"Pensamos que es imposible cambiar los horarios, pero es igual que el que pasó con la Ley del Tabaco y ha habido un cambio de hábitos", afirma Fabian Mohedano, presidente del Consejo Asesor para la Reforma Horaria. Es cuestión de proponérselo, de cambiar el chip, de reorganizar el trabajo.... todo suena posible, no? Este martes varios ponentes se han reunido en Barcelona para reflexionar en torno a los horarios y el debate quegeneran en una jornada organizada por el Observatorio Mujer Emprendida y Economía (ODEE) y el Consejo de Trabajo Económico y Social de Cataluña (CTESC). Empresarios, directivos, profesores, profesionales de la Administración pública han coincidido que el cambio horario es más que recomendable, pero que tiene que ser la suma de todos.
"Los horarios nos obligan a hacer esfuerzos de coordinación en los diferentes estadios de vida, pero la clave para resolver el problema es verlo todo como un sistema integrado", ha reconocido la profesora Esther Sánchez durante la presentación de el estudio elaborado por el CTESC del cual es ponente. El informe presenta 41 medidas recomendables para regular la gestión del tiempo de trabajo remunerado en el contexto de la reforma horaria. Entre ellas, que la racionalización de los horarios sea un objetivo capital para las políticas públicas, activar un Plan Nacional y fomentar la elaboración de diferentes pactos del tiempo en los diferentes territorios catalanes. Es el que defiende Mohedano, quien este martes ha remarcado la importancia del cambio porque "es una cuestión de salud pública, no sólo de conciliación ni corresponsabilitat. Hemos roto el ritmo de programación que tiene nuestro cuerpo con el resto de ciudadanos del planeta", ha asegurado.
"A las 9 de la mañana, el 80% de los europeos ya está trabajando. Para encontrar el 80% de europeos que trabaja en Cataluña tenemos que esperar hasta las 11 de la mañana. Cuando nuestro cuerpo está más preparado para resolver problemas, nosotros estamos llegando al trabajo", reflexiona Mohedano. Los horarios de nuestras jornadas laborales están sobre la mesa. Aun así, Sánchez ha destacado que el 47% de los trabajadores hace una jornada partida con una pausa de dos horas para comer, aproximadamente, y que el 95,3% no tiene horario flexible de entrada y salida. Datos que repercuten directamente en cómo se equilibra la vida personal, familiar y laboral y que algunas empresas gestionan de otro modo, herencia recibida según Anna Mercadé, directora de la ODEE, de años de arrastrada "de un pacto del tiempo de la sociedad industrial".
Turnos flexibles y teletrabajo
Es el que ha explicado Griselda Sierra, ninguno de recursos humanos de Henkel Ibérica, compañía líder en flexibilidad horaria. "Podemos entrar desde las 7.30 hasta las 9.30 horas, en fábrica la comunicación de los turnos se hace con antelación porque la gente se pueda plantearse la vida, hay posibilidad de cambio de turnos con compañeros, prioridad para mujeres embarazadas y en horario de lactancia, etc.", enumera Serra. La directiva, quien reconoce que en una gran empresa como la suya es "más fácil" asumir estos cambios, opina que a veces es sólo una cuestión de hábitos. "Conozco gente que no puede dejar de comer un primero y un segundo plato y esto también comporta un tiempo", apunta.
A Henkel, explica Serra, tienen a menudo conferencias con Alemania a las dos del mediodía, razón por la cual ya están acostumbrados a avanzar la hora de la comida. Trabajar habitualmente con oficinas ubicadas en otros países es uno de los motivos de la defensa de la reforma horaria y es resultado de la globalización y la internacionalización de nuestras empresas, como destaca el CTESC.
Es la realidad que vive la firma isardSAT, de la que es socia y directora Mònica Roca. Su empresa trabaja en el campo de la investigación en el sector espacial y cuenta con filiales en Inglaterra y Polonia, por lo tanto,sabe de estas vicisitudes. "Cada uno dentro de sus necesidades se organiza el horario como quiere y ponemos las herramientas tecnológicas para poder gestionar proyectos desde casa. Sabemos que supone un esfuerzo de organización, pero hay un beneficio muy grande de la felicidad de los trabajadores dentro de la empresa que repercute muy positivamente".
La situación de los niños
También el Ayuntamiento de Barcelona ha sido representado en esta jornada a través de Tona Calvo, directora del Programa de Tiempo y Economía de las Curas del consistorio. Calvo ha remarcado la importancia de "poner en el centro del debate las personas" y ha invitado administraciones y ciudadanía "a ser capaces de construir todos los espacios para poder avanzando".
Una idea que Ramon Font, profesor de secundaria y portavoz nacional del sindicato USTEC-Estas, también ha apoyado. Con "moderado optimismo", Font ha coincidido con Mohedano en qué cambiar la situación "es un tema de salud mental, nos ahorraremos las pastillas del futuro". A la vez, apunta que en la comunidad educativa "hay un acuerdo muy grande que se necesita un cambio global a la sociedad porque nosotros sólo no lo podremos hacer. Realmente los niños están sometidos a un gran estrés, muchos niños sólo hablan con sus padres durante 13 minutos diarios. No queremos seguir así".
"La reforma horaria es una cuestión de salud pública"
En un país que come a la hora que el resto de Europa cierra sus reuniones de trabajo, los agentes económicos piden avanzar el reloj para vivir y trabajar mejor
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