08
de Octubre
de
2013
Act.
09
de Octubre
de
2013
El Estado español es uno de los países que más horas trabaja de toda la Unión Europea . Un cúmulo de trabajo que después no se traduce en producción, puesto que a la hora de la verdad España se encuentra a la cola de los rankings de productividad . Una paradoja que está a la orden del día después de que el Congreso de los Diputados haya creado una subcomisión de Igualdad para estudiar el horario de los españoles y evaluar la opción de cambiar el huso horario como primer paso hacia la racionalización. Ignasi Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, desgrana las claves de los horarios de los trabajadores españoles.
"España tendría que cambiar al meridiano de Greenwich"
El debate está sobre la mesa y el presidente de la Comisión Nacional lo tiene claro: "Consideramos muy importante que España tenga el horario del meridiano de Greenwich". Un horario que haría que el Sido retrasara una hora el tiempo actual para asimilarse en las Canarias, la Gran Bretaña y Portugal.
"El cambio temprano sería positivo para las empresas"
Pasar a tener una hora menos haría que España dejara de tener la misma hora que buena parte de los tótems políticos y económicos de la Unión Europea, como Francia y Alemania. Sin embargo, Buqueras cree que no afectaría nuestra economía: "Ahora, por hora, entramos a trabajar algo más tarde que nuestros vecinos europeos, en caso de pasar al horario del meridiano de Greenwich entraríamos algo más temprano. En líneas generales sería positivo". En todo caso, el presidente de la Comisión pide que las medidas gubernamentales no se queden aquí: "Un cambio de huso horario es interesante pero insuficiente. La racionalización de los horarios laborales y, consecuentemente, personales y familiares tiene que ir más allá".
"Trabajamos muchas horas pero con muy baja productividad"
En España se trabajan más de 40 horas semanales, una media que sitúa el país entre los que más horas laborales hace a toda la Unión Europea, según confirma Ignasi Buqueras: "Somos uno de los líderes europeos con más horas de trabajo y, simultáneamente, somos uno de los estados con menor productividad". "Es un tema que tendría que preocupar mucho a la sociedad y a los agentes económicos y políticos, no podemos seguir así", insiste.
"Tenemos que trabajar menos horas y optimizarlas"
Ante esta problemática, Buqueras defiende que se tiene que hacer un esfuerzo para optimizar las horas de trabajo: "Tenemos que optimizar el tiempo, es básico. Las empresas tienen que tener jornadas más cortas, pero más intensas". El problema viene de fondo y tiene raíces culturales: "En líneas generales la gente no sabe valorar y gestionar el tiempo. Somos un país sin puntualidad y muy poco eficaz en la gestión del tiempo". En este sentido, Ignasi Buqueras encuentra muy positivo que escuelas de negocio como Esade o Iese hayan empezado a trabajar la gestión eficiente del tiempo como materia.
"No vivimos para trabajar, trabajamos para vivir"
La popular regla de los tres vuits define una división exacto de los días en ocho horas para trabajar, ocho horas para el ocio y la familia y ocho más para dormir. Una patrón que, según Buqueras, "desgraciadamente se cumple poco". "Si nos alejamos mucho de esta regla quiere decir que algo no estamos haciendo bien. No somos máquinas, si trabajamos en exceso, si no dormimos el necesario, el rendimiento baja mucho".
"El horario ideal acaba a las 17h"
Según el presidente la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, "la mayoría de empresas de Europa acaban la jornada laboral alrededor de las 17.00h, muchas pliegan a las 16.00h, algunas como máximo a las 18.00h. Aquí lamentablemente hay lugares que todavía están activos a las 20.00h-21.00h e incluso las 22.00h". Ante esto, Ignasi Buqueras plantea un modelo ideal que haría arrancar la jornada laboral a las 7.30h-9.00h y bajar la persiana a las 16.30-18.00h a mucho estirar.
