07
de Mayo
de
2014
Act.
07
de Mayo
de
2014
No es casualidad que muchas empresas emprendan el camino del canal de la Mancha para iniciar su internacionalización. Ya son muchas las marcas que trabajan en el Reino Unido, la quinta economía con la cual España establece relación exportadora. Piezas de vehículos, medicamentos envasados y, sobre todo, alimentos son los productos más exportados desde aquí. Y es que el británico conoce bien este mercado gracias a la presencia de Banco Santander, Inditex, Mango, Telefónica, Ferrovial, FCC, Iberdrola o Grupo Agbar.
En este escenario, el departamento de internacionalización de la Cámara de comercio de Terrassa ha organizado la jornada Reino Unido: oportunidad de negocio a la sexta economía más grande del mundo, acto dirigido a pymes impartido por Gerald Lawson, analista de mercado de la Cámara de comercio de Terrassa en el Reino Unido y por Cristina Valiñani, directora del Trade&Investment Catalonia del Consulado Británico en Barcelona.
Entre el público, muchos empresarios, como Luis San Mateo quién se dedica a la importación de bandas transportadores y ahora quiere instalar una filial en Londres de la empresa Chiorino, de la cual es export salas manager. Entre las múltiples recomendaciones y apuntes de ambos expertos, este es el resumen de las claves que tiene que tener cualquier empresario para vender en el Reino Unido.
Ofrecer novedad
El handicap de ser un mercado con relaciones tan estrechadas es que puede estar saturado. Y es justo el que pasa, tal como reflexiona Lawson. Por eso, considera que las empresas tienen que pensar a ofrecer algo "nueva, interesando y diferente".
El sector alimentario, más fácil
El consumidor británico conoce bien los exportadores de aceites de oliva, frutas, cítricos, carnes, vinos y mariscos. En definitiva, según Lawson, el británic es "un mercado de consumo de productos españoles". De hecho, Lawson asegura que el Reino Unido importa el 40% de sus productos alimentarios. Pero a pesar de que es más fácil que otros sectores para abrirse camino, afirma que también es un mercado "muy saturado" y recomienda gastar bastante tiempo analizándolo. "Se tienen que tomar con paciencia y tiempo, para conocer los importadores, viajando, etc.", apunta.
El inglés, imprescindible
El idioma de los negocios es el inglés y es importante insistir en su uso. "El idioma es la tarjeta de visita y la presentación, el que va a dar la primera imagen de vuestra empresa", apunta Valiñani. En cambio, la experta asegura que no es tan importando el dominio verbal de la lengua porque en el Reino Unido están muy acostumbrados a cerrar negocios, hablar, convivir en definitiva, con inmigrantes.
Además, la presencia online también tiene que ser en inglés. "La web tiene que ser un escaparate de los productos y su descripción se tiene que poder entender perfectamente", recuerda Lawson. Disponer de un catálogo en formato pdf también es recomendable para tener a mano la producción y poder mostrarla al cliente.
Puntualidad y educación, siempre
Es una de las cuestiones más importantes. "Se tiene que avisar aunque llegáis sólo cinco minutos tarde", puntualiza la directora del área comercial del Consulado General Británico en Barcelona. En cuanto a la presentación de tarjetas no hay ningún protocolo: " habrá gente que la dé de cualquier manera y otra que será muy ceremoniosa, todo depende", matiza.
Comunicación e indumentaria formales
Un apunte: nunca se interrumpe al hablar. "El estilo de comunicación suele ser formal, sobre todo al principio y el atuendo de negocios habitúa a ser muy conservador, con vestido oscuro y corbata, en el caso de los hombres", explica Valiñani. Respetar el espacio personal del otro es otra de las recomendaciones de esta experta en el mercado británico.
Olvidar la improvisación
A diferencia de la costumbre española, Valiñani matiza que es básico respetar la orden del día de una reunión y por lo tanto seguir la agenda dentro de lo posible. La improvisación no está muy ver.
Agilidad en la respuesta
"Se tiene que ser rápido para reaccionar a las peticiones con información adicional, el envío de muestras y el mantenimiento de la correspondencia, siempre en inglés", apunta Lawson. "Los e-mails se suelen contestar de manera muy ágil, cuando lleguen o en el mismo día", recuerda Valiñani.
El ritmo de trabajo, a la inversa
Si una pyme decide trabajar en el Reino Unido y consigue reuniones y, incluso, un calendario de trabajo, tiene que tener presente que el horario de trabajo empieza a las 7 de la mañana y que la hora de almorzar es en un breve descanso, de palabra corta duración. "Si hay que discutir temas de negocios , no trucáis fuera de las horas de oficina porque no amplían las extensiones salvo que estén pactadas por adelantado", añade Valiñani.
