Las pequeñas y medianas empresas se encuentran con verdaderas dificultades para conseguir financiación y así invertir en nuevos proyectos. Qué opciones tienen estas compañías a la hora de ir a buscar dinero?
"La cotización al Mercado Alternativo Bursàtil (MAB) supone un instrumento de financiación alternativa a la carta tradicional de los bancos".
Así lo explica el presidente de la compañía leridana Griñó Ecológico, Joan Griñó. La firma, especializada en el tratamiento de residuos, salió al MAB hace dos años y hoy en día defiende la operación porque ha aportado ventajas. "Nos ha dado una visibilidad extraordinaria y una gran credibilidad en el ámbito internacional". Incluso, Griñó comenta que ha mejorado la relación con los bancos.
El MAB es la bolsa de las pequeñas y medianas empresas (pymes). De esta forma, acontece un escenario para compañías de pequeña capitalización que sirve porque estas puedan obtener financiación a través de inversores que, por otro lado, pueden comprar y vender acciones de estas firmas en un mercado reglado en el cual estas cotizan.
Las empresas que quieran salir al MAB tienen que ser sociedades anónimas, tener auditados sus cuentas al menos dos años antes de empezar la cotización y centrar su actividad en la comercialización de productos y servicios. Para entrar al mercado, necesitan presentar una oferta de emisión que supere los dos millones de euros en acciones.
Instrumento para salir al exterior
El incremento de la presencia internacional de Griñó ha hecho que la compañía se esté planteando ampliar capital pronto, puesto que no lo hizo al iniciar su aventura al mercado bursàtil alternativo. Al 2011, la acción de la empresa tenía un precio inicial de 2,29 euros, valor que se ha reduit hasta el 1,91 actual. Joan Griñó atribuye este hecho a la caída de la actividad económica por las circunstancias coyunturales.
Los planes de crecimiento fueron el impulso que trajo a Inkemia de Mollet del Vallès (Vallès Oriental) a estudiar la entrada al MAB. "Desde hace dos años nos lo planteábamos, pero en julio pasado consideramos que era el momento adecuado para obtener financiación por nuestros proyectos de expansión", recuerda el consejero delegado de la compañía, Josep Castells. La sociedad se dedica al diseño de tecnología por los sectores químico, farmacéutico, biotecnológico, agroalimentario y cosmético.
Crecimiento orgánico
A diferencia de Griñó Ecológico, Inkemia aterrizó al MAB con la formula del listing, es decir sin aportar capital, esperando que el mercado definiera el valor de la acción. Finalmente, el título quedó en 0,95 euros y la ampliación de capital de 2,5 millones de euros tuvo una sobre demanda del 4%. Castells explica que este importe se destinará a la internacionalización, la inversión en R D y y por un Fondo de Capital Conocimiento.
La salida al exterior de Inkemia se centra en países como Brasil, Colombia o Francia. "El MAB nos ha dado músculo financiero, al pasar de contar con 130 inversos en diciembre pasado a los 290 actuales", precisa Castells. El consejero delegado admite que hasta que el mercado bursàtil no disponga de medio centenar de empresas nohabrá demasiada crítica para ser competitivo. Para Castells, "las pymes tienen una oportunidad dentro de este mercado si piensan a diversificar su actividad con una base sólida y no buscan cubrir los gastos corrientes".
Hoy en día, el MAB está formado por 22 empresas de sectores diversos, aunque la mayoría pertenecen al sector tecnológico. El reto pendiente del mercado es aumentar su volumen de contrataciones y de operaciones financieras. A diferencia de la Bolsa tradicional, el MAB tiene una regulación específica por las SICAV (Sociedades de Inversión de Capital Variable), las compañías de capital riesgo y las pymes. Sus referentes europeos son: el AIM británico, el Neuer Markt alemán o el Noveau Marché francés.