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Jordi Verdú: "El biotech hace de Lleida un polo de atracción"

El vicepresidente del Patronato de Promoción Económica de la Diputación de Lleida reclama alianzas institucionales para revertir el desequilibrio territorial

Jordi Verdú es vicepresidente del Patronato de Promoción Económica de la Diputació de Lleida
Jordi Verdú es vicepresidente del Patronato de Promoción Económica de la Diputació de Lleida
Lleida
31 de Julio de 2023

Recién nombrado vicepresidente del Patronato de Promoción Económica de la Diputación de Lleida, anteriormente ya había formado parte del ente provincial a través de la gestión de ámbitos como los recursos humanos o los deportes, Jordi Verdú, alcalde de Corbins (Segrià), es maestro de Educación Primaria y técnico superior en animación sociocultural. Su vínculo con el sector económico y emprendedor lo tiene con su experiencia de cuatro años como técnico de gestión del vivero de empresas del CEEI Lleida. Asegura que con su nueva tarea se pondrá el sombrero de alcalde rural "para facilitar las oportunidades a los pueblos".

¿Cuál es el principal reto al cual se enfrenta en este cargo que acaba de estrenar?

Uno de los primeros desafíos que tengo que afrontar es el equilibrio en la promoción económica. Es decir, me tengo que poner el sombrero de alcalde rural "para facilitar las oportunidades a los pueblos", que actualmente acumulan una serie de dificultades administrativas que frenan el desarrollo de determinados proyectos. Estoy pensando en la gestión y ejecución de los fondos europeos Next Generation, las licitaciones de obras mayores o la validación de determinadas certificaciones energéticas.

¿Y qué papel pueden jugar desde el Patronato?

Nuestra apuesta tiene que ser acercarnos a los ayuntamientos. Siempre se ha dicho que la Diputación es el ayuntamiento de los ayuntamientos. Creo que tenemos que incidir en esta línea de hacer alianzas entre los diferentes consistorios para ganar músculo. Pero más allá de estos acuerdos, nuestra voluntad es ser más ambiciosos y replicar y extender la alianza del G-10, que ya se visualizó en el pasado mandato. Es la colaboración entre instituciones y la sociedad civil y que está formada por la Paeria, la Diputación de Lleida, las cámaras de comercio de Tàrrega y Lleida, la Generalitat, Pimec, Coell, UGT, CCOO y la Universitat de Lleida.

"Dejando de lado los términos políticos, tenemos que crear una agenda institucional compartida para mejorar la competitividad empresarial"

¿En qué ámbitos tendría que profundizar esta colaboración?

La premisa tiene que ser transformar el territorio mediante las mejoras en el sector agroalimentario a través de la innovación y la planificación estratégica. Dejando de lado los términos políticos, tenemos que crear una agenda institucional compartida para mejorar la competitividad empresarial. Este es uno de los retos más urgentes. Hay una serie de exigencias que son irrenunciables, de las cuales forman parte la protección del medio ambiente, la potenciación de la sociedad del conocimiento y la digitalización o la necesidad de acercarnos a las empresas. Tenemos que ser capaces de detectar los segmentos productivos, generalmente vinculados al agroalimentario, para ofrecer apoyo técnico y económico en el mundo local, pero también al tejido empresarial.

Precisamente, desde el sector empresarial se pone el foco en las conexiones o en las infraestructuras. ¿Cómo se puede responder a estos requerimientos?

La idea fuerza es la necesidad que los ciudadanos y las empresas se quieran fijar en el territorio y arraigar en nuestra casa. Es cierto que faltan buenas conexiones, especialmente con las comarcas de montaña de los Pirineos, pero también facilitar los proyectos empresariales de emprendedores rurales, que con la pandemia se ha constatado que pueden ser viables, y potenciar este espíritu ya desde la comunidad educativa. Existen una serie de oficios, derivados de la Formación Profesional (FP), con un déficit importante de mano de obra, como son los carpinteros, los fontaneros o los electricistas. Esta carencia de oferta puede ser un impulso para fijar población en el territorio. Desde el Patronato, defendemos el lema que explica este concepto. Somos una tierra de oportunidades y estas las tenemos que buscar desde los jóvenes.

¿Qué balance hace de los programas de apoyo empresarial puestos en marcha por la Diputación?

Una de las herramientas que mejor está funcionando son los Puntos de Atención Globalleida que se han convertido en una referencia de apoyo a la empresa y a la emprendeduría en la esfera comarcal. Están repartidos por el territorio, puesto que como mínimo hay uno por comarca, y hace que una persona que tenga una idea no tenga que ir necesariamente a Lleida para recibir asesoramiento, sino que un técnico lo puede ayudar a sacar adelante su proyecto empresarial. Resulta muy útil para los mismos ayuntamientos, que pueden informar a los emprendedores que disponen de esta posibilidad. Como ejemplo de esta colaboración, está demostrado que la conexión entre la Diputación, los Consejos Comarcales y los consistorios son lo que hace que se desarrollen ayudas Feder o subvenciones para certificaciones energéticas.

"Creo que ya se ha acabado el estigma de inferioridad y de una autoestima baja. Lleida es una tierra de oportunidades y queremos y podemos demostrar que somos buenos y lo hacemos bien"

¿Qué inquietudes les trasladan los ayuntamientos en este aspecto?

Muchas veces nos comentan que no tienen la capacidad técnica suficiente para ejecutar determinadas licitaciones. Por eso, hace falta una coordinación para avanzar en proyectos comunes. Normalmente, hay preocupación por temas relacionados con la gestión del agua, la sequía o la renovación de las cañerías o el alcantarillado. En este aspecto, el rol del Patronato  tiene que ser facilitar los estudios para que se puedan valorar los proyectos.

¿Cómo se tiene que afrontar la estadística reiterativa de la huída de empresas de Lleida por las condiciones fiscales?

Tenemos que mejorar las conexiones, las vías de comunicación con los Pirineos, acelerar la instalación de la fibra óptica. Se tienen que generar nuevos atractivos y potenciar los que ya tenemos. El biotech y la agricultura hacen de Lleida un polo de atracción para un determinado ecosistema empresarial. El trabajo tiene que ser potenciar este talento y para atraerlo, la fórmula implica investigar, modernizar e innovar. Si rejuvenecemos al sector agrícola con esta nueva industria, seremos más competitivos.

Recientemente, el presidente de la Cámara de Comercio de Lleida, Jaume Saltó, afirmó que Lleida todavía le queda para creerse su potencia. ¿Cómo lo tiene que hacer?

Creo que ya se ha acabado el estigma de inferioridad y de una autoestima baja. Lleida es una tierra de oportunidades y queremos y podemos demostrar que somos buenos y lo hacemos bien. Nuestras potencialidades hacen que seamos atractivos para los ciudadanos y las empresas foráneas. Eso sí, lo tenemos que seguir haciendo conjuntamente para poder presumir de que tenemos una economía puntera.