La Cámara de comercio de Barcelona ha dado a conocer los resultados de la economía catalana por el último trimestre del 2018 y sus predicciones por el 2019. Si las previsiones de crecimiento por el año pasado se situaban sobre el 3%, la desaceleración vivida durante los últimos meses ha rebajado la cifra al 2,6% sobre el PIB. Ya por este año, la institución prevé un crecimiento del 2,1%, que supera el 1,4% positivo que se espera por el conjunto de la Unión Europea, pero que queda por detrás del 2,2% que presumiblemente registrará la economía española, el que generará una situación inédita en los últimos años. "Esta desaceleración se explica por el empeoramiento de las condiciones económicas a escala internacional, por el que es la demanda interna la que aguanta un crecimiento del PIB elevado. Se continúa creando ocupación a buen ritmo y los salarios van en aumento", valora el presidente de Cámara Barcelona, Miquel Valls. La economía catalana continuará en crecimiento, pero será la más afectada por las incertidumbres externas por un motivo: es la comunidad más industrializada del Estado.
La estadística que mejor ilustra el impacto de los mercados exteriores sobre la industriacatalana es el de las exportaciones. Si hasta noviembre de 2017 se registraba un crecimiento interanual del 7,3%, en el mismo periodo del año pasado el índice bajó hasta el 1,9%. "Los principales mercados de destino son Alemania, Italia, el Reino Unido, Estados Unidos y la China, que están en recesión, o en procesos como el Brexit o en guerras comerciales", recuerda Valls. Estos cinco países concentran el 31% de las exportaciones catalanas.
El 2019 por primera vez la economía española crecerá más que la catalana: las incertidumbres externas afectan la comunidad más industrializada del Estado
Esta rebaja en la aportación del sector exterior es el principal motivo por la desaceleración de medio punto prevista por la Cámara. Un enfriamiento en el crecimiento del sector industrial que tiene su traducción en los índices de confianza del sector, que se sitúa en un -6,1 por el primer trimestre de este año respecto a los datos del año pasado. "La industria catalana se está ajustando a las nuevas condiciones de la economía mundial, pero, a pesar de todo, los índices todavía son positivos".
Una construcción en crecimiento franco
Si el sector industrial mira al futuro con desconfianza, la construcción vuelve a sonreír, después de años en depresión. El registro de obras nuevas el 2018 ha sido positivo en toda Cataluña, excepto a la ciudad de Barcelona, donde se ha producido una caída del 20%. "Esto es resultado de las trabas administrativas que está poniendo el ayuntamiento. Al resto de la provincia y del país encontramos espacios con más suelo disponible y menos barreras institucionales para el sector", indica Valls.
En cuanto al comercio, el sector ha registrado un humilde crecimiento del 0,3% respecto al 2017 que se explica por la moderación en el consumo de las familias, el auge del comercio electrónico y la perpetuidad de los periodos de descuentos. "La facturación del comercio detallista se ha visto afectada, en parte, por la desaceleración en la ocupación, pero el sector también se tiene que adaptar a los nuevos tiempos para hacer frente a los competidores electrónicos, y para conseguirlo será muy necesaria la ayuda de los municipios".
Menos turistas, pero con más gasto
De nuevo, el turismo es uno de los motores de crecimiento esenciales para la economía catalana, a pesar de que Valls considera que las cifras registradas por el sector el 2018 presentan "luces y sombras". Empezamos por la oscuridad. El número de pernoctacions en el país ha caído un 0,7%, mientras que al resto de España lo ha hecho un 0,1%. La causa de este descenso ha sido la caída del turismo del resto del Estado, que ha estado de un 7% respecto del 2017. En cambio, los turistas extranjeros han crecido un 0,8%. "Cataluña es la comunidad que mejor ha aguantado la recuperación de mercados competidores como Egipto o Túnez porque compite en calidad y no tanto por precio", analiza Valls.
"Cataluña es la comunidad que mejor ha aguantado la recuperación de mercados competidores como Egipto o Túnez porque compite en calidad y no tanto por precio"
El presidente de la Cámara redondea su argumento con los datos sobre gasto turístico, que han crecido un 7,2% durante el último año, llegando a los 20.606 millones de euros, el que representa un 8,5% del PIB catalán. En definitiva, menos turistas, pero más gasto.
La amenaza de la deuda pública
La Cámara también hace hincapié sobre la evolución de la deuda pública catalán como elemento distorsionador en el crecimiento económico del país. Cataluña es la comunidad con más deuda del estado, con 78.500 millones de euros el septiembre de 2018, más del doble que Andalucía y Madrid, que son la tercera y cuarta comunidad en este ranking.
"La deuda actual equivale al 34,2% del PIB catalán, por el que hay que advertir del peligro de seguir aumentando la deuda pública de la Generalitat". El 94% de esta deuda es a largo plazo y es financiado, principalmente, por el FLA, pero este 2019 ya vencerán 3.624 millones de euros de crédito que la Generalitat tiene con los bancos y que tendrán que refinançar-se con nuevas condiciones.