
Desde playas icónicas como la de Montgat o Canet de Mar hasta espacios urbanos como el Tecnocampus de Mataró, pasando por zonas montañosas en Dosrius y fincas privadas en Sant Andreu de Llavaneres y Sant Vicenç de Montalt. El Maresme es tendencia, no solo por su fuerte dinamismo económico (genera el 4% del PIB catalán) o por contar con las poblaciones con más renta per cápita de Catalunya, sino por ser el gran polo de atracción para grandes producciones cinematográficas, después de Barcelona y Terrassa. Concretamente, en 2024 contaron con cerca de 300 producciones anuales y con películas tan conocidas como La Casa en Flames, Mamífera o Salve María, la serie Yo Adicto y con films internacionales de la talla de Mrs. David o People We Meet on Vacation. ¿Las claves de todo esto? El papel intenso y relevante de la Maresme Film Commission, la proximidad con la ciudad condal y el buen clima que impera a lo largo del año.
Para quienes no lo conozcan de cerca, la Maresme Film Commission es una entidad nacida en marzo de 2018, liderada por Albert Roca y Txell Noé, que actúa como puente entre productoras y ayuntamientos, con el objetivo de facilitar permisos y ofrecer asesoramiento para agilizar el proceso de producción. Es decir, "desenredar la telaraña burocrática", tal como destacan desde la entidad. La organización nació de la mano del Consorci de Promoció Turística Costa del Maresme y bajo el paraguas de la Catalunya Film Commission.
El promotor Roca explica a VIA Empresa que desde su creación, la Maresme Film Commission ha registrado un crecimiento espectacular en el número de rodajes, con más de 300 producciones anuales, y un incremento del 600% desde 2018. Cabe destacar que al principio de todo reunían tan solo 40. De hecho, las consultas para rodar en la comarca superan las 700 peticiones anuales, lo que evidencia el atractivo de este territorio para productoras nacionales e internacionales. "Llegan consultas y peticiones a todas horas del día y el ritmo no para", confiesa el impulsor.
Las consultas para rodar en el Maresme superan las 700 peticiones anuales
Una de las claves del éxito del Maresme como plató cinematográfico es su diversidad paisajística. Además, su proximidad con Barcelona, el buen clima y la existencia de una oficina especializada en atender las necesidades del sector audiovisual lo convierten en un destino privilegiado para el rodaje de series, películas y anuncios publicitarios.
El Maresme ha sido escenario de rodajes de renombre como Las leyes de la frontera, Girasoles Silvestres, El cuerpo en llamas o las ya mencionadas anteriormente La Casa en Flames, Mamífera y Salve María, nominadas a los premios Gaudí, Goya y Feroz de este año. A escala internacional, también ha acogido producciones como The Night Manager con Tom Hiddleston y diversas series de la BBC y Movistar+ como Los Invisibles. Próximamente, se rodará en la comarca Esto Pasará, el nuevo proyecto de la reconocida directora Maria Ripoll.
Aunque otras regiones como el Garraf, Manresa o Lloret de Mar cuentan con film offices activas, la Maresme Film Commission destaca por su capacidad de coordinación entre 30 municipios, lo que la convierte en un caso excepcional en Cataluña. Este modelo facilita una gestión más "ágil y eficiente" y hace de la comarca costera un destino cada vez más solicitado por la industria audiovisual, tal como indican las cifras provisionales de la Catalunya Film Commission de l’Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC).
Más allá del Maresme: el impacto en el resto de Catalunya

El 2024 ha sido un año dorado para el mundo del cine en Catalunya, especialmente por el éxito de las producciones catalanas El 47 y La Casa en flames. Además, también ha habido un récord histórico del sector audiovisual catalán con 8.636 millones de euros de negocio y 3% del PIB. Además, el ecosistema audiovisual reivindica su fortaleza con 4.100 empresas y 42.000 trabajadores, según el estudio El sector audiovisual en Catalunya, elaborado por Acció en colaboración con el Clúster Audiovisual de Catalunya.
Más allá del éxito de las producciones propias, sin embargo, durante el último año también se han rodado diversas películas y series en todo el territorio. Concretamente, durante el año 2024, Catalunya acogió 96 rodajes de producciones de gran formato -que incluyen largometrajes, documentales y series de metraje largo-, según los datos provisionales de la Catalunya Film Commission del ICEC. Los rodajes de anuncios o cortometrajes irían aparte. Entre los diversos films que se han rodado en el país destacan las series norteamericanas Blade Runner 2099 o Cobra Kai, que se ha filmado, en buena parte, en Barcelona.
Los datos provisionales del ICEC demuestran que Catalunya mantiene un volumen de grandes rodajes cinematográficos, tanto de ficción como documentales, fuerza similar a la de años anteriores -alrededor del centenar de producciones. Ahora bien, a diferencia de otros años, durante el 2024 -con los datos aún no definitivos- la ficción ha tenido más presencia, ya que se han rodado 48 films de estas características, en comparación con los 39 del año anterior. En cambio, los largometrajes documentales se han reducido significativamente, pasando de 36 a solo 16. La directora de la Catalunya Film Commission, Carlota Guerrero, ha destacado la importante relevancia de Barcelona, pero también del mismo Maresme mencionado anteriormente y también de Terrassa, gracias al plató del Parc Audiovisual de Catalunya.
Otro aspecto interesante a tener en cuenta tiene que ver con los nuevos ingresos de las patronales catalanas, que también comparten una línea de negocio, entre otras, similar a la Catalunya Film Commission o la Maresme Film Commission. Una de las sorpresas de los últimos años es la grabación de series de televisión y películas en diversas patronales y cámaras de comercio. Por ejemplo, el thriller sobre el crimen de la Guardia Urbana, El cuerpo en llamas, además del Maresme, también se rodó en el interior de la sede de Foment del Treball en Via Laietana como en el Palacio de Justicia y, hasta, Los renglones torcidos de Dios, dirigida por Oriol Paulo, cuenta con escenas rodadas en el mismo Foment y en la patronal Cecot de Terrassa. ¿Los motivos? Edificios emblemáticos e históricos, que a menudo son empleados para recrear escenas del siglo pasado, casos judiciales, policiales o entramados ficticios en "despachos oscuros". Y, aún más, un extra monetario para unas entidades que logran rentabilizar sus emblemáticos edificios. Parece que todo es cuestión de planteárselo en una época dorada para el audiovisual catalán.