El Institut Català de Finances (ICF) renuncia a la posibilidad de obtener una ficha bancaria que le permitiría operar como banca comercial. Después de que el Banco de España desestimara su solicitud en febrero pasado, el ICF no insistirá en esta cuestión pese a que, en su momento, presentó un recurso.
En rueda de prensa, el consejero delegado del ICF, Jordi Òliva, ha precisado este jueves que, por la actividad que llevan a cabo en la actualidad, "no necesitamos ficha bancaria". Solo les haría falta si entraran en la gestión de depósitos de clientes.
Òliva ha confirmado que la obtención de la ficha bancaria ha quedado "desestimada" por parte del ICF y que, si la Generalitat mantiene el interés para sacar adelante una banca que opere en el sector comercial, tendrá que ser a través de otra entidad. Ha añadido que el Banco de España se siente "muy cómodo" con la actual actividad pública del ICF.
El gobierno de Pere Aragonès tendrá que buscar otra vía para obtener la licencia bancaria que no sea la del ICF
El año pasado, el gobierno de PereAragonés volvió a solicitar al Banco de España que conceda ficha bancaria al ICF. Después de la negativa del regulador, la Generalitat tendrá que buscar otra vía que no sea la de la ICF.
Resultados del primer semestre
El grupo ICF ha formalizado cerca de 180 millones de euros en préstamos durante el primer semestre de 2022, según los datos aportados por Òliva. En total, en estos primeros seis meses del año, el ICF ha concedido préstamos y avales por un importe de 179,8 millones de euros a 234 autónomos, pymes, empresas y entidades diversas. Esta actividad se ha formalizado en 308 operaciones que han contribuido a la creación o mantenimiento de 11.342 puestos de trabajo.
El volumen de préstamos y avales contratados en el primer semestre de 2022 es ligeramente inferior a los 185,6 millones contabilizados en el mismo periodo del año pasado. Esta reducción se explica porque las empresas se han empezado a recuperar de la pandemia de la Covid-19.
En cuanto a la actividad en capital riesgo, el ICF ha comprometido 19 millones de euros en fondos de gestoras de terceros. Concretamente, 15 millones han ido al fondo Suma Capital, para destinarlos a infraestructuras para la transición energética, y 4 millones más al fundes Bonsai Partners II, para proyectos tecnológicos. En cuanto a la inversión directa, se han invertido 4,5 millones de euros de los fondos propios de capital riesgo para impulsar tres proyectos de startups con préstamos participativos de 200.000 euros cada uno.
Se han incrementado los fondos para la actividad de capital riesgo, que han pasado de los 7,1 millones del primer semestre del año pasado a 19 en el presente.
De los 178,9 millones contratados, el 68,5% (123,1 millones) se ha destinado a proyectos de inversión; el 31,5% (56,7 millones) a circulante; el 19% (34,2 millones) a través de préstamos con Fondos Feder; y el 20% (67 millones) ha servido para financiar la vivienda de alquiler social.
La vivienda social se mantiene como "eje estratégico" del Institut Català de Finances
Sobre la vivienda social, Òliva subrayó que continúa siendo un "eje estratégico" de la actividad de la ICF. En total, enel primer semestre de 2022 se han formalizado 62 operaciones para financiar entidades y ayuntamientos por la compra de pisos de alquiler social.
Como banca pública, el ICF ha acompañado empresas en procesos de reestructuración de operaciones vigentes. Se han reestructurado créditos por un importe de 52,3 millones de euros, un 5,6% menos que en el mismo periodo anterior.
En el ámbito de capital riesgo, las inversiones en fondos de gestoras externas han tenido un retorno acumulado de 16,8 millones de euros, cuando en el mismo periodo del año pasado fue de 7,45 millones.
Indicadores
En este primer semestre de 2022, el ICF registra unos resultados netos de 11,1 millones de euros. Respecto a otros indicadores, el coeficiente de solvencia se sitúa en el 40,1%; el índice de cobertura de activos dudosos, en el 139,8%; y la ratio de mora, en un 7,2%.
Jordi Òliva, consejero delegado del Institut Català de Finances: "va bien y no le cuesta ni le costará un duro al Govern. Somos sólidos"
Òliva recalca que "el ICF va bien y no le cuesta ni le costará un duro al gobierno. Somos sólidos". Añade que pueden crecer más sin aportaciones de la Generalitat. Sobre la morosidad, más alta que la banca comercial, indica que, a diferencia de ésta, su función es la de entrar en "proyectos complejos", beneficiosos para el territorio, que las entidades comerciales dejan de lado.
Destaca que "el sentido de ser de una banca pública como el ICF es cubrir las necesidades más complejas de la pyme catalana". No financia las grandes empresas de la IBEX. Esta fue su primera rueda de prensa desde que lo nombraron consejero delegado del ICF el noviembre del año pasado.
Perfil del consejero delegado
Jordi Òliva Ritort (Barcelona, 1961) fue consultor de Andersen y Gemini, así como alto cargo de Deutsche Bank y director general de Finanzas (2011-2015) en los gobiernos de Artur Mas. Posteriormente, fue director de negocio institucional de Caixabank (2015-2021).
El noviembre pasado relevó a Víctor Guardiola como primer ejecutivo del ICF. Este último dimitió, alegando "motivos personales", después de la polémica por la concesión del aval para cubrir la fianza de 5,4 millones de euros que Tribunal de Cuentas exigió a 34 cargos de la Generalitat por el referéndum del 1-O. En la votación del consejo de administración del ICF, Guardiola se abstuvo.
Sobre aquella polémica, Òliva afirma que es "un tema cerrado". Admite que "las formas no fueron las más apropiadas", pero que, en el fondo, "no está mal hecho y nos han dado la razón".
Precisamente, el Tribunal de Cuentas comunicó este martes que aceptaba el aval del ICF para cubrir posibles responsabilidades en el caso concreto de los altos cargos del área de exteriores de la Generalitat.