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La inyección que necesita el sistema sanitario

El 2025 harán falta entre 32.000 y 48.000 millones de euros más que ahora para mantener una atención de salud que también pretenda reducir las desigualdades

La sostenibilidad económica del sistema sanitario sigue siendo un tema pendiente
La sostenibilidad económica del sistema sanitario sigue siendo un tema pendiente
Pau Garcia Fuster
23 de Enero de 2017
Act. 23 de Enero de 2017
"El gasto sanitario representa el 40% del presupuesto público pero se trata como el negociado de las multas". Manel Peiró, director del Insitute for Healthcare Management de Esade, ha resumido de este modo este lunes uno de los principales problemas de la financiación de la salud: carece debate y una acción seria para hacerlo sostenible. Lo ha hecho en la presentación del informe Funding the gap: el futuro del sistema sanitario; un trabajo que la escuela de negocios ha realizado de la mano de Antares Consulting como un primer paso para ayudar a debatir la viabilidad de uno de los principales pilares de nuestra sociedad.

Según este estudio, en 2025 harán falta entre 32.000 y 48.000 millones de euros más que los 64.800 actuales para pagar la factura de la sanidad pública. La diferencia entre los dos escenarios planteados, aseguran, son los 16.000 millones de euros de coste que supone no empezar a actuar desde ahora mismo.

Dos escenarios
"Hemos hecho dos escenarios, un maximalista si el gasto sanitario se sigue comportando como los últimos años; y un possibilista siguiendo la idea de la OCDE y la UE que no prevén un crecimiento lineal y sí la presa de medidas", ha explicado el socio director de Antares Consulting, Joan Barrubés. "Podemos decidir no hacer nada y asumir estos 16.000 millones el 2025, pero supondrán 64.000 millones de euros acumulados en los próximos años", ha advertido.

 



El director general adjunto de Esade, Francisco Longo, ha subrayado que "la preocupación por la financiación del sistema de salud proviene de una serie de buenas noticias". Su universalización, traducida en "el incremento espectacular de la esperanza de vida y los indicadores de salud, así como de la investigación y producción científica"; sitúan España en "un punto privilegiado en el planeta", indica Longo.

Ahora bien, ha recordado que "hay que pagarlo y es una factura alta que va creciente". Longo ha señalado que "si no hagamos nada, será difícil mantener el que tenemos hoy. No nos podremos ahorrar el gasto en salud porque lo demanda la sociedad y porque el coste de la enfermedad todavía es más elevado". Así pues, ha reivindicado "hacer que sea sostenible y en condiciones de igualdad. No sólo se tiene que mantener el tono del sistema, tiene que ser equitativo y accesible para todos los ciudadanos".

Corregir las desigualdades
Precisamente las diferencias dentro del sistema sanitario también se señalan como reto. "Hay fuentes de desigualdad preocupantes porque la salud no se distribuye igual entre la población", denuncia Joan Barrubés. Cuestiones como el tiempo de acceso, sobre todo en el especialista, o el copagament asociado en clases activas y pasivas, y no al nivel de renta, generan estas diferencias. "También hay los funcionarios, que pueden escoger entre sistema público y privado, hecho que también es fuente de desigualdad", apunta Barrubés.

El socio director de Antares Consulting lamenta que el debate "se centra en el gasto", mientras se olvidan estos factores o que la sostenibilidad del sistema sanitario es el resultado de tres variables: "recursos, coberturas y gastos en prestaciones". Barrubés recuerda que los últimos 15 años de media "se ha gastado un 12% más del que se había presupuestado en salud a todas las comunidades autónomas. Por lo tanto, hay un problema de recaudación". A la vez, reclama atender el debate de las coberturas. "Francia es el país de Europa con más copagaments y España, donde hay menos. Seguramente la virtud es en su punto del medio", ha aventurado.

Peiró, Longo y Barrubés han presentado el informe 'Funding the gap'. Esade


Sea como fuere, los autores del informe aseguran querer evitar visiones catastrofistas. "Hay que valorar el enorme éxito del sistema en resultados de salud. Este éxito, pero, no es suficiente si lo miramos desde una visión estrictamente económica", apunta Barrubés. Del 1995 al 2000, el gasto sanitario aumentó en 8.000 millones de euros, muchos menos de los 18.000 en que lo hizo entre el 2000 y el 2005 o los 20.000 del siguiente lustro. Una cifra aún así afectada por la recesión. "Durante la crisis el presupuesto ha caído un 14%, básicamente en remuneraciones, farmacia y en la reducción de inversiones", dice Barrubés.

Un diagnóstico claro
"Tenemos un diagnóstico muy preciso, pero una incapacidad para actuar", ha lamentado Manel Peiró. El profesor de Esade constata que todo y la conciencia general que hay que afrontar el problema de la financiación sanitaria, desde la política no hay incentivos a hacerlo porque "no ganarán ningún voto, como mucho conseguirán perder".