Llega diciembre y la hucha de las pensiones ya tiembla por las extras de Nadal de los funcionarios. La reducción de la pensión pública, la eliminación de la edad obligatoria de jubilación y las nuevas realidades sociales obligan a redefinir el modelo más allá de la Administración pública. Con unos jubilados mileuristas, la Seguridad Social acumula seis años de déficit y al Fondo de Reserva Estatal le quedan poco más de 15.000 millones de euros. Según los últimos datos del Ministerio de Ocupación, Cataluña tiene 1.709.734 pensionistas con una pensión mediana de 961,62 euros. Ante esta situación, las empresas apuestan para buscar la octava maravilla del mundo con fórmulas extraordinarias y alternativas a la pensión pública para equilibrar también así el salario antes y después de la jubilación.
En una jornada organizada recientemente por Fomento del Trabajo y la empresa Willis Towers Watson en Barcelona, el director de pensiones de esta consultora global, Gregorio Gil de Rozas, ha dejado muy claro que la situación actual es "mala" y que en un futuro " habrá pensión pero más baja". A la teoría, un sistema de pensiones ideal se fundamenta en tres pilares: el reparto público, la capitalización de la empresa y la capitalización individual.
Gil: "Si de aquí a 30 años no cambia nada, nos tendremos que acostumbrar a vivir con un 25% menos o ahorrar un 25% más"
Pero lejos del idealismo, parece que todavía hay margen de maniobra. Según Gil de Rozas, "no estamos explotando aquello que Albert Einstein definía como la octava maravilla del mundo: la capitalización compuesta". En economía, quiere decir reinvertir los intereses ganados en una inversión y aplicado a las pensiones, implica trasladar el salario presente a un salario futuro aprovechando el paso del tiempo. Al parecer de Gil, "ahorrar el máximo posible el antes posible". De lo contrario, ha advertido que "si de aquí a 30 años no cambia nada, nos tendremos que acostumbrar a vivir con un 25% menos o ahorrar un 25% más".
Sin edad de jubilación
Tal como ha insistido el secretario general de Fomento del Trabajo, Juan Pujol, "la edad de jubilación legal y obligatoria no existe en España". Gil asegura que el momento llega cuando la prestación de la Seguridad Social, los fondos acumulados en planes de empresas y los ahorros personales permiten afrontar "las expectativas y los deseos de jubilación".
El director de pensiones de Willis Towers Watson también considera que los ciudadanos no están planificando "adecuadamente" su jubilación por un exceso de confianza en el reparto público y una carencia de información sobre las prestaciones de la Seguridad Social. En el caso de Cataluña, el número de pensiones por jubilación hasta noviembre es de 1.099.193 con una pensión mediana de 1.087,99 euros.
A la otra cara de la moneda, Gil asegura que "las empresas no tienen una estrategia para afrontar la salida de sus trabajadores que más se acercan a la edad de jubilación". En este preciso instante, directivos de Aspeyo, Deutsche Bank y Suez Spain han entrado en juego para explicar sus planes de pensiones desde una mentalidad crítica a la vez que constructiva.
Tres planes, un mismo destino
El director de desarrollo organizativo de Aspeyo, Joan Tolra, ha detallado que su empresa invierte más de un millón de euros por año en el plan de pensiones y su objetivo es que "el trabajador tenga un nivel de vida parecida al que tenía antes de jubilarse". Ahora bien, es plenamente consciente que muchos quieren jubilarse "cómo antes mejor" porque saben que cada vez cobrarán menos pensión.
"Nosotros hemos trabajado y capitalizado el tercer pilar del ahorro", ha explicado el director de relaciones laborales de Deutsche Bank, Juan Carlos Cobo, recordando que todavía hay poca gente que utilice su salario para comprar seguros de jubilación. El director de recursos humanos de Suez Spain, Rebrote Orpella, ha destacado su plan de retribución flexible a los trabajadores (seguros de vida o de ahorro) y ha emplazado a los asistentes a "buscar incentivos para facilitar la jubilación".
Conciencia y sensibilización
Con las cartas ya repartidas, Cobo ha puesto sobre la mesa que la estrategia a medio y largo plazo tendría que pasar por "la conciencia y la sensibilización" a través de la información. Los tres han coincidido que el reto necesita buscar "fórmulas alternativas" que equilibren el salario actual y el salario futuro. La octava maravilla del mundo ha vuelto a tocar de pies a tierra.
Tolra: "El objetivo es que el trabajador tenga un nivel de vida parecida al que tenía antes de jubilarse"
"Aquello que no está haciendo la Administración, quizás lo tenemos que hacer nosotros como empresa", ha alertado Gil. Algo más allá del círculo íntimo de las pensiones, Tolra ha puesto sobre la mesa la necesidad de aplicar políticas de mentoring inverso: "Todos hablamos de transformación digital pero aún así, tenemos plantillas analógicas que se acentúan en los trabajadores a punto de jubilarse. Estamos dispuestos a prescindir de su expertise?", se ha preguntado. Orpella ha respondido rompiendo tópicos: "Quizás no hay una contradicción entre la edad y la tecnología". A parecer suyo, la clave se encuentra en "el cambio de cultura y de forma de hacer las cosas". En esto, Suez y Agbar son un buen ejemplo con unas instalaciones con espacios abiertos y sin jerarquías.
"El futuro pasa para buscar un sistema de previsión social sostenible y suficientemente atractivo para los trabajadores y las empresas", ha concluido Tolra. Más de 150 años después, aquella cita de Charles Dickens ("Era el mejor de los tiempos, y era el peor de los tiempos") podría perfectamente viajar al momento actual de las pensiones.