En esta crisis a menudo se usan símiles bélicos, incluso tenemos las jefes del ejército con uniforme militar explicando qué hay que hacer y cómo. La receta pasa casi siempre por la centralización de las competencias y los recursos, y la unidad como consigna máxima.
"El enemigo, el virus, no tiene un centro de mando y control, sino al contrario, opera de una forma totalmente descentralizada"
Ahora bien, el enemigo, el virus, no tiene un centro de mando y control, sino al contrario, opera de una manera totalmente descentralizada. Siguiendo el símil, a veces parece que pretendan ganar una guerra de guerrillas con un ejército regular, portaaviones y misiles tierra aire.
Para vencer nos hacen falta dos tipos de medidas, las dos descentralizadas, que nos permitan atacar el virus allí donde está. Las primeras, las de carácter sanitario, disponiendo de la capacidad y vacunas de detección y tratamiento. Las segundas son nuestra habilidad para detectar lo antes posible las personas infectadas, aislarlas y seguir la cadena de contactos. También hay que saber donde estamos, conocer la situación y poder coordinar las actuaciones. Por eso hay que poder agregar los datos, construir los mejores modelos posibles, predecir necesidades futuras y, en base a estos datos, coordinar las intervenciones y las capacidades sanitarias donde haga falta.
Más que un problema que se pueda solucionar con una voz única, parece un problema de capacidad, coordinación y autonomía. Un problema distribuido que tiene una solución distribuida. Uno de los temas fundamentales es la gestión de los datos. Hoy hablamos de datos!
La gestión de los datos
Una de las evidencias que ha manifestado esta crisis es una enorme rendija entre los países que han dispuesto de infraestructuras digitales (China, Corea del Sur, Singapur y Taiwán) y los que no. Esta no es una rendija intrascendente, se mide en el número de muertos y en decrecimiento económico que no quiere decir otra cosa que pobreza y paro.
Los países con infraestructuras digitales han podido responder a la crisis con una actuación casi quirúrgica, evitando que el virus se propagara. El resto, sólo han podido poner en marcha controles similares a las pandemias de siglos pasados con una política de "café para todo el mundo" que está dejando decenas de miles de muertos, una importante bajada económica y una carencia de conocimiento sobre dónde estamos y dónde estaremos.
A menudo la imagen que se presenta de las infraestructuras digitales de estos países es un tipo de "Gran Hermano", estructuras totalitarias de países disciplinados. Es así? Hay más maneras?
Más allá de "Gran Hermano"
Bien, la realidad asiática es un poco diferente. Las apps chinas se basan en el uso de códigos QR (parecidos a los de barras) que tienes que escanear cada vez que entras a un lugar ya sea el metro, un supermercado o un bloque de viviendas particulares. Cada ciudadano ve en su móvil un color – verde, amarillo o rojo - que indica si el lugar está infectado y cuando escanea el código en el lugar donde quiere acceder se muestra tu color, que tienes que enseñar para que te dejen entrar. Siempre sabes si estás sano o infectado y si el lugar donde quieres acceder también lo está.
La de Corea del Sur se basa en detectar otras personas mediante el Bluetooth, la app detecta todos los móviles que están cerca y guarda la lista de contactos de los últimos días, si se descubre que estás infectado, toda la lista de contactos es enviada a un servidor central y se avisa a todo el mundo. También en este caso tienes una indicación de si puedes haber sido infectado o no.
Obviamente, nada funcionaría sin la posibilidad de hacer tests de manera fácil e inmediata, pero todos los sistemas lo complementan con un seguimiento personalizado.
Interés, más que disciplina
Un tema fundamental es cómo conseguir que todo el mundo tenga la aplicación. Aquí a menudo hablamos de disciplina asiática. Ahora bien, en realidad tú eres el primer interesado en saber si has estado cerca de una persona infectada, si has estado infectado o si quien quiere entrar en tu edificio o en tu tienda está o puede estar infectado. Quizás es más interés que disciplina ... que también. La gestión de incentivos y motivaciones es capital en estas aplicaciones y todos los sistemas diseñados por una aplicación masiva, lo tienen muy ajustado.
