"No quiero salir en ninguna parte y después salgo en todos lados". Con estas palabras, el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, recibía a VIA Empresa en su despacho en la sede de la patronal. Una fotografía acompañado del president inhabilitado por el Tribunal Supremo, Quim Torra, y del presidente español, Pedro Sánchez, preside una de las vitrinas de la habitación. En aquella imagen, Llibre lucía sus gafas puestas, ahora ya no las lleva. Hacía más de dos años que este diario esperaba que se atendiera a las peticiones de entrevistar a Llibre -justo antes de que fuera nombrado responsable de la patronal- y, por fin, llegaba el momento. "Estoy satisfecho, hemos modernizado la institución y la hemos convertido en una patronal del siglo XXI que tiene un 50% de mujeres en sus comisiones", nos explica el presidente de Foment visiblemente orgulloso. Poco tiempo y muchos temas a tratar. Pero, al final, los tocamos todos. Se muestra como una persona cercana, dispuesta a hablar de todo, y parece que nos conozcamos de toda la vida.
El balance de sus casi primeros dos años al frente de la institución es positivo. "Estoy satisfecho, a pesar de que todavía falta rejovenecer más la patronal", asegura. Pero desde que Llibre relevó a Joaquim Gay de Montellà, las cosas en Foment han cambiado mucho. Cuando sólo llevaba cinco meses siendo el presidente de Foment, Llibre y el presidente de la Cecot, Antoni Abad, firmaban la paz patronal, justo un año después de que la patronal de Terrassa fuera expulsada de Foment al considerar que "vulneraron las normas de funcionamiento". "Es un motivo de orgullo que una patronal tan eficiente y eficaz como la Cecot vuelva a formar parte de la gran patronal catalana para trabajar con el objetivo común de todo el tejido empresarial de Catalunya, que pasa por afrontar los retos de futuro en las mejores condiciones para la actividad económica, la generación de riqueza y puestos de trabajo y contribuir a la cohesión social del país", exponía aquel marzo de 2019 Sánchez Llibre.
Pocos días más tarde, y después de 12 que empezara la batalla por la representatividad patronal entre Foment y Pimec, las dos instituciones firmaban una tregua a la sede del Departament de Treball y acompañados de la mediación del conseller Chackir El Homrani. El acuerdo establecía que la representatividad se irá igualando en los próximos cuatro años hasta llegar al 45% para Pimec y el 55% para Foment, pero también que la representación institucional, es decir, la distribución de representantes, derechos y garantías, será del 50% para cada una. Aquel conflicto había empezado en 2007 y en 2008 se judicializó, pero, finalmente, en 2019 las dos patronales llegaron a un acuerdo que les haría sumar fuerzas -y no ir en detrimento la una de la otra- para todo lo que vendría después.
Y así fue. Tiempo más tarde, las dos patronales sumarían fuerzas con los principales sindicatos de Catalunya -UGT y CCOO- para ir todos a una en una nueva disputa por la representatividad. Los agentes sociales se unieron contra el decreto ley que tenía que tramitado el Govern para regular el papel institucional de las cámaras de comercio catalanas, que lo tildaban de "muy preocupante" por "querer poner en una interlocución a una entidad de derecho público" ya que consideran que "podría romper las reglas del juego en cuanto al diálogo social y la defensa de los intereses".
Unidos contra un maltrato crónico
Pero este octubre, todos han sabido dejar de lado estas discrepancias y autoridades de todas las administraciones públicas sumaban fuerzas con los agentes sociales para reivindicar que se acabe de una vez por todas con el déficit en infraestructuras que sufre Catalunya. Por primera vez, Foment, el Círculo de Economía, la Cambra de Comerç, UGT y CCOO de Catalunya y Pimec iban juntos a un acto en que también había representado el Ayuntamiento de Barcelona con el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, el Govern con el conseller de Territorio, Damià Calvet, y el Ejecutivo estatal con el ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. En el público, expectantes, caras conocidas como la de la presidenta del Puerto de Barcelona, Mercè Conesa, el presidente de Aena, Mauricio Lucena, o la delegada del Gobierno español en Catalunya, Teresa Cunillera.
