Casi un año y medio después de su muerte, el exconseller Vicenç Oller ha recibido un homenaje póstumo por parte del sector empresarial catalán. Ha sido en el Palau Macaya, organizado por Intermèdia, y ha reunido a nombres relevantes de hoy y de ayer. Aunque el ministro de Industria, Jordi Hereu, ha sido quien ha presidido el acto, el protagonista ha sido el consejero de Empresa y Trabajo, Miquel Sàmper, que ha aprovechado la cita para dirigirse a los asistentes. "Se ha acabado el relato de demonizar al mundo empresarial", ha asegurado, en unas declaraciones en que también se ha comprometido impulsar la colaboración público-privada durante el actual mandato.
El homenaje ha contado con intervenciones de renombre, a pesar de que entre el público ya se podían observar caras conocidas como el expresidente Jordi Pujol o el exalcalde de Barcelona, Xavier Trias. El encargado de abrir la cita, sin embargo, ha sido Jaume Lanaspa, asesor a la presidencia de la Fundación "la Caixa", que ha coorganizado el evento. "Oller era una persona cultivada, sencilla y de una notable delicadeza. Además, fue un buen jefe", ha apuntado. A continuación, Toni Rodríguez, presidente ejecutivo de Intermedia, ha recogido el guante. "Su amistad nos hizo mejores personas, y por eso le hacemos este homenaje", ha reconocido.
A continuación, el acto ha dado paso a una mesa redonda en la que han participado el profesor de Iese, Jordi Gual; el presidente del
Sàmper: "Colgaremos un retrato de todos los exconsellers en el departamento, y el de Oller será el primero"
También las autoridades han querido homenajear su figura. "Colgaremos un retrato de todos los exconsellers en el departamento, y el suyo será el primero", ha anunciado Sàmper. "Oller creyó, vivió y quiso al sector de la industria manufacturera. Y ahora os digo a la Catalunya y España de 2024, mirad por dónde, que es una fuerza que tenemos que defender más que nunca", ha concluido Hereu.
"La economía catalana está en declive": la chispa del debate
Más allá del homenaje, la mesa redonda ha dado a pie a un foro sobre el estado de la economía catalana. El encargado de hacerlo ha sido el profesor Gual, que ya avanzaba una intervención "provocativa" al público. "Es innegable que nuestra economía está en declive en relación con nuestro entorno", ha afirmado. Entre otras razones, Gual ha indicado que el PIB per cápita de Catalunya ha crecido un "magro" 0,4% en los últimos 20 años, y ha señalado la incorporación de España a la Unión Europea (UE) como un factor decisivo. "En esta vida, si no sabes lo que eres, no sabes dónde vas. Y estamos perdiendo fuerza", ha sentenciado.
Como medida para frenar la actual dinámica, Gual ha apelado al concepto de la destrucción creativa. "Tendríamos que tener un sistema económico que nos asegure que aquellas empresas no competitivas puedan dejar el mercado y que no sean protegidas por las administraciones", ha razonado. Por otro lado, también ha defendido la implementación de políticas horizontales: "No creo mucho en las políticas verticales para apoyar a ciertos sectores".
Sánchez Llibre: "Soy muy optimista con el futuro de Catalunya; de cara al 2030, confío en que el peso industrial llegue al 25% del PIB"
Durante la mesa redonda, las palabras de Gual han abierto una discusión paralela al homenaje. "La unión monetaria te deja poca flexibilidad y te obliga a converger en productividad con los países relevantes de la unión monetaria, y esto España no lo entendió", ha expuesto Guardiola, que ha coincidido en el diagnóstico del declive de la economía. "Quizás hoy todavía hay mucha resaca de aquella época", ha agregado.
En medio de este clima, Sánchez Llibre ha apostado por un futuro mejor. "Soy muy optimista con el futuro de Catalunya. De cara al 2030, confío en que el peso industrial llegue al 25% del PIB, por el 18-19% que ocupa hoy por hoy", ha pronosticado. Para lograr el objetivo, ha instado a seguir a rajatabla los informes elaborados por Enrico Letta o Mario Draghi. "O nos lo tomamos en serio, o Europa se convertirá en un balneario de jubilados", ha advertido.
Sàmper y Hereu piden "paciencia" y "colaboración"
Una vez concluida la mesa redonda, tanto el conseller Sàmper como el ministro Hereu han sido los encargados de cerrar el acto. A priori, se esperaban parlamentos institucionales para recordar la figura de Oller, pero Sàmper ha querido salirse del guion. "El profesor Gual me ha provocado y cambiaré mi discurso", ha avisado. A continuación, ha negado el declive al que hacían referencia tanto Gual como Guardiola: "La economía catalana está bien y crecemos mejor que Francia y Alemania". Posteriormente, ha repetido en varias ocasiones que el Govern "sabe todas las cosas negativas" que hay.
En este sentido, el consejero ha recordado que el Ejecutivo de Illa tiene "la posibilidad de cambiar las cosas". Por eso, se ha comprometido a apostar por la colaboración publicoprivada. "En los últimos años se ha aparcado de forma clara, es evidente que las administraciones siempre estaremos, pero el mundo privado también ha de colaborar", ha proclamado. Ante algunos de los agentes empresariales más importantes de Catalunya, Sàmper ha prometido "acabar con el relato que dibuja al sector privado como un mundo malo" y ha hecho un ruego final: "Tened un poco de paciencia. Hemos sido emprendedores y lo seguiremos siendo".
Hereu: "Los fondos Next Generation no pueden acabarse en 2026, necesitaremos muchos recursos europeos"
Por su parte, el ministro Hereu ha mantenido la línea institucional durante gran parte del discurso. Aun así, sí que ha apuntado que España es un ejemplo en el Viejo Continente. "Mis homólogos en Europa nos miran por nuestros datos macroeconómicos", ha presumido. Además, el ministro ha apostado por la "reindustrialización" y por "ganar peso en el PIB" como objetivo de su mandato.
Finalmente, ha dejado un mensaje: "Los fondos Next Generation no pueden acabarse en 2026, porque el proceso que empezó en 2021 no se podrá concluir en dos años". Por este motivo, se ha adherido a una petición de Sánchez Llibre, que pedía y pronosticaba nuevas ayudas de la misma dimensión en los próximos años. "No queremos que Europa sea un balneario. Necesitamos muchos recursos europeos y tenemos muchos deberes por delante para que Europa tenga algo que ver en el futuro", ha analizado. Una visión de futuro que, independientemente de sus diferencias, todos los ponentes han coincidido que está influenciada por el legado que dejó Vicenç Oller.