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Los túneles que acercaron Barcelona en el Vallès

Los subterráneos de Vallvidrera, construidos hace 25 años, han contribuido al desarrollo económico e industrial de la comarca y son la alternativa rápida a las colas de la C-58 en hora punta

Los Túneles de Vallvidrera, inaugurados al 1991
Los Túneles de Vallvidrera, inaugurados al 1991
Bàrbara Padilla
12 de Octubre de 2016
Los túneles de Vallvidrera, gestionados desde el 2013 -y hasta el 2037- por Abertis, celebran este año su 25è aniversario. El año 1991, después de tres años de obras, se construyeron como una conexión alternativa a la C-58 entre Barcelona y el Vallès Occidental, y en poco tiempo se convirtieron en una infraestructura impulsora de la actividad económica de la zona. No sólo posibilitaron una conexión más rápida entre los habitantes de los dos territorios, lejos de las colas temprano punta a la C-58, sino que también se transformaron en un motor de crecimiento industrial en el Vallès, haciendo que nuevas empresas, y nuevos habitantes, se instalaran en la zona.

El origen se sitúa a los años 60, cuando surgieron en Barcelona las primeras iniciativas para comunicar la ciudad, mediante un eje viario de alta capacidad, con los núcleos más importantes del Vallès. El peso socioeconómico de ambas regiones hizo necesario la creación de estos túneles para potenciar y garantizar las comunicaciones entre las dos zonas, facilitando el crecimiento y el desarrollo de los territorios. El año 1969, la infraestructura se adjudicó a Túneles y Autopistas de Barcelona (S.A. TABASA), que los construyó y los explotó. Así, los túneles de Vallvidrera acercaron Barcelona en el Vallès, influyendo de manera decisiva en la expansión de las ciudades que se encuentran en la otra banda de Collserola.

    
 
Construcción de los túneles de Vallvidrera. Cedida

Hoy, el perfil más común de usuario a los túneles es, según Abertis, el commuter, que utiliza esta vía para ir a trabajar. También es una alternativa rápida para ir al Aeropuerto del Prat. El año 1991, cuando se inauguró la infraestructura,circularon 2.179.820 vehículos. El año siguiente, la cifra ya era de 6.856.136, con una intensidad mediana diaria de más de 18.000 vehículos. Esta cifra se mantuvo hasta el año 1997, en que el crecimiento fue progresivo, pasando de más de 7 millones de vehículos además de 12 millones en 2010. Después de la crisis, en 2014 se pronunció un fuerte incremento, hasta el punto que a finales del 2015 el volumen era de 10 millones de vehículos; una cifra que también se ha visto incrementada este 2016.

El apoyo de las patronales
David Garrofé, secretario general de la patronal Cecot, explica cuál fue la postura de la entidad sobre la construcción de los túneles: "La Cecot fue una de las instituciones que más insistió en la construcción de los túneles. Para nosotros, significaba un motor de crecimiento y una vía muy importante para descongestionar el Vallès". Y añade: "Nos gustaba porque era sostenible. Tuvo una ensambladura social bono porque miró por los animales del territorio. Bajo los túneles, se instalaron vías de paso porque los animales salvajes pudieran saltar de un lado al otro. Además, es una vía sepultada, con un bajo impacto visual".

Según la Cecot, los túneles contribuyeron a esponjar la comunicación entre ciudades e hicieron que mucha gente se trasladara a vivir en el Vallès, de forma que la economía del territoriosalió reforzada. "Acercó el Barcelonès en el Vallès, puesto que mejoró la conexión de Barcelona con Rubí, Sant Cugat, Cerdanyola, Sabadell, Terrassa y, incluso, Manresa. Además, facilitó la implantación de empresas en el Vallès", asegura Garrofé, que destaca que "una infraestructura siempre ayuda a potenciar la economía de la zona donde se construye. Ya a la época romana, allá donde se hacía un grande vial, se generaba negocio".

Por su parte, Josep Daví, presidente de la Comisión de Infraestructuras y Movilidad de la Cámara de comercio de Terrassa, afirma que la entidad siempre se ha posicionado "a favor del desarrollo y la promoción de nuevas infraestructuras integradas al medio ambiente, impulsoras de la mejora de la calidad de las conexiones y favorecedoras del crecimiento y el desarrollo del territorio". En este sentido, la construcción de una vía que agilizara las conexiones "era considerada una buena noticia".

