La pandemia empieza a recular con fuerza y sobre el terreno que va cediendo se vuelve a distinguir el perfil que durante décadas había definido a Barcelona en el mundo: sus hoteles. Un sector deprimido donde un gran número de establecimientos continúan sin fecha de apertura clara. Algunos ya hace semanas que operan, otros esperan a la llegada oficial del verano y un buen puñado dilatarán el retorno a la actividad hasta que finalicen los ERTE en curso. Tampoco la temporada de verano promete grandes alegrías, de forma que seguro que muchos hoteleros quedarían satisfechos si se repitieran las ocupaciones de 2020, cuando se abrió una pequeña ventana en medio de la pandemia. Y lo que viene después no es mucho más ilusionante: un otoño con recuperación que se prevé tímida y un invierno todavía peor que las temporadas anteriores porque probablemente quede todavía alguna cola de la pandemia. En conclusión, existe la creencia bastante razonable que hasta la SemanaSanta de 2022 no habrá una verdadera recuperación. En un entorno así, puede resultar interesante hacer un repaso de los principales hoteles y cadenas que hay instaladas en la ciudad de Barcelona. Una revisión a vista de pájaro, porque un repaso exhaustivo resulta del todo imposible por razones de espacio. No obstante estas limitaciones, el paseo será entretenido y lleno de sorpresas.
Si entramos a la ciudad por la avenida Diagonal, el primer hotel que encontramos es el Juan Carlos I, edificado para dar cobertura a la demanda de plazas de los Juegos Olímpicos de 1992 y que en la actualidad está cerrado por causa de una situación empresarial muy comprometida. Explicamos todos los detalles en un artículo anterior. Siguiendo por la misma avenida y en la misma acera, pronto encontraremos el Sofía, nueva denominación de la histórico Princesa Sofía, que durante muchos años estuvo gestionado por Husa, la firma de la familia Gaspart. En la actualidad, pertenece al grupo Selenta, que preside Jordi Mestre Masdeu, presidente del Gremi d'Hotels de Barcelona y exvicepresidente del FC Barcelona. Otros hoteles del grupo son el que hay ubicado en la Torre Catalunya -junto a la estación de Sants- y el Expo Hotel, en la misma zona. En el año 2018, el Sofía reabrió sus puertas después de llevar a cabo una reforma muy profunda que costó a sus propietarios 60 millones de euros. La llegada de la pandemia, con una inversión tan reciente, ha sido uno de los elementos que ha puesto al grupo Selenta en una situación complicada desde el punto de vista de la solvencia.
Continuando el mismo trayecto, en la confluencia con la avenida de Sarrià hay uno de los edificios más altos de esta zona, la torre del hotel Meliá, que sobresale respecto a los vecinos con sus 83 metros de altura. Fue levantado en 1972 y cuenta con 333 habitaciones. La misma cadena tiene otro establecimiento interesante en la ciudad, como es el Barcelona Sky, todavía mucho más alto que el de Sarrià (116 metros) y que está ubicado también en la avenida Diagonal, pero a las immediacions del distrito conocido como 22@.
A finales de 2016, el empresario Nicolás Osuna (Hoteles Center) puso a la venta la Casa Fuster por el doble del precio de mercado; nadie lo compró
Cuando llegamos al cruce con Muntaner, se nos aparece otro de los grandes edificios de esta avenida, el que está ocupado por el hotel Presidente, de la cadena Hesperia, que tiene también un edificio emblemático en el tramo de Bellvitge de la Gran Via, aquel que luce un tipo de platillo volador en lo alto. Y unos metros más allá del Presidente, cuando la Diagonal se cruza con el Passeig de Gràcia y se abre a la vista aquel tramo conocido como jardinets, nos encontramos a la Casa Fuster, un hotel de lujo de la cadena Hoteles Center. Aquí merece la pena pararse un rato porque la ocasión lo merece.
De eléctrica a hotel
El espectacular edificio modernista de Domènech i Muntaner fue inaugurado en 1911 como domicilio del matrimonio formado por Marià Fuster Fuster (pintor mallorquín, miembro de una adinerada familia de las Balears) y Consol Fabra i Puig (de la familia de la firma textil Fabra i Coats). Se mantuvo como edificio de viviendas hasta 1960, cuando la compañía eléctrica Enher lo adquirió para instalar sus oficinas. La primera intención de los nuevos compradores era derribarlo, pero la presión de la sociedad civil desde múltiples ángulos evitó el desastre y la cosa quedó reducida a algunas mutilaciones parciales. La Empresa Nacional Hidroeléctrica de la Ribagorzana fue una compañía pública nacida durante el franquismo que explotaba saltos de agua del Noguera-Ribagorzana. Durante los años 80 quedó dentro de la órbita de la también pública Endesa, que la fusionó con la otra eléctrica catalana, Fecsa. En el año 1999, el grupo Hoteles Center aprovechó que Endesa sacaba la propiedad a la venta para adquirirla y hacer un hotel de lujo. El amo de esta cadena es Nicolás Osuna, de quien se dice a menudo que es el hombre más rico de Andalucía, y que cuenta también con negocios inmobiliarios además de los hoteleros. A finales de 2016, se hizo público que Osuna tenía la intención de desprenderse de la Casa Fuster, pero el precio que pedía era tan elevado (entre 100 y 150 millones de euros, el doble de lo que sería un precio de mercado razonable) que no encontró a nadie dispuesto a quedarse la pieza. En la capital catalana, su cadena también tiene el Barcelona Center (en la calle Balmes) y el Suites Center (en el Passeig de Gràcia 128, muy cerca precisamente de la Casa Fuster).
En 2014, se amplió el Mandarin Oriental de Passeig de Gràcia a la finca que había ocupado el Banco Sabadell; el propietario en aquel momento era Isak Andic (Mango)
Si llegados como estamos al Passeig de Gràcia empezamos a bajar en dirección mar, cuando hayamos cruzado la calle Provença, y al lado Besòs, nos encontraremos el hotel Royal, que tiene como singularidad que ocupa el edificio que fue sede de Banca Catalana, antes de que esta se trasladara a la Diagonal, en una torre empachada de vegetación (y que hoy usa el grupo Planeta). Unos metros por debajo del Royal, pasado Consell de Cent, hay uno de los hoteles más lujosos de la ciudad: el Mandarin Oriental. El edificio que ocupa había sido la sede del Banco Hispano Americano desde 1955, que ya era Banco Santander en el momento de su conversión en hotel. El establecimiento está gestionado por la cadena Mandarin Oriental, fundada en 1963 y con sede en Hong Kong. La apertura de este hotel se llevó a cabo en 2009 después de que la millonaria andorrana Maria Reig comprara el edificio por 72 millones de euros (en el momento de la compra, en 2003, también participó la familia Godia). En 2014, se amplió el hotel mediante la ocupación de la finca contigua que también había sido la sede de un banco, en este caso el Sabadell. El propietario en aquel momento era el empresario Isak Andic, fundador y máximo accionista de la firma de moda Mango.
En el próximo capítulo seguiremos transitando por las calles de Barcelona parándonos en hoteles relevantes de la ciudad para explicar algunos detalles. Queda mucho por contar.