Este miércoles, 1 de julio, se han reabierto las fronteras europeas después de más de tres meses cerradas a raíz del coronavirus. Los primeros vuelos con origen o destino a países del espacio Schengen han supuesto la reactivación de la actividad internacionales de los aeropuertos. El de Palma es el que más operaciones programadas tiene en el primer día, con un total de 210 -107 llegadas y 103 salidas-.
En el aeropuerto del Prat, por su parte, han despegado 86 aviones y han aterrizado 86 más. La infraestructura ha reabierto una parte del dique longitudinal de la T1. Aún así, el aeropuerto de Barcelona todavía opera a medio gas, pendiente de que el Gobierno central apruebe las conexiones con los 15 países de fuera del espacio Schengen que ha acordado permitir la Unión Europea.
A pesar de que la llegada de turistas todavía es minoritaria, los taxistas aseguran a la ACN que ya empiezan a ser visibles en el aeropuerto. Han pasado de esperar entre siete y ocho horas para tener clientes a conseguirlos en poco más de una hora, explican.
La apertura parcial de las fronteras ha supuesto para el aeropuerto de Girona la reanudación de la actividad comercial. El primer vuelo al aterrizar ha sido uno de Ryanair proveniente de Eindhoven. La aerolínea prevé ir reactivando hasta 18 rutas en el aeropuerto Girona-Costa Brava en julio.
Otra empresa que retomará las operaciones esta semana será Norwegian, en este caso en el aeropuerto del Prat. El jueves llegará el primer vuelo proveniente de Oslo, mientras que el viernes se recuperarán las rutas con Copenhague y Estocolmo.
Medidas de seguridad
Los pasajeros internacionales que llegan a cualquier aeropuerto del Estado español son sometidos a un control sanitario. Primero, se les toma la temperatura por medio de cámaras termogràficas; después, llenan un formulario para asegurar la trazabilidad en caso de contagio; y finalmente, se les somete a un control visual. Si se identifica algún caso sospechoso, hay un cuarto filtro, en el que personal sanitario evalúa la situación del pasajero.