Para Daví, los túneles también propiciaron una buena conexión viaria del Vallès con Barcelona, que hizo que la comarca se reforzara como zona potencial para acoger inversores industriales y del sector servicios. "La mejora de las comunicaciones siempre facilita la instalación de empresas en una zona determinada. En este sentido, los túneles han contribuido que alrededor de la vía E9 seconcentren influyentes zonas empresariales para el desarrollo del territorio", dice. También, según él, han atraído nueva población. "Los túneles son una vía de desplazamiento de trabajo y de actividades comerciales, puesto que mejoran las comunicaciones y en consecuencia, facilitan la movilidad de personas hacia el Vallès. En su momento, los túneles generaron un importante flujo de gente hacia el Vallès, especialmente hacia Sant Cugat".

Críticas al coste del peaje
A lo largo de los años, los túneles han recibido críticas desde diferentes sectores por el elevado precio del peaje. Hoy en día, los usuarios pagan 3,70 euros (4,16 en hora punta) para utilizar la vía. Según Abertis, "es la administración pública [la Generalitat de Cataluña] quién marca el precio ydetermina los descuentos", que actualmente son para turismos de baja emisión registrados y autorizados en el portal ecoviaT y para turismos con tres o más ocupantes que lo soliciten a su paso por las vías señalizadas 3 del peaje de los túneles. Existe también un descuento por frecuencia de paso (según los viajes que se realizan al mes) y, desde el año pasado, los coches eléctricos no pagan peaje.

Según la Cecot, el peaje es la asignatura pendiente de los túneles. "Es una lástima que no sea más barato. Creemos que se tiene que emprender una línea de trabajo para reducir el precio. Por precio por kilómetro, es uno de los peajes más caros del mundo. De Sant Cugat en Barcelona hay muy poco en linea recta, y el precio del peaje es demasiado elevado para estas dimensiones. Sabemos que una infraestructura de estas características es cara, pero pensamos que no se tendría que penalizar al habitante del territorio", reconoce David Garrofé.

    
 
Imagen actual de los túneles. Cedida


La Cámara de comercio de Terrassa también se ha opuesto históricamente al precio del peaje. "Fue la primera entidad de Cataluña al manifestar el precio abusivo de este peaje. Del análisis del precio por kilómetro sedesprendía que era lo más caro de Europa", apunta Josep Daví. El origen de esta demanda se remonta en 1995, cuando el pleno de la Cámara solicitó a la Consejería de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat que intermediés en una solución eficaz para la rebaja de los peajes de la autopista Terrassa-Manresa, el tramo Sant Cugat-Rubí-Terrassa y los Túneles de Vallvidrera. Esta denuncia desencadenó en un estudio por parte de la Comisión de Industria de la entidad.

Una infraestructura segura y respetuosa con el medio ambiente
Los túneles de Vallvidrera tienen una longitud de 2.500 metros y una profundidad de 180 metros por debajo del pueblo de Vallvidrera. Es una vía bidireccional y tiene una anchura de 12,2 metros. Dispone de tres carriles, siendo el carril central reversible en función del tránsito. Todos los túneles disponen de sistemas de ventilación, iluminación, seguridad y suministro de energía eléctrica y de emergencia, que se controlan de manera automática desde el centro de control, abierto 365 días el año y las 24 horas del día. Para garantizar la seguridad, hay un circuito cerrado de televisión, paneles SOS de emergencia y paneles de información variable, donde se emiten mensajes de seguridad, el estado del tránsito y recomendaciones para los conductores.

Según Abertis, el respeto por el medio ambiente ha sido uno de los aspectos que se han tenido más en consideración desde que se crearon los túneles. La autopista se diseñó con la idea de afectar el mínimo posible el medio ambiente y reducir el impacto sobre el entorno. De hecho, regularmente se realizan acciones de regeneración y controles para preservar al máximo los árboles, la vegetación y las comunidades animales -se han replantat más de 80.000 ejemplares de árboles y arbustos propios de Collserola-. Además, una valla perimetral de malla fijada a tierra bastante los mamíferos más grandes a atravesar la autovía por los lugares adecuados, evitando así su atropello.