Donald Trump ha vivido, de largo, su semana más triste colmo a Presidente de los Estados Unidos de América. Las Vegas sufrió un brutal ataque que dejó más de 50 muertos y 200 heridos. Por otro lado, Puerto Rico sufre una grave crisis humanitaria y la respuesta del gobierno federal está siendo excesivamente lenta en mi opinión.
El domingo 1 de octubre pasará a la historia como uno de los peores días en la historia de los EE.UU.. Durante el último concierto del Festival de música Country, con 22.000 espectadores, en Las Vegas (Nevada), Stephen Paddock asesinó 59 personas y dejó más de 500 heridos desde la habitación de su hotel. Utilizó armamento semiautomático y se disparó antes de la llegada del FBI. A pesar de que Sido Islámico ha reivindicado el ataque, el cierto es que no ha aportado el juramento de fidelidad que suelen enviar los gihadistes antes de atentar, cosa que descarta el salafismo como móvil del atentado. Su compañera, Maryloy Danley, de viaje en las Filipinas, ha declarado no saber nada sobre las intenciones de su compañero y está colaborando activamente con las fuerzas de seguridad.
Fuentes policiales han explicado que el asesino era un millonario del mundo inmobiliario que estaba en posesión de un arsenal armamentístico formidable. Además, han explicado que las semiautomáticas utilizadas en el atentado eran de alta calidad, hasta el punto que el armamento utilizado es de marcada mejor calidad del que dispone el ejército de los Estados Unidos. Qué motivos movieron a Paddock a cometer una atrocidad así? Es incierto si lo sabremos nunca. No hay ninguna explicación exceptuando la maldad. El debate sobre el derecho a traer armamento ha vuelto a aflorar en la política. La novedad es que tanto los republicanos como Donald Trump han aceptado abrir el debate. "Ahora no toca" dijo al más estilo pujolià el Presidente Trump, pero ha dado su palabra que más adelante habrá que afrontar algunas reformas constitucionales.
Si Las Vegas sufre un drama de consecuencias imprevisibles, Puerto Rico sufre una crisis humanitaria que trae, que se conozca, 40 víctimas. La devastación del Huracán María ha dejado imágenes que nunca pensé que pudiéramos ver en un país como Estados Unidos. La semana pasada Ricardo Rossello, Gobernador de Puerto Rico, pidió activar Jones Act para recibir asistencia técnica y financiera para reconstruir el país. Esta semana el Presidente Trump ha autorizado una ayuda de 12.000 millones de dólares a la vez que la Federal Emergency Management Agency (ESTERCOLA) ha enviado los recursos técnicos disponibles. La cifra de muertos supera la treintena, los heridos se cuentan por miles y la destrucción de activos sanitarios ha sido muy elevada, el que provoca que el número de heridos en estado crítico no disminuya. Donald y Melania Trump han hecho esta semana una visita de cortesía a los puertorriqueños. La cortesía, pero, se ha convertido en indignación y vergüenza, puesto que el Presidente justificó su inacción por el desorden de las finanzas públicas puertorriqueñas. El problema, pero, quizás tiene más a ver con que sólo el 47% de los norteamericanos saben que los puertorriqueños también son norteamericanos.
La política y la economía han quedado esta semana en segundo plano. La semana más triste y dolorosa del mandato de Donald Trump tendrá consecuencias profundas en la sociedad americana durante los próximos años.
Descanse en paz.