Esta semana hemos conocido datos sobre los pasajeros al Aeropuerto de Barcelona, el tránsito de contenedores al Puerto y la publicación del informe del Financial Times sobre inversión extranjera directa (FDI) y las tres muestran el dinamismo de la economía catalana en un contexto en que la situación política catalana sigue experimentando subidas de temperatura. He observado que cuanto más frío hace, más grandes son las trifulcas políticas; pero recuerden que correlación no es causalidad.
La economía primero. El tránsito de pasajeros en el Prat creció un 9,1% al mes de enero respecto de enero de 2017, si bien es cierto que Ryanair ha tenido que bajar las tarifas y, gracias a esto, el tránsito aeroportuario del último trimestre de 2017 se ha podido mantener. Ahora bien, hay que hacer una puntualización importante a estos datos: cuando se habla de turismo la variable fundamental es el gasto por turista y nunca, como es habitual a la prensa del país, el número de turistas. Dedo de otra manera: el número de turistas es una variable totalmente irrelevante pero que habitualmente se utiliza con finalidades propagandísticas. El gasto de los turistas en Cataluña ha caído un poco durante el segundo semestre de 2017 y esto se debe de fundamentalmente a los atentados de agosto. La relación entre gasto turístico y violencia es fuertemente negativa y muy documentada por la literatura existente. Esto también vale por los hechos del 1 de octubre.
"Si la prensa financiera europea no ve motivos para no invertir en Cataluña, sería extraño que los inversores cambien el destino de sus ahorros"
Por otro lado, el Puerto de Barcelona ha experimentado un aumento del tránsito de contenedores del 5,4% interanual, el que señala que el sector industrial catalán sigue creciendo a buen ritmo. Por último, el Financial Times vuelve a situar Cataluña como la mejor región sur-europea donde invertir para el periodo 2018-2019. Después de la derrota sufrida por los analistas (ehem) económicos españoles vaticinando una catástrofe económica en Cataluña, la última tendencia de estos analistas es decir que "ahora no, pero a largo plazo sí".
El informe del FT es importante porque desmonta la propaganda madrileña, puesto que si la prensa financiera europea no ve motivos para no invertir en Cataluña, sería extraño que los inversores cambien el destino de sus ahorros. Ciertamente, se diría que en España hace daño que el Proceso no haga estragos en la economía catalana, el que señala la predisposición inexistente para resolver el conflicto de forma bilateral. El sistema político (y mediático) español no tendría que renunciar a afrontar sus obligaciones sin pagar el precio correspondiente pero, aparentemente, incluso esto parece improbable.
Fiebre política
Hablaba de la subida de temperatura a la política y es que esta semana han pasado tres hechos relevantes que no sólo no han aclarado el camino hacia la investidura, sino que lo han complicado todavía más. El primero ha sido la aceptación por parte del Tribunal Constitucional (TC) del recurso presentado por el Parlamento, cosa que alargará la resolución del TC sobre si acepta o no el recurso presentado por el Gobierno de España contra la investidura de Carles Puigdemont. El reloj para la convocatoria de nuevas elecciones parece que sigue parado, el que reduce la necesidad que los partidos independentistas se sienten a negociar en lugar de ir de tertulia en tertulia "haciendo relato". El relato no altera la realidad y, además, los electores lo saben perfectamente.
El segundo es el anuncio del presidente del Parlamento, Roger Torrent, sobre la demanda que presentará al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos para defender la investidura de Puigdemont. Este anuncio ha degenerado en una batalla campal tanto en las redes como las tertulias. Y por último, para añadir más grados al termómetro, el tercer hecho político relevando de la semana ha sido la aparición de Marta Pascal y el PDCat en escena.
"Todo y el dinamismo de la economía, no olvidamos que el cansancio de la población no deja de aumentar"
A parecer mío, los partidos independentistas han olvidado que la investidura (con o sin Puigdemont) se resolverá a última hora y que, por lo tanto, discutirse por eso ahora es absurdo y contraproducente. Asumiendo esto, entenderse bien en el día a día y en las pequeñas cosas es el que nos traerá a una resolución satisfactoria para todo el mundo. Todo y el dinamismo de la economía, no olvidamos que el cansancio de la población no deja de aumentar y en un conflicto político, la desconfianza verso los tuyos trae inexorablemente hacia la derrota.