Graduada en Ingeniería Biomédica por la Universitat de Barcelona, Judit Giró (Vallmoll, 1996) tiene un máster en Sistemas Ciberfísicos Integrados por la Universidad de California. Durante sus estudios en Barcelona, conoció a un perro que olfateaba el aliento de los pacientes y ladraba si tenían cáncer de pulmón, lo que la llevó a pensar que, si la biología tiene una forma de hacerlo, los ingenieros también podrían construir un dispositivo con este principio. Fue en California donde conoció a Billy, un informático de Taiwán con quien creó The Blue Box, un dispositivo biomédico impulsado por inteligencia artificial y diseñado a partir del sistema olfativo y las neuronas olfativas de un perro. Está destinado a realizar un test de cáncer de mama en casa de manera no invasiva, no irradiante, no costosa, específica y fácil de usar. Una emprendedora que ha recibido varios premios, entre ellos el premio Fidem 2023 a la mejor innovación y, lo más importante, no tiene pelos en la lengua: "La buena suerte no existe, la tienes que fabricar".
Una trayectoria profesional llena de desafíos y superaciones desde la universidad hasta la actualidad, con tan solo 27 años. ¿Cuál es su carta de presentación?
Me gusta definirme como una ingeniera biomédica que tiene la suerte de trabajar con la mejor máquina que existe en el mundo: el cuerpo humano. Recojo datos que ya figuran en nuestro organismo y que, desafortunadamente, nadie utiliza. Posteriormente, los transformamos en "conocimiento potente" para detectar si alguien tiene cáncer de mama.
El conocimiento la llevó a crear The Blue Box, un dispositivo biomédico capaz de detectar si se padece cáncer de mama analizando la orina. ¿Cómo llegó hasta aquí?
Cuando estudiaba Ingeniería Biomédica, mantenía un estrecho contacto con los médicos del Hospital Clínic de Barcelona, y siempre aprovechaban para comentarnos algunas "ineficiencias" que existían en su lugar de trabajo. Y sinceramente, lo que más divierte como ingeniera es que te cuenten problemas (risas). Y, sobre todo, encontrar la solución.
Una de las asignaturas que más me gustó de la universidad tenía que ver con los modelos biomédicos. Se trataba de tomar el cuerpo humano, donde hay procesos biológicos complejos con muchos parámetros al mismo tiempo, y traducirlo a las matemáticas. La biología es poesía, mientras que las matemáticas son números. Pero, cuando se logra la traducción, se pueden resolver muchos problemas.
Y de aquí a cuantificar el cuerpo humano.
Siempre he tenido una frustración con los pocos lectores que existen del cuerpo humano, ya que nuestro organismo tiene parámetros que nos pueden alertar de enfermedades cuando estamos a tiempo de solucionarlas y aplicar un tratamiento efectivo. Con la metástasis, ya es mucho más complejo.
Cuando estaba en la universidad, The Lancet publicó un artículo sobre una mujer del Reino Unido que tenía un perro que no dejaba de olerle el brazo y la pierna. La mujer decidió ir al médico ante este suceso y le diagnosticaron una mancha cancerígena. También está el ejemplo del Hospital Clínic, que fue un centro pionero en entrenar perros para detectar el cáncer de pulmón. Por lo tanto, el diseño que buscamos los ingenieros ya existe y está en la naturaleza. Y lo más importante: traducirlo en un producto. Y de ahí nació The Blue Box.
"La biología es poesía, mientras que las matemáticas son números. Pero, cuando se logra la traducción, se pueden resolver muchos problemas"
El funcionamiento de The Blue Box es sencillo: solo se debe introducir en "una caja" una muestra de orina y en cuestión de minutos se sabe si se padece cáncer de mama o no. ¿Qué hay detrás?
Hay un modelo de inteligencia artificial y, además, hemos transformado la "nariz del perro" en una placa electrónica con sensores. El "cerebro" es el software, mientras que la "nariz física" es el hardware. Quise crear una prueba de concepto durante mi Trabajo Final de Grado (TFG) de la carrera y funcionó. De ahí mi formación posterior en California para aprender sobre sistemas integrados y crear mi empresa.
Con el paso de los meses, ampliamos el equipo y la expansión, entre la ciudad condal, California y Taiwán. ¿Con cuántos miembros cuentan y cómo prevén la comercialización del producto?
Contamos con cinco trabajadores, muchos mentores que son asesores científicos, también asesores clínicos y el respaldo de la Universitat de Barcelona y la Universidad de California. Durante el 2023 realizamos estudios preclínicos en hospitales de España y analizamos a 500 mujeres. Como resultado, se determinó que la sensibilidad de The Blue Box es del 88%, mucho más alta que la de una mamografía. Y, en el caso de las mujeres menores de 55 años, en las que la mamografía funciona "mal", es un 30% superior. Si una joven tiene cáncer de mama en estos momentos, es más fácil que lo detecte antes The Blue Box que una mamografía. Durante el 2024 trabajaremos con las regulaciones pertinentes y, si todo va bien, conseguiremos la comercialización del producto en el 2025.