"No todos los trabajos se pueden adaptar a este horario"
A pesar de todo, es evidente que cada trabajo es un mundo y no siempre se puede conciliar un horario que deje la tarda-anochecer libre a los trabajadores. La Comisión cifra en un 80% el número de la población trabajadora que se podría acoger a este horario.quedan exentos algunos sectores como "los hospitales, el orden público, los medios, la restauración, los hoteles y los altos hornos, entre otros, que en muchos casos tienen que contar con efectivos permanentes",
"Somos quienes dormimos menos y esto nos afecta al trabajo"
"Somos el país que menos duerme de la Unión Europea, dormimos 53 minutos menos que la media porque tenemos unos horarios no racionalizados". Una carencia de descanso que después se traduce en "menos productividad, más estrés, mayor siniestralidad laboral, más fracaso escolar y un absentismo más elevado".
"La cultura del 'presentisme' es tercermundista"
Uno de los problemas más reiterados y graves que analiza Ignasi Buqueras es el que denomina como presentisme: "A muchísimas empresas los trabajadores no marchan hasta que la cabeza, presidente, director, gerente o ministro no seva. Esta cultura del presentisme es tercermundista, no tiene ningún sentido porque muchos trabajadores siguen al trabajo aunque no tengan que hacer nada y perdiendo el tiempo hasta que lo ninguna marcha".
"Perdemos el tiempo al trabajo"
En resumen, Ignasi Buqueras concluye que el trabajador medio español no optimiza el tiempo del trabajo como consecuencia de unos horarios nada racionalizados: "Los españoles perdemos el tiempo al trabajo, las jornadas están muy partidas por almuerzos demasiado largos –de hasta 45 minutos– pausas para comer eternas –que pueden llegar a dos horas– y el ya comentado presentisme".
Racionalizar el horario laboral da resultados
El presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles pone ejemplos de compañías que han dado un paso adelante en este sentido: "Iberdrola fue la primera empresa de la Íbex-35 que racionalizó los horarios, en 2007. La mayoría de la plantilla cambió a un horario de 7.30h a 15.30h y desde entonces la compañía eléctrica ha aumentado la productividad, ha disminuido los costes productivos –agua, luz, aire acondicionado, calefacción, etc– y, en tercer lugar y más importante, ha elevado la satisfacción laboral de sus empleados. El capital humano está contento y entonces trabaja más y mejor".
"España tendría que cambiar al meridiano de Greenwich"
El debate está sobre la mesa y el presidente de la Comisión Nacional lo tiene claro: "Consideramos muy importante que España tenga el horario del meridiano de Greenwich". Un horario que haría que el Sido retrasara una hora el tiempo actual para asimilarse en las Canarias, la Gran Bretaña y Portugal.
"El cambio temprano sería positivo para las empresas"
Pasar a tener una hora menos haría que España dejara de tener la misma hora que buena parte de los tótems políticos y económicos de la Unión Europea, como Francia y Alemania. Sin embargo, Buqueras cree que no afectaría nuestra economía: "Ahora, por hora, entramos a trabajar algo más tarde que nuestros vecinos europeos, en caso de pasar al horario del meridiano de Greenwich entraríamos algo más temprano. En líneas generales sería positivo". En todo caso, el presidente de la Comisión pide que las medidas gubernamentales no se queden aquí: "Un cambio de huso horario es interesante pero insuficiente. La racionalización de los horarios laborales y, consecuentemente, personales y familiares tiene que ir más allá".
"Trabajamos muchas horas pero con muy baja productividad"
En España se trabajan más de 40 horas semanales, una media que sitúa el país entre los que más horas laborales hace a toda la Unión Europea, según confirma Ignasi Buqueras: "Somos uno de los líderes europeos con más horas de trabajo y, simultáneamente, somos uno de los estados con menor productividad". "Es un tema que tendría que preocupar mucho a la sociedad y a los agentes económicos y políticos, no podemos seguir así", insiste.
