Es posible que cuando leas este artículo, estés estirado a la arena de la playa, descansando bajo la sombra de un árbol centenario en el Pirineu o sintiendo el romper de las olas paseando por la cubierta de un imponente crucero. Ya hace meses que el verano ha llegado y medio país se ha ido de vacaciones. En la bolsa, sin embargo, los números siguen tintándose de rojo y verde cada día. "Se oye decir que el verano es una época de poca inversión pero la realidad es que, allí dentro, las cosas no se paran nunca", señala José Antonio Madrigal, director de Eurekers, la plataforma de formación bursátil internacional con la comunidad de inversos particulares más grande de Europa. De hecho, durante el año, los inversores esperan los meses de junio, julio y agosto. No es que quieran irse de vacaciones como hace todo el mundo, sino que quieren que llegue el reparto de dividendos.
"Como todo por todas partes, en la bolsa baja el volumen de trabajo en verano, pero siempre hay trabajo para hacer -insiste también Armando Platero, miembro del broker mayorista DEGIRO, especializado en inversores particulares-. Y, en verano, se nos gira trabajo con los dividendos", concreta. De hecho, este 2019, cuando comencemos el mes de septiembre y todos vamos volviendo a la rutina, los especialistas calculan que las cotizadas de la Ibex 35 ya habrán repartido una lluvia de 7.700 millones de euros en divdiends. Si el pronóstico se cumple, se tratará de un 8% más que los millones que ya se repartió el año pasado el selectivo español y que hará un 8% más felices los pequeños inversores de nuestra casa, que les gusta especialmente recibir su pequeña renta en forma de dividendo.
Pero, ¿qué es un dividendo? Diccionario de termas bursátiles en mano, un dividendo es la parte del beneficio que se reparte entre los accionistas de una compañía. Dedo en otras palabras, es la remuneración que recibe el inversor por el hecho de ser propietario de la sociedad. "Raso y corto, son la parte de los beneficios generados por la compañía que se pagan al accionista", explica Platero. Eso sí: hay que tener presente que la cantidad varía dependiendo de los resultados anuales que haya obtenido la empresa, de las decisiones de su consejo de adminsitració, de la junta de accionistas y, especialmente, de la política de dividendos que marque la compañía.
Este verano, algunas de las empresas del Ibex 35 que han abonado unos dividendos más jugosos han sido Iberdrola (1.300 millones), Endesa (1.058 millones) y Repsol (790 millones), tres energéticas con un buen puñado de accionistas cada una. Era esperable. La sorpresa, pero, ha sido la aerolínea IAG, que ha conseguido ensartarse bien arriba al ranking desembutxacant-se más de 1.000 millones de euros. Concretamente, el holding aéreo con marcas como Iberia y British Airways repartió 1.315 millones a principios de julio, un 25% más que el año anterior.
¿Guiarse por los dividendos es la clave para invertir bien?
"Cada inversor tiene que leer estos datos como prefiera", explica Platero. Para el experto, el panorama es complejo y habría que analizar el escenario compañía por compañía. "Invertir en una empresa que reparta muchos dividendos no significa que sea una buena inversión, del mismo modo que invertir en una compañía que reparta pocos tampoco quiere decir que sea una mala jugada", puntualiza. Pero los dividendos pueden ser un buen indicador para saber donde invertir y dónde no hacerlo. "Cada inversor busca siempre maximizar el beneficio y fijarse en la rentabilidad por dividendo puede ser una buena estrategia", comenta. Eso sí, lanza una advertencia: "Siempre que se invierta hay que tener claro donde nos estamos metiendo", avisa.
Madrigal: "Si una acción de mi empresa vale 10 euros y mañana reparto 1 en forma de dividendo, el valor en la bolsa de mi compañía bajará hasta los 9"
A pesar de que el reparto de dividendos sea uno de los periodos más esperados de la bolsa en España, no todo el mundo es fan. "Seré brusco, directo y claro -advierte José Antonio Madrigal antes de hacer una pausa para crear suspenso-. Son una tomadura de pelo y una manera de engatusar la gente", dice tajante. Para el director de Eurekers, tan sólo sirven para hacer perder dinero al accionista y valor a la empresa. pone un ejemplo. "Si una acción de mi empresa vale 10 euros y mañana reparto 1 en forma de dividendo, el valor a la bolsa de mi compañía bajará hasta los 9 -explica-. La teoría dice que yo, como accionista, tendría que seguir teniendo los 9 euros que vale la empresa y el euro que me he quedado como dividendo, pero no es así", revela. Y resuelve el enigma: si se suma la comisión que se queda el broker y la retención del 21% que hace Hacienda, después del reparto de dividendos "no se sigue teniendo 10 euros sino unos 9,60 a lo sumo".
Pero, si es así, ¿por qué en España todo el mundo espera el reparto de dividendos? Madrigal lo tiene claro: por culpa de la inculutra financiera. "Cualquier persona que se pare a pensar qué es un dividendo entenderá que no es nada atractivo", explica. Para el experto, en vez de repartir dividendos las empresas tendrían que utilizar el dinero para comprar nuevas compañías. "De este modo, se ahorrarían por el momento tener que pagar impuestos y podrían sacar más rendimiento a los millones de euros de beneficio", explica.
Sea como fuere, cuando se acabe el verano, los bolsillos de los inversores estarán algo más llenos y, la gran mayoría, ya tendrán los ojos fijados en el próximo periodo de reparto de dividendos.