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El liderazgo femenino, una carrera de obstáculos y de muros por derribar

El congreso Women Evolution reivindica la igualdad en los lugares de poder para avanzar como sociedad

Maria Eugènia Gay y Maria Alsina reflexionaron sobre el liderazgo femenino | Cedida
Maria Eugènia Gay y Maria Alsina reflexionaron sobre el liderazgo femenino | Cedida
Sant Cugat
14 de Octubre de 2021

El ascenso de muchas mujeres a puestos de poder se convierte a menudo en una carrera de obstáculos. En un camino donde se tienen que derribar muros, romper barreras y sobreponerse a los micromachismos. Con este panorama, la lucha colectiva, de hombres y mujeres, resulta imprescindible para lograr la igualdad real.

Esta es una de las principales conclusiones que se extrajo del Women Evolution, el congreso dirigido por mujeres empresarias y directivas celebrado en Sant Cugat el pasado 7 de octubre. "Hemos avanzado mucho, pero estamos muy alejados de la igualdad real", sentenció Maria Eugènia Gay, decana del Colegio de Abogados de Barcelona, en una mesaredonda con Maria Alsina, directora territorial de CaixaBank en Barcelona.

Un debate moderado por el director de VIA Empresa, Víctor Costa, que destacó desde buen inicio que el Women Evolution más que un congreso es "una revolución" imprescindible para la sociedad.

Maria Alsina: "Hemos avanzado mucho, pero todavía nos queda"

Las dos reflexionaron sobre el liderazgo femenino y las barreras que a menudo se tienen que superar i ellas mismas han superado. "Hemos avanzado mucho, pero todavía nos queda. Es un camino que tenemos que hacer todos, no solo las mujeres", insistió Maria Alsina.

Según la directora territorial de CaixaBank, la idea del liderazgo de las mujeres no es nuevo, sino que se remonta al origen de la humanidad. "Hasta hace pocos años no se le ha dado visibilidad. Pero las mujeres siempre han aportado mucho para avanzar".

Los referentes y la lucha colectiva

Gay destacó la necesidad de contar con referentes en puestos de poder para que las chicas jóvenes vean que todo es posible. "El liderazgo femenino siempre ha sido ejemplificador y transformador y el papel crucial de muchas mujeres ha sido muy importante", reivindicó. Además, recordó el papel de muchas mujeres pioneras, cómo Concepción Arenal, la primera mujer que pudo estudiar derecho en España, a pesar de que lo tuvo que hacer disfrazada de hombre.

Maria Eugènia Gay: "Nuestras predecesoras han hecho mucho por la igualdad y tenemos que ser dignas herederas"

"Nuestras predecesoras han hecho mucho por la igualdad y tenemos que ser dignas herederas de lo que han hecho y que las que vengan después, se lo encuentren mejor", apuntó la decana.

La mesa redonda sirvió para constatar, según Alsina, que a menudo una de las barreras proviene de dentro de las mujeres: "El liderazgo femenino también depende de la visibilidad que nos damos, en creer en nosotras. El primer obstáculo que tenemos las mujeres somos nosotras mismas".

Por eso, es imprescindible una lucha conjunta, cómo reclamó Maria Eugènia Gay: "La sororidad tiene que ser pieza clave para el movimiento del feminismo, una manera de luchar colectivamente. Ser capaces de tejer alianzas entre nosotros e ir avanzando poco a poco, siempre progresando y empujando para ver progresar la humanidad".

Cuestión de igualdad y de justicia

Ambas coinciden en el hecho de que lograr la igualdad real no es solo una cuestión de justicia, sino que la sociedad saldrá ganando. "Está demostrado que cuando las mujeres entran en el liderazgo de las organizaciones, se enriquecen económicamente y se diversifican", destacó durante la apertura del congreso Meritxell Benedí, presidenta del Institut Català de les Dones.

Además, enfatizó la necesidad de una mirada diferente sobre el liderazgo: "Las mujeres y el trabajo que hacemos sostiene el mundo. Sin trabajo reproductivo, no hay trabajo productivo. Cuando lideramos, tenemos que pensar no solo en la producción, sino también en las condiciones de vida de los trabajadores y el impacto del que producimos".

Elena Vila: "A las grandes crisis se ha demostrado que tenemos más capacidad para gestionar situaciones complicadas"

Un liderazgo que se tiene que diferenciar del de los hombres, reivindicó Elena Vila, tinenta de alcaldía de Promoción Económica de Sant Cugat: "Por naturaleza somos más emocionales, más empáticas y más resolutivas. Cómo se ha demostrado en las grandes crisis, tenemos más capacidad para gestionar situaciones y complicadas"

Una carrera de obstáculos

A pesar de que todas reconocen el adelanto de los últimos años, la idea que todavía queda mucho por hacer es unánime. La decana del Colegio de Abogados lo puso de manifiesto con su sector. Las mujeres representan una mayoría en el colectivo de abogados, pero solo un 5,4 % de los despachos tiene una mujer en la dirección. "El techo de cristal es una realidad alarmante", sentenció.

Y no es la única desigualdad y es que Gay también aseguró que la brecha salaríal "existe y es real". En el campo de la abogacía, lo situó en una diferencia del 22% del salario entre hombres y mujeres con la misma experiencia y formación y cargo. "Esto es lo que nos genera la necesidad de organizarnos".

Maria Eugènia Gay: "Tenemos que empujar entre todas para derribar estas barreras"

Y otra desigualdad que denunciaron: la mayoría de las cargas familiares todavía las asumen las mujeres. En su caso, experimentó en primera persona cómo un juez se negó taxativamente a mover la fecha de un juicio que estaba previsto para pocos días después de que diera a luz a su primer hijo. Una de las grandes barreras que han conseguido derribar, puesto que ahora hay un protocolo establecido.

"Tenemos que empujar entre todas para derribar estas barreras, que parece que nunca acaban de caer. Pero si nos quedáramos en casa, sería más complicado avanzar. Que sirva para que las compañeras más jóvenes no se encuentren las mismas dificultades", proclamó Maria Eugènia Gay.

Maria Alsina, por su parte, quiso ofrecer una mirada optimista: "Los obstáculos nos hacen crecer y avanzar". "Esto va de igualdad, libertad, justicia, derechos y democracia. Soy de los que cree que cada día tendría que ser 8 de marzo hasta que el 8 de marzo pueda ser un día cualquiera", concluyó Víctor Costa. 

Y un deseo final que expresó la alcaldessa de Sant Cugat, Mireia Ingla: "Hagamos que el siglo XXI sea el de la mirada feminista. Es una de las primeras grandes transformaciones para afrontar con garantía los retos del futuro".