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Cómo Israel ahoga a la economía palestina

El conflicto, enquistado desde el 1948, deja a Palestina en una extraña situación juridico-política que lastra su desarrollo económico

Vista aérea de edificios destruidos en Madinat Al-Zahra (Palestina) | Europa Press, Shadi Tabatibi
Vista aérea de edificios destruidos en Madinat Al-Zahra (Palestina) | Europa Press, Shadi Tabatibi
excorresponsal en Washington y Moscou
24 de Octubre de 2023
Act. 22 de Enero de 2024

Si queréis saber cosas que nunca os habríais imaginado sobre la desigual relación entre Palestina e Israel, hay que leer lo que se conoce como la FICHA PAÍS, redactada por la Oficina de Información Diplomática (OID) del Ministerio de Asuntos exteriores. Como reportera, a veces he tenido que ir a países donde no había estado nunca y esta ficha me ha sido muy útil para empezar a trabajar, como también lo debe de ser para gente del mundo de los negocios y turistas.

De entrada encontramos unos números que nos permiten entender de quién y de qué hablamos. Los territorios palestinos son Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, donde en total viven alrededor de cinco millones trescientos mil palestinos. La tasa de alfabetización de este pueblo es del 97,2 por ciento -en España es del 98,5%- y la edad media de los palestinos es de 22 años.

Es importante recordar que hoy los palestinos viven la consecuencia de un conflicto enquistado desde el 1948 y que nadie ha tenido la valentía, la voluntad o la capacidad de resolver. Durante 75 años Israel ha ocupado gran parte de Palestina y no ha cumplido ninguno de las resoluciones de Naciones Unidas para acabar con esta situación.

Hace 25 años que Israel se tendría que haber retirado completamente de Cisjordania y hace 16 que la franja de Gaza sufre un asedio inhumano por parte de Israel que la ha convertido en la prisión al aire libre más grande del mundo con dos millones de personas. Es decir que las bombas israelíes caen sobre la población en un territorio completamente cerrado del que es imposible escapar, se sea o no de Hamás.

Los palestinos no tienen soberanía ni competencias sobre sus recursos, ni sobre los suministros energéticos, ni sobre sus fronteras

Es la permanente ocupación de Israel la que deja a Palestina en una extraña situación juridico-política que lastra su desarrollo económico, según la OID. Los palestinos no tienen soberanía ni competencias sobre sus recursos, ni sobre los suministros energéticos, ni sobre sus fronteras, ni hay nadie que ayude a sus pequeños empresarios.

Otro handicap para el crecimiento económico palestino es que sus territorios, aparte de ocupados, están muy fragmentados. Gaza está lejos de Cisjordania y Jerusalén Este y sin conexión terrestre. Además, Israel pone graves restricciones a los movimientos de las personas y mercancías palestinas y por lo que me parece, no hace nada para garantizar la seguridad y la tierra de los palestinos.

El incremento de los asentamientos judíos en territorio palestino es precisamente otro de los elementos que hacen muy difícil que Palestina expanda su economía, dice la OID.

Yo añadiría que Cisjordania cada vez se parece más a un queso Gruyere. Los agujeros serían el espacio que ocupan las colonias de judíos que se asientan. Lo hacen de manera ilegal según los acuerdos internacionales, pero el gobierno de extrema derecha israelí lo tolera. Sobre todo porque las colonias impedirán en un futuro la formación de un estado palestino independiente, cosa que Israel no quiere de ninguna forma.

Cisjordània cada vez se parece más a un queso gruyère

Antes del actual conflicto, la seguridad ya se había deteriorado mucho. Los nuevos colonos israelíes tienen una actitud muy agresiva con los palestinos, los atacan y les hacen la vida muy difícil sin que los cuerpos de seguridad israelíes hagan nada. Por ejemplo, según la OID, algunos asentamientos judíos en territorio palestino vacían sus aguas negras en terrenos agrícolas propiedad de los palestinos para hacer imposible nuevas plantaciones.

A tantas dificultades se suma que las autoridades palestinas están divididas y no muestran la necesaria eficiencia para planificar su economía. La peculiar gestión que Israel hace de los impuestos que corresponden a Palestina tampoco ayuda.

Según el Ministerio de Finanzas y Planificación Palestino, un 70 por ciento de los ingresos que corresponden a Palestina pasan antes por manos israelíes. Y en vez de transferirlos directamente, Israel usa estos fondos para presionar y amenazar a las autoridades palestinas, explica la FICHA PAÍS de la OID.

Por ejemplo, Israel descuenta de los impuestos recaudados que tiene que librar a Palestina la cantidad que le parece que la Autoridad Palestina en Cisjordania destinará a las ayudas a presos o las familias de "mártires" de la causa.

Por otro lado, Israel impone unos costes tan altos a los bienes y servicios producidos en Cisjordania y Jerusalén Este que a los palestinos los resulta más barato comprar productos israelíes o importar del extranjero, lo cual provoca que tengan un gran déficit comercial.

La ocupación también provoca problemas medioambientales y energéticos en Palestina. Gracias a la OID, nos enteramos que Israel ha convertido los territorios palestinos de Cisjordania en un gran vertedero para llevar los desechos domésticos e industriales de sus ciudadanos. También se apropia de zonas forestales palestinas declarándolas parques naturales israelíes.

La OID dice que el caso de Gaza todavía es peor en el ámbito medioambiental, porque la población palestina está encarcelada entre un muro y el mar, así que sus desechos suelen acabar en el agua del Mediterráneo. Probablemente no tienen más remedio, pero con esto malogran las pocas fuentes de recursos que tienen, en concreto la pesca.

En Gaza más de la mitad de la población ya era pobre antes de estos días de bombardeos en los que se calcula que se han destruido más del 25% de las viviendas

Debido al ataque de Hamas del 7 de octubre, Israel ha cortado la entrada de alimentos, agua, luz y combustibles en Gaza. La paradoja es que en el subsuelo a lo largo de toda la franja de Gaza hay grandes reservas de gas y petróleo, pero su explotación ha sido asumida y controlada por empresas israelíes.

Como consecuencia, los palestinos se ven obligados a importar la gran mayoría de la energía que consumen a Israel con las tasas y gravámenes que las autoridades israelíes quieran imponerles. Gaza queda desposeída así de una fuente de ingresos y también de una independencia energética, que ahora que Israel ha consumado completamente el asedio de la franja, habría sido muy valiosa.

El resultado de todas estas y otras cosas es que los palestinos son muy pobres. En Gaza más de la mitad de la población ya era pobre antes de estos días de bombardeos en los cuales se calcula que se han destruido más del 25% de las viviendas. Ahora deben ser muchas más, pero el sesenta por ciento de los gazatíes ya dependía para sobrevivir de la ayuda humanitaria internacional. Esta ayuda es la que ha sido bloqueada en las fronteras de Gaza y que Israel ha intentado impedir tanto como ha podido que llegara a los que lo necesitan desesperadamente.