refirió a las compañías del cártel como "las siete hermanas", acuñando un concepto que desde entonces se haría recurrente en el mundo de las finanzas.
Con la crisis del petróleo de 1973, se pasó de un mercado controlado por un oligopolio a una partida con múltiples jugadores y estrategias vinculadas a la geopolítica mundial
Pero, ¿quiénes eran estas siete hermanas tan poderosas que engrasaban con su petróleo los engranajes del capitalismo mundial? Sus nombres eran estos: Esso, Royal Dutch Shell, Anglo-Iranian, Socony, Standard Oil de California, Gulf y Texaco. Veámoslas con detalle:
Primera hermana: Esso
Si desencriptamos su denominación tendremos acceso a información determinante sobre su origen: la marca responde a las iniciales en inglés de Standard Oil (S.O.), que es la compañía fundada por el magnate John Davison Rockefeller en 1870, el Standard Oil Company and Trust. La firma llegó a coger una dimensión tal, que en 1911 el Tribunal Supremo de los Estados Unidos (Supreme Court o SCOTUS) dictaminó que incumplía la legislación anti-trust, de forma que la obliga a dividirse en compañías más pequeñas (más o menos como sucedió con la telefónica AT&T Bell y las Baby Bells en 1984); en el caso de la petrolera, después del troceado de la principal salieron treinta y cuatro nuevas, una de ellas, Esso, que era la subsidiaria de Nueva Jersey. En 1972 modificó su denominación, que pasó a ser Exxon. El motivo por el cual eligieron esta nueva marca es desconocido, pero en los últimos cincuenta años han circulado varias explicaciones; algunas hacen referencia a que la doble equis tal como está en el diseño del logotipo recuerda a una cruz de los templarios, otros a que se trata de un mensaje subliminal que recuerda el testigo indicativo de depósito vacío en el cuadro de mandos de un vehículo, también algunos ven dos besos (xx) en simbología inglesa y todavía hay quién defiende que es solo una combinación aleatoria surgida de una computadora.
Segunda hermana: Royal Dutch Shell
Su nombre compuesto obedece a que es fruto de una fusión entre dos compañías que se juntaron en 1907, la neerlandesa Koninklijke Nederlandse Petroleum Maatschappij (o Royal Dutch Company, fundada en 1890) y la británica Shell Transport and Trading Company, fundada en 1897). Su logotipo en forma de concha amarilla con perfil rojo es uno de los más populares del mundo.
Tercera hermana: Anglo-Iranian Oil Company (AIOC)
Es la denominación que tomó desde 1935 la histórica Anglo-Persian Oil Company (APOC), fundada en 1909 por británicos que tenían una concesión para buscar petróleo en aquel territorio. La concesión la había conseguido el millonario William Knox D'Arcy, después de ofrecer al Sha de Persia 20.000 libras esterlinas, acciones de la futura compañía y un porcentaje de los beneficios. El gran descalabro llegó en 1951, cuando el parlamento del Irán decidió nacionalizar la compañía.
Cuarta hermana: Socony
El nombre completo de esta compañía era Standard Oil Company of New York, información que nos indica que también había sido parte de la gran empresa monopolística de Rockefeller. Es una firma que tiene su importancia en por qué Catalunya fue la primera en hacer prospecciones en el país, en el pozo de Oliana, que durante muchos años fue el más profundo del Estado. Todo empezó después de la Guerra Civil, cuando los propietarios de Cepsa (Compañía Española de Petróleos, SA), se plantearon un paso más en sus actividades, después de pasar por la distribución y el refinamiento de crudo. El nacimiento de Cepsa se había producido en 1929 después de que dos de los impulsores de Campsa (Compañía Arrendataria del Monopolio del Petróleo) decidieran cambiar de rumbo y dejar esta firma creada en 1927 bajo el paraguas estatal durante la dictadura de Primo de Rivera para fundar una nueva firma más ambiciosa y establecida fuera de los límites del monopolio peninsular. Estos dos emprendedores eran Eduard Recasens (banquero de Reus) y Demetrio Carceller (originario de Teruel, pero establecido en Catalunya)
Entre el final de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la década de los setenta que todo lo cambiaría, el precio osciló entre los 2,5 y los 3 dólares
Volvemos a la posguerra y al propósito de Cepsa de llevar a cabo prospecciones en territorio catalán: en 1943 se creó una joint venture entre Cepsa y la Socony, bajo la denominación de Ciepsa (Compañía de Investigación y Explotaciones Petrolíferas, SA), donde los americanos aportaron su know how en la perforación de pozos de petróleo. Justo es decir que antes de esta fecha en el Estado ya se habían llevado a cabo algunas prospecciones, pero con unos medios y conocimientos muy precarios. Esta prehistoria del oro negro en la península había empezado en 1900 en Burgos y tuvo dos capítulos catalanes, en Tona el 1929, donde solo se encontraron gases, y en Tremp en 1940, sin ningún resultado. En la nueva etapa de prospecciones, ya bajo el control de Ciepsa, intervino el geólogo español EnriqueDupuy de Lôme, conjuntamente con una panoplia de ingenieros norteamericanos aportados por Socony, algunos de los cuales dejaron una impronta profunda en el país. Sus nombres eran A. E. Fath, R. Anderson, B.H. Grove, Verner Jones, Vinton Arthur Bray y B. Trzesniowsky. El primer pozo lo abrieron el 1947 en la localidad de Oliana (Alt Urgell), que con sus 2.323 metros de profundidad se ganó el título de pozo más profundo del Estado. Después vendrían Burgo de Osma (Soria), La Marina (Baix Vinalopó), Rojals (Baix Segura) y Boltanya (Sobrarb).
