Las nuevas caras, sobre todo femeninas, del Gobierno español muestran un guiño claro hacia Europa y, al margen de esta o aquella otra cartera, la misión propiamente económica que tiene a Hacienda y Economía como principales protagonistas, gusta en Europa.
Nadia Calviño es una mujer que tiene una sólida experiencia en foros europeos e internacionales ejerciendo cargos de relevancia al corazón europeo, muy relacionada con los principales organismos y en condiciones de manejar con destreza la cartera de Economía. Este es un ministerio que, después de los golpes acontecidos y de la ortodoxia marcada desde Washington, Bruselas y Frankfurt, tiene que moverse por el camino de la diplomacia a guisa de ministerio de asuntos exteriores. Porque España todavía tiene mucho para negociar en estas ciudades.
De Montoro a Montero, siempre con acento andaluz, y María Jesús Montero, médica y cirujana, llega a la Hacienda estatal procedente de la Hacienda andaluza. Quizás no sea tan descabellado que una galena se responsabilice de nuestras finanzas públicas porque necesitará un fino bisturí para intervenirlas en un momento donde los afanes expansivos del gasto social pueden provocar un repunte del déficit que sólo se equilibraría imponiendo cargas tributarias más grandes a la ciudadanía o a las empresas.
La financiación que más preocupa
Pero si hay un asunto que preocupa con carácter inmediato en España es lo de la financiación autonómica, que afecta todas las partes involucradas, sin distinciones. El hecho que quién tenga que lidiar con este bravo miura sea precisamente alguien que ha estado al otro lado del diálogo, poco fluido y a veces silencioso, en pro de armonizar criterios y buscar soluciones reales para paliar el crónico déficit de nuestras comunidades autónomas, abre un hilo de esperanza para solucionar, vamos a ver si de una vez por todas y contentando a todas las partes, el conflicto de profunda vainica que altera los ánimos.
"Si hay un asunto que preocupa con carácter inmediato en España es lo de la financiación autonómica, que afecta todas las partes involucradas"
Otro punto a tener en cuenta en cuanto a planteamientos que haga el nuevo Gobierno y, en concreto Hacienda, es el aumento de las cargas tributarias. Se habla del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas aumentando el gravamen para las rentas altas que son en teoría las que superan los 150.000 euros anuales, incluidas las procedentes del capital.
Se rumoreja que a la banca se le impondrá un gravamen especial sobre sus beneficios, coincidiendo con un momento con las cuentas de resultados de nuestras entidades financieras se encuentran entre dotaciones a provisiones, pérdidas por activos tóxicos y estrechamiento de márgenes debido a las condiciones monetarias. Y no son precisamente los reyes de la fiesta. Se insiste, como es habitual, a incrementar los tributos sobre energía y medio ambiente, de reforzar la presión fiscal autonómica…
El impuesto sobre sociedades: qué, quién y por qué?
Pero si que hay un punto del cual se habla con bastante ligereza y que reviste perfiles controvertidos. Nos referimos al aumento de la tributación por el Impuesto sobre sociedades. Sin entrar en el modus operandi de este, sí que conviene subrayar que en los años de euforia, cuando la exuberancia reinaba a nuestras vidas y al mundo de los negocios, la recaudación por este impuesto llegó a superar los 44.000 millones de euros. Actualmente, se mueve alrededor de los 23.000 millones.
"Los políticos ven en el Impuesto sobre sociedades una especie de piedra filosofal para hacer crecer los ingresos tributarios"
Los políticos ven en el Impuesto sobre sociedades una especie de piedra filosofal para hacer crecer los ingresos tributarios. Sin embargo, hay que recordar que después de los siete años de vacas gordas vinieron los siete años de vacas magras. Qué pasó durante los años difíciles? Que muchas empresas acumularon abundados pérdidas.
Si cuando se gana se tributa a Hacienda, cuando se pierde se genera el derecho a compensar pérdidas con beneficios futuros. Actualmente, lucen en muchos balances, sobre todo de grandes empresas y de entidades bancarias, los llamados "activos por impuestos diferidos" que, en lenguaje corriente, se traducen en las cantidades de dinero que las empresas dejarán de pagar a Hacienda por el Impuesto sobre sociedades.
Por lo tanto, Hacienda pierde capacidad recaudatoria. Y hablamos de una cifra que ronda los 100.000 millones de euros. Esta es la suma que Hacienda dejará de recaudar en el presente y futuro por el Impuesto sobre sociedades. Un par de cifras ilustran este tema. Del conjunto de empresas no financieras de la Ibex 35 se registran activos por impuestos diferidos por más de 33.000 millones de euros al cierre del ejercicio 2017 mientras que la banca acumula más de 65.000 millones de euros. Estos son los grandes contribuyentes del Impuesto sobre sociedades.