No resulta nada habitual encontrar personas con un historial profesional tan polifacético como el de InmaFarran, quien a lo largo de los años ha sabido moverse en territorios muy distintos y hacerlo siempre con éxito. Su primera etapa profesional fue como médica (doctora experta en diagnóstico prenatal) en el Hospital de la Vall d’Hebron, donde se dedicó tanto a la atención clínica como a la investigación, un ámbito este último en el que alcanzó algunos hitos científicos importantes. Su tesis doctoral versó sobre la ontogénesis de la IGF-I en la unidad fetoplacentaria, es decir, la relación entre los factores de crecimiento y el peso del feto.
Aunque parezca sorprendente, en paralelo a su trabajo como médica logró levantar, junto a su pareja de entonces, una cadena hotelera que, con mucho esfuerzo y dedicación, se convirtió en un gran negocio. Primero como fundadora (1996) y después en los órganos de dirección (2012), durante muchos años fue el pilar de esta empresa familiar dedicada al turismo y que había comenzado en el mundo de la multipropiedad. La implicación total con la cadena llegó a partir del momento en que decidió dejar de lado la medicina para dedicarse exclusivamente a los hoteles, en un cambio de trayectoria profesional realmente drástico. Tras años de trabajo intenso y de ver crecer la cadena hotelera hasta los cuarenta establecimientos y acercarse a los 90 millones de euros de facturación, en 2020 decidió desvincularse de los hoteles, vendió su participación e hizo un nuevo giro en su vida mediante la creación de la Fundación Ona Futura, dedicada a la protección y regeneración del mar y la ribera.
Tras ver crecer la cadena hotelera hasta los cuarenta establecimientos y acercarse a los 90 millones de euros de facturación, en 2020 Inma Farran decidió desvincularse de los hoteles
Como ella misma suele recordar, “el mar produce el 70% del oxígeno que respiramos” y, por lo tanto, su preservación es fundamental. Asegura que la tarea de regeneración de los mares pasa por ser conscientes de que el ser humano es parte de la naturaleza y, por lo tanto, la gran meta es lograr integrar al hombre en el ecosistema sin degradarlo. El abanico de programas diseñados por la Fundación Ona Futura es muy amplio, y entre ellos destacan el proyecto SeaMeadows (programa para favorecer la biodiversidad y la bioabundancia implementado en el Mediterráneo), el proyecto Oxygen (mejora de la oxigenación del agua del mar a través de una práctica deportiva y recreativa llamada cable-esquí) o el proyecto SeafoodImpact (divulgación de la información nutricional de las especies marinas), entre otros. Más allá de estos proyectos propios, la fundación también ofrece servicios de asesoría a empresas que desean emprender el camino hacia la sostenibilidad.
Una de las herramientas que Farran impulsa desde la fundación es la firma de convenios con otras entidades para poder llegar más lejos. En este sentido, hace poco tiempo establecieron un acuerdo con la Fundación Impulsa Talentum, en la cual una de sus caras visibles es el empresario Bru Recolons. En los ámbitos de la biodiversidad y la bioabundancia, la actividad se basa en la colaboración con el Departamento de Materiales del Institut Químic de Sarrià (IQS) y el desarrollo de estructuras marinas sostenibles y completamente ecológicas. En todos los casos, se buscan soluciones innovadoras y sostenibles basadas en el rigor científico. La aportación del IQS ha venido de la mano del Grupo de Mecánica Aplicada y Fabricación Avanzada, y de los doctores ingenieros MarcoAntonioPérez y AlbertForés (premio al empresario joven de la Cambra de Comerç de Valls 2024).
En febrero del año pasado la Fundación Ona Futura suscribió un acuerdo con el Institut Químic de Sarrià para desarrollar un sistema de plantación rápida de posidonia (esta planta acuática de los fondos marinos es fundamental para el mantenimiento de la calidad ambiental y, por lo tanto, es objeto de preservación). El sistema de plantación en cuestión está siendo validado por IMEDEA (Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, un organismo de la Universidad de las Islas Baleares y el CSIC) y está a punto de ser incluido en el registro de patentes; de él nacerá una startup (NextReef Ecosystems Soluciones) que se dedicará a la protección, la recuperación y la regeneración de la biodiversidad marina de manera natural. También será una plataforma para la investigación de nuevas tecnologías agroalimentarias para el cultivo de especies destinadas al consumo animal o humano. Este proyecto -así como otro de la Fundación Ona Futura- ha recibido financiación europea mediante el programa NextGeneration.
Otro ámbito que Farran promueve desde su fundación son las actividades de la economía azul, de momento circunscritas a Baleares, donde se encuentra la sede de la entidad. La idea parte del propósito de poner en común el talento que surge desde el mundo universitario con el ecosistema de business angels dispuestos a financiar proyectos. La denominación de esta iniciativa es Sea Sustainability Program y tiene como socio financiero a la firma Riva y García. Los principales objetivos que se persiguen son regenerar el fondo marino (con lo que se logrará generar oxígeno y capturar CO2), aumentar la resiliencia costera, así como prevenir y reducir la contaminación (mediante el uso de tecnologías de limpieza, reciclaje y reutilización). El director del programa es LavinManwani, especialista en software en la nube.
A título personal, Farran es socia del Círculo del Liceo desde 2016
Pero no todo es ciencia, porque las actividades culturales también tienen lugar bajo el paraguas de la fundación, como es el caso de la música, dado que esta entidad ha sido patrocinador principal de la Fundación Victoria de los Ángeles del 2006 al 2023. Dentro de esta colaboración, la Fundación tiene cedido el uso de un piano Boston Stenway en la Librería Byron y en la Fundación Victoria de los Ángeles, para acercar la vida cultural a la ciudad de Barcelona. Por cierto, con motivo del centenario de esta cantante lírica, el pasado mes de febrero la fundación organizó una serie de conciertos en el Recinto Modernista de Sant Pau, como muestra de la implicación con la música y con los jóvenes talentos. A título personal, Farran es socia del Cercle del Liceu desde 2016.
El rango de aficiones de Farran es muy amplio, y pasa por la lírica, la lectura, la horticultura o la silvicultura (esta última actividad consiste en el cultivo de los bosques). También podemos incluir la danza clásica y la natación (orgullosamente socia del Club Natació Barcelona desde hace más de un cuarto de siglo).