Quinta hermana: Standard Oil de California (SOCAL)
Su denominación nos deja claro que se trata de otra de las compañías procedentes del despiece de la firma primigenia de Rockefeller. Con los años, modificaría su denominación para pasar a llamarse Chevron, un término heráldico que hace referencia a una forma de compás insertada dentro de un escudo (en catalán, xebró). El logotipo de la compañía recuerda vagamente a esta figura.
Sexta hermana: Gulf
La compañía texana fue creada en 1901 y durante muchos años fue el brazo industrial de la familia Mellon, que tenían en la banca sus negocios principales (hoy en día continúa existiendo el Mellon Financial Group). Además del petróleo que descubrieron en Texas y que dio origen a la compañía, poseyeron explotaciones en Venezuela y Colombia, y, sobre todo, fueron pioneros en la explotación del crudo en Kuwait, donde crearon en 1934 una compañía en régimen de joint venture con Anglo-Persian Oil Company. Su logotipo, una esfera con los tercios superior e inferior de color naranja y las letras Gulf enmedio, forma parte de la cultura popular de los Estados Unidos.
Séptima hermana: Texaco (The Texas Company)
Como su nombre indica, es también texana, como la que acabamos de ver. Una de las razones de que su marca se hiciera tan conocida es que fueron los primeros en distribuir su propio combustible por todos los Estados Unidos, tan pronto como 1928. Está muy documentado que interpretaron un papel clave durante la Guerra Civil española, al ser proveedores del bando franquista. La firma texana había firmado un contrato con la República Española para ser suministradores de combustible, pero al estallar el conflicto bélico la ideología fascista del CEO de la compañía, el noruego TorkildRieber, los impulsó a cambiar de cliente. La historia se puede serguir con todo detalle en el libro Spain in our hearts: Americans in the Spanish Civil War, del periodista de Nueva York Adam Hochschild. Como en el caso anterior, la imagen corporativa de Texaco - una estrella blanca de cinco puntas inscrita en una esfera roja y con una gran T en medio - es uno de los emblemas de la cultura yanqui.
Estas que hemos visto son las compañías que dominaron en forma de cártel el mercado del petróleo. A buen seguro que Enrico Mattei se inspiró en las pléyades para bautizar a este oligopolio como siete hermanas. En aquellos momentos no existía un mercado de crudo al contado y toda la materia prima se negociaba a través de contratos a plazo que dejaban atados de manos a los compradores respecto a los ofertantes, que a menudo controlaban toda la cadena de valor, desde la extracción hasta la distribución con puntos de venta propios (gasolineras). Era una época de petróleo barato - el barril se vendía por unos 2,5 dólares - pero con grandes márgenes para los productores, que tenían unos costes de 40 centavos por barril. La estabilidad del mercado era tal, que entre el final de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la década de los setenta que todo lo cambiaría, el precio osciló entre los 2,5 y los 3 dólares.
Pero, como decíamos, todo mutó a partir de la llegada de la década de los setenta. Primero las nacionalizaciones de compañías por parte de algunos estados árabes y del norte de África, y después por la crisis del petróleo del 1973, cuando los países productores de crudo asociados a la OPEP decidieron cerrar el grifo y dejar que los precios se dispararan. Lo que pasó y cómo se configuró el mundo desde entonces lo veremos en la próxima entrega.