Aunque las dos aproximaciones comparten muchos puntos en común, en un caso – el chino – se hace hincapié no sólo en las personas sino también en los lugares y en otros casos, sólo en las personas. Ningún sistema funciona aislado, sino que forman parte de una política sofisticada de testeo, fortalecimiento de las medidas y recopilación de datos.
"Disponer de estas infraestructuras digitales que abren un canal de comunicación personal entre la administración y el ciudadano es cada vez más una necesidad"
Quizás podemos pensar que estas medidas sirven sólo para controlar una epidemia como esta pero si pensamos en el periodo de recuperación, veremos que son más necesarias que nunca y no sólo en temas de salud sino también por las posibilidades de implementar medidas de apoyo económico y social dirigidas donde hay la necesidad, allí donde hace falta.
Sin duda, políticas de carácter general como la RentaBásica Universal tienen su lugar y ayudarán mucho, pero como aislar todo el mundo y parar toda la actividad, son medidas que no atacan los problemas donde están y no proporcionan el apoyo donde es necesario. Disponer de estas infraestructuras digitales que abren un canal de comunicación personal entre la administración y el ciudadano es cada vez más una necesidad.
Modernizar la administración caducada
Hace unos años una administración cercana era una administración que estaba físicamente cerca. Hoy estamos todos en Internet, estar cerca quiere decir ser fácil y accesible en Internet. Hemos creado una estructura físicamente distribuida que ha quedado caduca y hay que sustituirla. Esta es una de las lecciones del coronavirus. La administración necesita una transformación como la que hizo en los años 80 hacia una administración cercana, que en aquella época quería decir distribuida y ahora quiere decir virtual.
Es bueno no confundirse, no se trata de tener otra app. Reducir lo que se ha hecho en los países asiáticos a tener una app es no entender que una administración digital no es una app.
"Una administración digital no es una app"
Los países asiáticos, particularmente China, se construyen mucho en infraestructuras existentes como las de WeChat o AliPay que usan para todo los códigos QR y en las que los usuarios ya están autenticados. Es posible crear estas infraestructuras digitales al margen de las existentes? Seguro que sí, pero a partir de las existentes es todo más fácil.
API de Apple y Google
Estos días Apple y Google han propuesto una nueva API que permitiría hacer aplicaciones como las de los países asiáticos pero garantizando la privacidad, de forma que toda la información está – si quieres, no sería obligatorio participar – en tu dispositivo y la puedes enviar, también si quieres. Es en aquel momento en que el servidor (normalmente será el gobierno, pero puede ser una agencia con todas las garantías o bien usando identificación anónima, sólo conocida por los usuarios) lo notifica al resto de usuarios. La propuesta inicial es disponer del API para el próximo mes de mayo sólo para apps gubernamentales.
En una segunda fase, Apple y Google en vez de una API lo incorporan a sus plataformas, proporcionando de este modo una infraestructura sobre la que se podrán hacer apps, con criterios diversos e incluso contrapuestos. Se abre pues la puerta a aplicaciones que puedan usar una red de contactos físicos, mucho más allá de las epidemias.
Esta crisis está suponiendo no sólo una terrible pérdida de vidas, buena parte de una generación que nos deja, sino también un cambio en la manera de relacionarnos y entender el mundo. Hay pocas dudas que lo que entendemos por comunicación y estar cerca ha cambiado y lo ha hecho para todo el mundo y de golpe. Ahora estar cerca ya no quiere decir estar físicamente al lado sino disponer de una infraestructura digital que dé servicio cuando hace falta, a un clic de distancia. Los ejemplos están por todas partes, Netflix, Amazon, Zoom, Teams... Son muchos. También en la administración, Asia nos ha enseñado un camino y las grandes empresas digitales están haciendo el suyo.
Las infraestructuras digitales estarán aquí, podemos participar en su desarrollo y ser actores o ser sólo espectadores y conformarnos con adquirir lo que otros desarrollen. Depende de nosotros. La oportunidad es ahora, no podemos desaprovecharla.