No al 'cercado por vacaciones'
En relación con el periodo de vacaciones es importante estar disponible siempre, o casi siempre, e intentar pactar las vacaciones con anterioridad. "Sobre todo si sois el proveedor, será raro que digáis que en agosto estará todo cerrado", matiza la experta, recordando la bajada de actividad que se produce en Cataluña (y al conjunto del Estado español) en los meses estivales. Tampoco los británicos reducen el horario a los meses de verano.
En este escenario, el departamento de internacionalización de la Cámara de comercio de Terrassa ha organizado la jornada Reino Unido: oportunidad de negocio a la sexta economía más grande del mundo, acto dirigido a pymes impartido por Gerald Lawson, analista de mercado de la Cámara de comercio de Terrassa en el Reino Unido y por Cristina Valiñani, directora del Trade&Investment Catalonia del Consulado Británico en Barcelona.
Entre el público, muchos empresarios, como Luis San Mateo quién se dedica a la importación de bandas transportadores y ahora quiere instalar una filial en Londres de la empresa Chiorino, de la cual es export salas manager. Entre las múltiples recomendaciones y apuntes de ambos expertos, este es el resumen de las claves que tiene que tener cualquier empresario para vender en el Reino Unido.
Ofrecer novedad
El handicap de ser un mercado con relaciones tan estrechadas es que puede estar saturado. Y es justo el que pasa, tal como reflexiona Lawson. Por eso, considera que las empresas tienen que pensar a ofrecer algo "nueva, interesando y diferente".
El sector alimentario, más fácil
El consumidor británico conoce bien los exportadores de aceites de oliva, frutas, cítricos, carnes, vinos y mariscos. En definitiva, según Lawson, el británic es "un mercado de consumo de productos españoles". De hecho, Lawson asegura que el Reino Unido importa el 40% de sus productos alimentarios. Pero a pesar de que es más fácil que otros sectores para abrirse camino, afirma que también es un mercado "muy saturado" y recomienda gastar bastante tiempo analizándolo. "Se tienen que tomar con paciencia y tiempo, para conocer los importadores, viajando, etc.", apunta.
El inglés, imprescindible
El idioma de los negocios es el inglés y es importante insistir en su uso. "El idioma es la tarjeta de visita y la presentación, el que va a dar la primera imagen de vuestra empresa", apunta Valiñani. En cambio, la experta asegura que no es tan importando el dominio verbal de la lengua porque en el Reino Unido están muy acostumbrados a cerrar negocios, hablar, convivir en definitiva, con inmigrantes.
Además, la presencia online también tiene que ser en inglés. "La web tiene que ser un escaparate de los productos y su descripción se tiene que poder entender perfectamente", recuerda Lawson. Disponer de un catálogo en formato pdf también es recomendable para tener a mano la producción y poder mostrarla al cliente.
Puntualidad y educación, siempre
Es una de las cuestiones más importantes. "Se tiene que avisar aunque llegáis sólo cinco minutos tarde", puntualiza la directora del área comercial del Consulado General Británico en Barcelona. En cuanto a la presentación de tarjetas no hay ningún protocolo: " habrá gente que la dé de cualquier manera y otra que será muy ceremoniosa, todo depende", matiza.
Comunicación e indumentaria formales
Un apunte: nunca se interrumpe al hablar. "El estilo de comunicación suele ser formal, sobre todo al principio y el atuendo de negocios habitúa a ser muy conservador, con vestido oscuro y corbata, en el caso de los hombres", explica Valiñani. Respetar el espacio personal del otro es otra de las recomendaciones de esta experta en el mercado británico.
Olvidar la improvisación
A diferencia de la costumbre española, Valiñani matiza que es básico respetar la orden del día de una reunión y por lo tanto seguir la agenda dentro de lo posible. La improvisación no está muy ver.
Agilidad en la respuesta
"Se tiene que ser rápido para reaccionar a las peticiones con información adicional, el envío de muestras y el mantenimiento de la correspondencia, siempre en inglés", apunta Lawson. "Los e-mails se suelen contestar de manera muy ágil, cuando lleguen o en el mismo día", recuerda Valiñani.
El ritmo de trabajo, a la inversa
Si una pyme decide trabajar en el Reino Unido y consigue reuniones y, incluso, un calendario de trabajo, tiene que tener presente que el horario de trabajo empieza a las 7 de la mañana y que la hora de almorzar es en un breve descanso, de palabra corta duración. "Si hay que discutir temas de negocios , no trucáis fuera de las horas de oficina porque no amplían las extensiones salvo que estén pactadas por adelantado", añade Valiñani.
No al 'cercado por vacaciones'
En relación con el periodo de vacaciones es importante estar disponible siempre, o casi siempre, e intentar pactar las vacaciones con anterioridad. "Sobre todo si sois el proveedor, será raro que digáis que en agosto estará todo cerrado", matiza la experta, recordando la bajada de actividad que se produce en Cataluña (y al conjunto del Estado español) en los meses estivales. Tampoco los británicos reducen el horario a los meses de verano.