La economía y el mundo empresarial buscan la manera de recuperarse de su paro forzado por la pandemia de covid-19, pero, por mucho que suene la canción de siempre, los deberes todavía están por hacer. El fantasma de las políticas industriales se ha hecho más evidente que nunca desde el inicio de esta crisis y, para más inri, las inversiones en I+D siguen siendo residuales. Ambas cosas son motores básicos e indiscutibles para la competitividad de un país, pero la realidad es que aún hay "mucha gente fuera del sistema". A eso hay que sumarle que, a pesar de que el mundo empresarial busque la vía rápida para sacar la cabeza del agujero negro en que se ha visto inmerso en pocos meses, la incertidumbre se ha convertido en la compañera de viaje del futuro más cercano y, si no se gestiona, será difícil afrontar los nuevos retos que se presentan y esquivar un mañana adverso.
Así se ha puesto de manifiesto durante un seminario en línea organizado por Llorente y Cuenca, bautizado como Las claves económicas y empresariales en la era postcovid-19, que ha unido en la red a ponientes de mucho nivel. Si bien es cierto que "lo complejo es gestionar la incertidumbre", también lo es que, si no se hace, acabaremos por ocupar un lugar residual en el mapa de la competitividad a escala mundial. Según el director general de Turisme de la Generalitat, Octavi Bono, la clave está en "incorporar el optimismo sin ser naif" porque, advierte, "no sacamos nada de afrontar todo esto con un espíritu de derrota".
Conesa: "Tenemos que ser muy conscientes de que cualquier demora que nos facilite realizar las inversiones, nos resta competitividad"
Pero el optimismo tiene que ir acompañado de hechos y, mientras que llevamos semanas escuchando a los agentes económicos y sociales hablando (y casi suplicando) una puesta en marcha de políticas industriales competitivas, los políticos van por otro camino. Ejemplo de eso es el cierre de Nissan. La multinacional japonesa dejó bien claro que no había vuelta atrás en su decisión, pero, en vez de ponerse a la busca y captura de una solución, la mayoría de políticos siguió insistiendo en que la automovilística no se iría y les amenazaba en "ponérselo muy difícil". La creación de una mesa de la automoción ha puesto un foco de luz al final del túnel, pero, para que nos tomen en serio, es importante bajarse del Cercanías de la política y subirse a bordo del AVE de la economía. Menos burocracia y más hechos.
"No hay que sacrificar la inversión pública, hay que acelerarla a través de un plan de recuperación poder aterrizar los fondos europeos del Green Deal para la industria, para que transforme su actividad alieneada con el Green Deal europeo". La presidenta del Puerto de Barcelona, Mercè Conesa, ha vuelto a lamentar que aún "hay demasiada burocracia que nos hace ir muy lentos", cuando las claves de la recuperación son claras y ya eran muy visibles antes de esta crisis.
Del 5GMed al fantasma del Corredor Mediterráneo
Mientras que a mediados de junio la Comisión Europea aprovaba el proyecto del corredor 5G del Mediterráneo entre Figueres y Perpiñán, y que el Corredor Mediterráneo une a los puertos catalanes con Francia, no pasa lo mismo con Catalunya y el resto de la costa española. "La infraestructura va alienada con la competitividad del territorio, somos el único puerto español que tiene conexión con Europa". Clara y contundente, Conesa ha recordado que "el Corredor no tiene sentido si no conecta y los puertos tienen que estar conectados" y ha lanzado un aviso claro a las administraciones: "Tenemos que ser muy conscientes de que cualquier demora que nos facilite realizar las inversiones, nos resta competitividad".
Bono: "No me parece que el sistema productivo catalán esté desequilibrado por culpa del turismo"
Ahora bien, si la mala noticia es que la crisis de la covid-19 ha puesto de relieve que "Catalunya está perdiendo peso industrial", la buena es que si "modernizamos nuestra conexión con Europa", recuperaremos puestos en el ranking de la competitividad. "El camino es ayudar a la industria que ya tenemos aquí, a la que quiera venir, profundizar en el coste energético para poder tener industria, facilitar una industria sostenible y hacer apuestas estratégicas", ha insistido la presidenta del Puerto de Barcelona.