"Un euro invertido en prevención equivale a diez euros invertidos en curar"
Un producto económico, diez veces menos de lo que supone realizar una sola mamografía.
Una vez que The Blue Box esté en el mercado, estará disponible en hospitales y hogares, y una prueba debería costar alrededor de 47 euros.
Lamentablemente, una de cada ocho mujeres será diagnosticada con cáncer de mama a lo largo de su vida. En su caso, fue su madre, cuando usted estaba terminando la carrera. ¿Por qué considera que la medicina del futuro se centrará más en prevenir que en curar?
Un euro invertido en prevención equivale a diez euros invertidos en curar. Para mejorar la prevención, es necesario implementar sistemas de screening poblacional y hacerlo de manera prospectiva. Por lo tanto, a veces es un cambio conceptual y no solo se trata de decirlo, sino de cambiar cómo evoluciona la medicina.
Los médicos son profesionales altamente capacitados que evitarán que nos muramos. Deberíamos enfocarnos en la prevención para permitir que los médicos destaquen en casos imposibles. Se deben sacar a los pacientes sanos del hospital y llevarlos a la atención primaria. Por ejemplo, The Blue Box puede ayudar con la descongestión del sistema sanitario debido a la falta de personal. Además, como es una prueba muy fácil de realizar, se puede trasladar la prevención del cáncer de mama a los centros de atención primaria. De esta manera, solo llegarían al hospital aquellas mujeres que tienen alta sospecha de cáncer de mama y los médicos podrían trabajar de manera más eficiente.
¿Por qué la salud femenina es la gran olvidada? Se habla de las vacunas de la covid-19 y los efectos en la menstruación de las mujeres, por ejemplo.
Hay muchos motivos por los cuales la salud femenina a menudo queda en el olvido. De hecho, me sorprendió mucho cuando asistí a la feria médica de Düsseldorf (Alemania) y vi que no hay tanta innovación en medicina como podría parecer. Aunque hay un gran potencial y mucha gente investigando, la innovación es muy lenta. En estos momentos hay dos motivos que lo explican. El primero, la industria médica es impermeable a la innovación, pero debe serlo para mantener unos estándares de calidad muy altos. El segundo hecho: mucha innovación surge en las startups y muchos gigantes de la medicina compran a empresas emergentes que están innovando, lo que hace que dependan de las decisiones de los fundadores.
"The Blue Box puede ayudar con la descongestión del sistema sanitario debido a la falta de personal"
Existen muchas barreras para ser emprendedora, sobre todo porque muchas de ellas, o personas en su entorno, han experimentado el problema de salud relevante que quieren "curar". Por lo tanto, muchas iniciativas relacionadas con la salud femenina son lideradas por mujeres, aunque tienen acceso a un porcentaje muy pequeño de capital, ya que la mayoría está en manos de inversores masculinos. Existe una estadística que afirma que si eres una emprendedora mujer y tu primer inversor es un hombre, es más fácil conseguir capital. Finalmente, es difícil invertir en empresas lideradas por mujeres, aunque la tendencia está empezando a revertirse. Además, invertir en un mercado con pocos inversores puede llegar a ser muy rentable.
La he escuchado en apariciones públicas comentar que "la buena suerte no existe, la tienes que fabricar". ¿Cuál ha sido la gran lección que ha recibido en el ámbito profesional?
He aprendido que el equipo lo es todo y se debe dedicar mucho esfuerzo y recursos para que la gestión del personal funcione y pueda repercutir en el éxito de una empresa emergente.
Anna N. Schlegel y Judit Giró, premios Fidem 2023 a la tecnología y la innovación. También ha recibido el premio a la mejor iniciativa empresarial de la Associació de Joves Empresaris de Catalunya (AIJEC) o el premio a la mejor startup de Ciencia de la Barcelona New Economy Week. Si la entrevisto en cinco años, ¿dónde le gustaría estar?
Me gustaría saturar gran parte del mercado europeo, de los Estados Unidos y otros países y que no solo fuera de prevención del cáncer de mama, sino de detección global de cáncer. Lo más interesante de nuestro proyecto es que no somos un simple test, sino que somos una plataforma de detección de cáncer a partir de fluidos humanos. Y quien sabe, poder detectar cánceres de mama, endometrio u otros tumores.
¿Cree que sería posible?
Ahora mismo no puedo decir un sí rotundo porque hace falta investigación científica. Basándonos en la biografía publicada somos optimistas en este sentido (sonríe).
Cuestionario breve:
¿Quién le inspira? Seguir a los emprendedores que creen en su proyecto y que no hacen caso de quienes les dicen que "no funcionará".
Último libro: La Fundación de Isaac Asimov.
Un deporte: El patinaje sobre ruedas.
Hobby favorito: La vida social.
Si tuviera 18 años, ¿qué carrera le gustaría estudiar? Volvería a estudiar lo mismo. Me encantó.
El mejor consejo profesional: "No tienes que hacer nada más que entender el mercado". Mi trabajo es entender a la gente.
El mejor rincón de Barcelona: Pasear por la calle Enric Granados.