Llibre ya nos decía durante la entrevista que, a pesar de que "no quiero pensar que esto es deliberado", es cierto que "hay un maltrato del Estado hacia Catalunya" y esto se ve muy claro con el déficit de 28.000 millones de euros en los últimos 10 años. Y, de hecho, Foment ya hace tiempo que reclama al Gobierno español que cumpla con los presupuestos, incremente la inversión y priorice los proyectos con retorno económico, social y ambiental. Durante la última presentación del catálogo CAT-100 este julio, la patronal no daba de baja ninguna infraestructura porque, por ejemplo, la variante de Vallirana forma parte del desdoblamiento de la N-340, que no está acabada y, para más inri, es una infraestructura reivindicada desde 2006. Y esto entre otras muchas cosas.
Justamente con este argumento bajo el brazo, Llibre decía este jueves ante un auditorio lleno de caras conocidas que "esperamos que hoy se inicie una nueva etapa de consenso, de concertación social y de bienestar social, en que las infraestructuras vuelvan a la realidad de donde nunca tendrían que haber salido". "Esperamos que hoy se cierre una etapa oscura de los últimos años: el maltrato en cuanto a inversiones en nuestro país", añadía, al mismo tiempo que recordaba que el hecho de hacer efectivas las inversiones en infraestructuras es sinónimo de disfrutar de una "inversión estratégica" y no sólo para Catalunya, sino también para el resto de España.
Llibre: "El traspaso de Rodalies es una cosa factible, real y que se puede materializar, sólo habría que culminar el traspaso que ya se inició"
Una muestra de buena fe por parte de los de Pedro Sánchez, "fácil de materializar y que no comporta coste alguno", como decía Llibre, es el traspaso de Rodalies. "Es una cosa factible, real y que se puede materializar, sólo habría que culminar el traspaso que ya se inició", insistía el presidente de Foment. Este fue un clamor común. El conseller de Territori abogó por "impulsar de inmediato las Cercanías 3.0", pero avisó de que, para llevarlo a cabo, "urge completar y ampliar" este traspaso de competencias del Estado al Govern de la Generalitat. Pero, a pesar de garantizar que trabajan con una buena sintonía con el Ejecutivo catalán, Ábalos no supo responder a estas demandas. Lo que sí que hizo es hacer broma a Llibre y decirle: "¿Has visto? Nuestro ministerio ya no es el de Fomento, os dejamos el nombre sólo para vosotros".
Un acto serio para acabar con el "maltrato"
"Ministro, te pido que no te tomes este acto como un más porque el déficit de infraestructuras que tenemos es realmente alarmante y esto va de que nos estamos jugando el futuro de este país". Esto es lo que le pidió en varias ocasiones el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus, al ministro durante el acto de Foment Construyendo puentes con las infraestructuras, al mismo tiempo que reclamaba que el Estado "sea consciente de que Barcelona es la segunda capital en España y la quinta aglomeración urbana en Europa" y, por lo tanto, que sea consecuente con esto.
De hecho, el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Joan Canadell, quiso dejar muy claro al ministro que las infraestructuras son uno de los motivos por los cuales "el empresariado se ha vuelto independentista" y emplazó al Estado a invertir en Catalunya este "déficit comparativo", que según la Cambra llega a los 45.000 millones de euros en todos estos años. Todo ello nos permitiría "competir con igualdad de condiciones con el resto de países" y este es el momento clave para apostarlo todo a la mejora de las infraestructuras en Catalunya porque, insistía, "sin las adecuadas, este país no avanzará como queremos".
Y es que, como decía Canadell, "estamos en un momento clave de nuestra historia: el momento de decidir qué tiene que ser nuestro compromiso económico". Y ahora más que nunca, que la covid-19 ha acelerado las cosas a la velocidad de la luz y que, quien no suba al tren que viaje camino de un nuevo modelo económico, quedará muy atrás en la competitividad mundial. De momento, sin embargo, y como lamentaba Llibre durante la entrevista con VIA Empresa, "hay muy malas noticias y pocas positivas", pero si "los políticos dejan al margen la ideología y piensan en el bien común, la economía y la empresa podrían ir mucho mejor". Política, economía y empresa, ¿compañeras de viaje (por fin)?