A su vez, el director general de Turisme de la Generalitat ha criticado que se discuta sobre el eje del Mediterráneo tildándolo de "absurdo" porque considera que es evidente que hay que convertirlo en una realidad cuanto antes mejor. "Con las infraestructuras se hace política pero no la hay", opina. En este sentido, el CEO de Ficosa, Xavier Pujol, ha puntualizado que precisamente Catalunya "lo tiene todo para tener la infraestructura del coche eléctrico porque tiene clientes, una red de proveedores de lo mejor, una red logística buena, universidades… lo tiene absolutamente todo pero nos falta ir a la una y recursos económicos".
La inversión de la competitividad
Para ello, "es fundamental que nos pongamos las pilas" porque, según señala Pujol, la primera comunidad que haga esta inversión tendrá la competitividad asegurada, pero, de momento, parece que eso nos queda lejos. Si bien quiere dejar claro que "hay cosas que se están haciendo muy bien como la mesa de la automoción", también apela a la "rapidez en ejecutar que los recursos lleguen al sistema productivo" porque, si no es así, "podemos dejar a mucha gente fuera del sistema". De este modo, considera esencial una "inyección económica para invertir en I+D" y avisa: "No hay que financiar el pasado, sino invertir en el futuro".
Pujol: "No hay que financiar el pasado, sino invertir en el futuro"
Con estos elementos encima de la mesa, el CEO de Ficosa se muestra preocupado porque "todo esto sea un Plan Marhsall mal gestionado e invertido" y lamenta que "me da la sensación que este país no tiene política industrial, que es lo que genera riqueza". Y aquí es donde entra en juego "la responsabilidad público-privada en la transformación tecnológica" que, si se hace bien, puede ser "una gran oportunidad".
También el economista y profesor de IESE, Xavier Vives, se suma a las palabras de sus compañeros y hace un llamamiento a "tener una política industrial" porque, reitera, "yo hace tiempo que no la veo". Y esto acaba por ser el pez que se muerde la cola y todo vuelve al principio: "Las inversiones no se han hecho donde se tenían que hacer", pero, eso sí, "se ha hecho una inversión excesiva y sin justificación en el AVE y no hay beneficios que la soporten".
¿Restricciones políticas? Decepciones económicas
A juicio de Vives, "hay toda una serie de restricciones políticas que, por distintos intereses, acaban en una mala decisión". Ejemplo de ello son, según apunta, "que la Estación de Sants siga estando como está con el dinero que se ha gastado en infraestructuras" o que "se pospongan los planes de aviación porque habrá un terreno más débil" porque, señala, "no hay que perder de vista que el aeropuerto tiene una estructura central y que no puede descentralizar".
Vives: "Hay toda una serie de restricciones políticas que, por distintos intereses, acaban en una mala decisión"
Pero para el economista, que "hayamos perdido algo de peso en la industria, no quiere decir que el turismo tenga que disminuir en términos absolutos". Durante esta crisis, distintas voces han crucificado que la economía de Catalunya y España se base en el sector servicios (y se hayan olvidado, en cierto modo, de la industria), pero Bono quiere recordar que "es injusto no tener más memoria" porque, "entre 2001 y 2007, en el conjunto de España la actividad turística estuvo acogiendo al 9,9% de la ocupación, y entre 2012 y 2013 creció hasta el 11,1% y fue el refugio de la ocupación".
Justamente por eso, Bono remarca que "tampoco me parece que el sistema productivo catalán esté desequilibrado por culpa del turismo" porque "la responsabilidad del resto de sectores productivos tiene una dimensión importante". "No veníamos de un entorno fácil", sentencia. Como siempre, la receta está clara: hay que potenciar la política industrial mientras convive con una economía basada en el sector servicios y, ahora, también, con una incertidumbre creciente. Pero, como dice Conesa, "hay que ser realista y no perder la esperanza ni las ganas de luchar" porque "tenemos unos datos malos, pero vamos a poner todas las medidas necesarias".