04
de Septiembre
de
2014
Act.
30
de Septiembre
de
2014
Regreso de pedidos , gastos logísticos y pérdida de mercados de comercialización. Estas son algunas de las consecuencias por el sector agrario catalán del veto ruso a la entrada de productos agroalimentarios procedentes de la Unión Europea (UE), cuestiones que analizará este viernes el Consejo extraordinario de Ministros de Agricultura de la UE.
En esta reunión extraordinaria, que se celebrará en Bruselas, España pedirá que se realice una "vigilancia individualizada" de cada sector para ver el posible impacto del veto ruso, según agencias. Este miércoles el consejero de Agricultura, Josep Maria Peregrino, ha pedido más apoyo político de la UE en las ayudas a los productores, después de asegurar que la CE ha actuado "tarde".
En casa nuestra, las consecuencias noson pocas y la preocupación ya es evidente. El cierre de las fronteras lo han aprovechado empresas distribuidoras otros países para vender la fruta o la leche a un precio más bajo del que cuesta producirlo en Cataluña. Es la práctica comercial conocida como dumping y que impide a los labradores y ganaderos competir con los otros mercados.
La presidenta de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), Rosa Ciruela, recuerda que el veto ruso ha provocado pérdidas importantes al sector lácteo catalán. "Hemos dejado de exportar por un valor de 200 millones de euros". Pero más allá de este hecho, lamenta que se resuciten determinadas estrategias comerciales. "Una misma multinacional compra el litro de leche más caro en Francia que en España porque se aprovecha de que aquí no existe ninguna normativa que obligue a no vender por debajo los costes de producción ".
Promoción e intervención del mercado
Ante esta situación, Ciruela propone políticas sensibles con el campesinado y ganadería catalana, de forma que se "promocionen los productos propios". La presidenta de Asaja apoya la medida que está a punto de aprobar la UE para que se puedan almacenar la leche y la mantequilla que no se han podido vender en Rusia. "Sin la intervención para regular el mercado, las pérdidas se multiplicarían".
Aún así, el sector más afectado por la crisis rusa es el de las frutas y hortalizas. Al tratarse de un producto perecedero, las salidas comerciales son más limitadas. El cierre de la frontera rusa ha supuesto que no se envíen entre 50 y 70 millones de kilos de melocotones y nectarines.
El responsable del sector de la fruta de Unión de Labradores (UP), Xavier Gorgues, alerta de que una decisión política está pasando factura al sector agroalimentario catalán. "El volumen de fruta que se exporta en Rusia no se puede consumir a la Unión Europea. De esta forma, otros países como Francia e Italia se ven obligados a traer su producción, especialmente manzana y pera en Cataluña, provocando una sobre oferta todavía más grande".
La "calma tensa del sector porcino"
Gorgues explica que al quedarse sin el suministro de variedades de fruta de hueso, Rusia compra a otros mercados, como puede ser el caso de Turquía. "Los turcos no pueden servir toda la demanda de Rusia y acaban importando en Grecia a un precio muy por debajo de los costes que tiene producirlas".
La situación todavía viene de más lejos al porcino. A este sector, lo afecta la prohibición rusa de comprar carne de cerdo elaborada en Europa desde febrero. A partir de agosto, en la medida se incluyeron los animales vivos. El responsable de los sectores ganaderos de la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC), Ramon Armengol, habla de una "calma tensa" en este momento porque los ganaderos han buscado nuevos mercados y oportunidades.
Esto si, advierte que si después del otoño no se desencalla el conflicto político entre Rusia y la UE, los dos principales exportadores de carne de cerdo hacia la zona (Alemania y Polonia) tendrán sobre oferta, hecho que provocará una caída generalizada del precio en origen del cerdo en Europa.
La amenaza del veto ruso sobre el ámbito agroalimentario catalán todavía se podría extender además sectores ganaderos.
En esta reunión extraordinaria, que se celebrará en Bruselas, España pedirá que se realice una "vigilancia individualizada" de cada sector para ver el posible impacto del veto ruso, según agencias. Este miércoles el consejero de Agricultura, Josep Maria Peregrino, ha pedido más apoyo político de la UE en las ayudas a los productores, después de asegurar que la CE ha actuado "tarde".
En casa nuestra, las consecuencias noson pocas y la preocupación ya es evidente. El cierre de las fronteras lo han aprovechado empresas distribuidoras otros países para vender la fruta o la leche a un precio más bajo del que cuesta producirlo en Cataluña. Es la práctica comercial conocida como dumping y que impide a los labradores y ganaderos competir con los otros mercados.
La presidenta de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), Rosa Ciruela, recuerda que el veto ruso ha provocado pérdidas importantes al sector lácteo catalán. "Hemos dejado de exportar por un valor de 200 millones de euros". Pero más allá de este hecho, lamenta que se resuciten determinadas estrategias comerciales. "Una misma multinacional compra el litro de leche más caro en Francia que en España porque se aprovecha de que aquí no existe ninguna normativa que obligue a no vender por debajo los costes de producción ".
Promoción e intervención del mercado
Ante esta situación, Ciruela propone políticas sensibles con el campesinado y ganadería catalana, de forma que se "promocionen los productos propios". La presidenta de Asaja apoya la medida que está a punto de aprobar la UE para que se puedan almacenar la leche y la mantequilla que no se han podido vender en Rusia. "Sin la intervención para regular el mercado, las pérdidas se multiplicarían".
Aún así, el sector más afectado por la crisis rusa es el de las frutas y hortalizas. Al tratarse de un producto perecedero, las salidas comerciales son más limitadas. El cierre de la frontera rusa ha supuesto que no se envíen entre 50 y 70 millones de kilos de melocotones y nectarines.
El responsable del sector de la fruta de Unión de Labradores (UP), Xavier Gorgues, alerta de que una decisión política está pasando factura al sector agroalimentario catalán. "El volumen de fruta que se exporta en Rusia no se puede consumir a la Unión Europea. De esta forma, otros países como Francia e Italia se ven obligados a traer su producción, especialmente manzana y pera en Cataluña, provocando una sobre oferta todavía más grande".
La "calma tensa del sector porcino"
Gorgues explica que al quedarse sin el suministro de variedades de fruta de hueso, Rusia compra a otros mercados, como puede ser el caso de Turquía. "Los turcos no pueden servir toda la demanda de Rusia y acaban importando en Grecia a un precio muy por debajo de los costes que tiene producirlas".
La situación todavía viene de más lejos al porcino. A este sector, lo afecta la prohibición rusa de comprar carne de cerdo elaborada en Europa desde febrero. A partir de agosto, en la medida se incluyeron los animales vivos. El responsable de los sectores ganaderos de la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC), Ramon Armengol, habla de una "calma tensa" en este momento porque los ganaderos han buscado nuevos mercados y oportunidades.
Esto si, advierte que si después del otoño no se desencalla el conflicto político entre Rusia y la UE, los dos principales exportadores de carne de cerdo hacia la zona (Alemania y Polonia) tendrán sobre oferta, hecho que provocará una caída generalizada del precio en origen del cerdo en Europa.
La amenaza del veto ruso sobre el ámbito agroalimentario catalán todavía se podría extender además sectores ganaderos.