El mercado de la energía solar fotovoltaica mantiene sus previsiones de crecimiento, según Solfy, marketplace que impulsa el autoconsum de energía solar. "A pesar de los problemas de stock actuales, fabricantes y distribuidores de equipos de energía fotovoltaica sostienen que la demanda tanto residencial como industrial no se verá afectada". Es una de las principales conclusiones que ha sacado Solfy después de la celebración de la feria internacional de energía y medio ambiente Genera a Madrid.
La formación de profesionales y la creación de ocupación en el sector de la energía fotovoltaica será una las puntas de lanza. El marketplace prevé, como ya se ha apuntado en informes y estudios previos, que en los próximos diez años se podrían crear entre 200.000 y 300.000 puestos de trabajo. Según explica el CEO de Solfy, Sergio Balcells, "en la formación que ofrecimos Genera con MPV Solar y Luis Candela, su CEO, pudimos confirmar que hay una falta de personal en el sector. Hay una gran necesidad de formar talento entre los instaladores de los equipos que requiere esta fuente de energía, la demanda de profesionales es acuciante".
Como señala Balcells, se están dando todas las condiciones favorables para instalar paneles solares (precio, ahorros producidos, legislación, conciencia medioambiental) y comprometerse con uno de los desafíos más importantes que tiene la humanidad: contribuir al cuidado del medio ambiente. Para Solfy, "la transición energética solo se completará con éxito si todos los ciudadanos pueden acceder al autoconsum fotovoltaico". Una misión en la cual continuarán trabajando durante los próximos años para consolidarse como la empresa de autoconsumo solar líder en España primero y en Latinoamérica más adelante.
Primero ethicorn del mundo
El objetivo de la empresa en palabras de Balcells es "que la startup crezca y genere máximo beneficio, tanto a los clientes (hogares y familias que puedan ahorrar mucho dinero en sus facturas de luz y ser independientes energéticamente) como al planeta (ahorrando miles de toneladas de CO2) y a los inversores, convirtiéndose en el que él aspira a crear y que autodenomina el primero ethicorn del mundo (la primera empresa tecnológica, ética y sostenible del mundo valorada en 1.000 millones de dólares