"Tenemos que trabajar menos horas y optimizarlas"
Ante esta problemática, Buqueras defiende que se tiene que hacer un esfuerzo para optimizar las horas de trabajo: "Tenemos que optimizar el tiempo, es básico. Las empresas tienen que tener jornadas más cortas, pero más intensas". El problema viene de fondo y tiene raíces culturales: "En líneas generales la gente no sabe valorar y gestionar el tiempo. Somos un país sin puntualidad y muy poco eficaz en la gestión del tiempo". En este sentido, Ignasi Buqueras encuentra muy positivo que escuelas de negocio como Esade o Iese hayan empezado a trabajar la gestión eficiente del tiempo como materia.
"No vivimos para trabajar, trabajamos para vivir"
La popular regla de los tres vuits define una división exacto de los días en ocho horas para trabajar, ocho horas para el ocio y la familia y ocho más para dormir. Una patrón que, según Buqueras, "desgraciadamente se cumple poco". "Si nos alejamos mucho de esta regla quiere decir que algo no estamos haciendo bien. No somos máquinas, si trabajamos en exceso, si no dormimos el necesario, el rendimiento baja mucho".
"El horario ideal acaba a las 17h"
Según el presidente la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, "la mayoría de empresas de Europa acaban la jornada laboral alrededor de las 17.00h, muchas pliegan a las 16.00h, algunas como máximo a las 18.00h. Aquí lamentablemente hay lugares que todavía están activos a las 20.00h-21.00h e incluso las 22.00h". Ante esto, Ignasi Buqueras plantea un modelo ideal que haría arrancar la jornada laboral a las 7.30h-9.00h y bajar la persiana a las 16.30-18.00h a mucho estirar.
"No todos los trabajos se pueden adaptar a este horario"
A pesar de todo, es evidente que cada trabajo es un mundo y no siempre se puede conciliar un horario que deje la tarda-anochecer libre a los trabajadores. La Comisión cifra en un 80% el número de la población trabajadora que se podría acoger a este horario.quedan exentos algunos sectores como "los hospitales, el orden público, los medios, la restauración, los hoteles y los altos hornos, entre otros, que en muchos casos tienen que contar con efectivos permanentes",
"Somos quienes dormimos menos y esto nos afecta al trabajo"
"Somos el país que menos duerme de la Unión Europea, dormimos 53 minutos menos que la media porque tenemos unos horarios no racionalizados". Una carencia de descanso que después se traduce en "menos productividad, más estrés, mayor siniestralidad laboral, más fracaso escolar y un absentismo más elevado".
"La cultura del 'presentisme' es tercermundista"
Uno de los problemas más reiterados y graves que analiza Ignasi Buqueras es el que denomina como presentisme: "A muchísimas empresas los trabajadores no marchan hasta que la cabeza, presidente, director, gerente o ministro no seva. Esta cultura del presentisme es tercermundista, no tiene ningún sentido porque muchos trabajadores siguen al trabajo aunque no tengan que hacer nada y perdiendo el tiempo hasta que lo ninguna marcha".
"Perdemos el tiempo al trabajo"
En resumen, Ignasi Buqueras concluye que el trabajador medio español no optimiza el tiempo del trabajo como consecuencia de unos horarios nada racionalizados: "Los españoles perdemos el tiempo al trabajo, las jornadas están muy partidas por almuerzos demasiado largos –de hasta 45 minutos– pausas para comer eternas –que pueden llegar a dos horas– y el ya comentado presentisme".
Racionalizar el horario laboral da resultados
El presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles pone ejemplos de compañías que han dado un paso adelante en este sentido: "Iberdrola fue la primera empresa de la Íbex-35 que racionalizó los horarios, en 2007. La mayoría de la plantilla cambió a un horario de 7.30h a 15.30h y desde entonces la compañía eléctrica ha aumentado la productividad, ha disminuido los costes productivos –agua, luz, aire acondicionado, calefacción, etc– y, en tercer lugar y más importante, ha elevado la satisfacción laboral de sus empleados. El capital humano está contento y entonces trabaja más y mejor".