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Marginedas: "El secuestro me hizo crecer como periodista"

El corresponsal de guerra alerta que "los conflictos tienen mucha manipulación y la desinformación rusa ha sido muy efectiva"

Marc Marginedas es corresponsal de guerra. | Carolina Santos
Marc Marginedas es corresponsal de guerra. | Carolina Santos
Cornellà
03 de Julio de 2022
Act. 04 de Julio de 2022

Marc Marginedas (Barcelona, 1967) es un periodista de los de toda la vida. Un corresponsal de guerra que ha vivido de primera mano la gran mayoría de los grandes conflictos de finales del s. XX y principios del XXI: la guerra civil de Algeria, la guerra chechena, Iraq, Afganistán, Pakistán o Siria. Vivió de cerca la llegada al poder de Vladimir Putin y el Estado Islámico lo secuestró durante seis meses. "El secuestro es claramente un mal recuerdo, pero me hizo crecer como periodista. Estaba en una celda sin colchón y pensé que tenía una manta para ser feliz. Es muy importante aceptar tu destino y después empoderarte de la experiencia positiva", recuerda. Optimista de serie, habla seis idiomas, cogió su primer avión con 14 años y ha aprendido a defenderse y desarrollarse como periodista en situaciones de conflicto. También ha recibido galardones cómo el Premio de Periodismo Cirilo Rodríguez o Premio Internacional de Periodismo Manuel Vázquez Montalbán. Recibe VIA Empresa en el CornellàCreació para hablar de Rusia y Ucrania pero sobre todo de periodismo en tiempos de guerra.

La esencia del periodismo.

El periodismo es ir a un lugar a cubrir la información y explicarlo a tu audiencia. Se tiene que tener motivación y curiosidad para saber más. Cuando transmites datos, sabes que pueden tener un impacto negativo. Con el secuestro, tanto mis compañeros cómo yo tuvimos que estar un año sin hablar porque estábamos amenazados. Cualquier información podía tener repercusión.

"Frente a las fake news, el periodista es más importante que nunca. La única forma de luchar contra el caos y la desinformación es el periodismo"

El periodismo es ahora más importante que nunca porque hay un exceso de transmisión de datos y falta curiosidad e información. Ante las fake news, el periodista es más importante que nunca. La única forma de luchar contra el caos y la desinformación es el periodismo que puede dar un sello de calidad a los datos y la información.

¿Cómo tiene que ser un corresponsal de guerra en pleno siglo XXI?

Ser corresponsal de guerra tiene una aureola demasiado mística hacia su persona. Ser periodista local o informar sobre políticos corruptos es mucho más heroico que ir a una guerra. Yo voy a la guerra porque quiero, nadie me obliga y me llena de satisfacción. Si tuviera que ir a cubrir una milicia o un grupo rebelde en Colombia seria la persona menos indicada porque no conozco la zona. Un corresponsal de guerra no puede ser un tipo de paracaidista, tiene que haber especialización.

Los conflictos tienen mucha manipulación y solo alguien que conoce realmente la zona y el talante de cada lado puede informar y luchar contra la manipulación. Creo más en la especialización por zonas del mundo que no en la idea de corresponsal de guerra. Soy del barrio de Sarrià y allí me ahogaba, quería ver mundo. Cogí un avión por primera vez con 14 años.

Marc Marginedas

Fotografía de Carolina Santos

Una vocación de altos vuelos.

Necesito ir de viaje y esto se ha transformado en una actitud de servicio. Uno de los grandes peligros del corresponsal de guerra es el impacto de la cobertura que te hace ser reconocido. De hecho, el peligro es que acabes haciendo la información por tí mismo y te olvides de este elemento de servicio a la sociedad. ¡Es muy importante! Se tiene que reducir la competitividad entre periodistas y colaborar más.

En un conflicto cómo el de Rusia hay una amenaza brutal a la libertad de expresión y es por eso que nos tenemos que unir y hacer juntos la tarea de informar. Es más importante informar bien que llegar el primero. No tenía visado para ir a Bielorrusia, pero tenía una lista de contactos y se la pasé a una buena compañera porque ella podía hacer mejor el trabajo. El Periódico está aliado con dos páginas web de investigación. Actitud de servicio antes que competitividad.

El ISIS lo secuestró entre 2013 y 2014.

El secuestro me hizo crecer como periodista. Éramos 20 personas en un espacio muy reducido y fue una situación muy extrema. Vimos lo mejor y lo peor del ser humano. Hubieron comportamientos muy buenos y otros para olvidar. Prefiero quedarme con los buenos momentos.

"Un corresponsal de guerra no puede ser un tipo de paracaidista. Los conflictos tienen mucha manipulación y es más importante informar bien que llegar el primero"

¿Qué le pasó por la cabeza y el corazón?

¡Muchas cosas! Cuando me secuestraron, tuve una sensación de aceptación. Estaba en una celda sin colchón y pensé que tenía una manta para ser feliz. Es muy importante aceptar tu destino y después empoderarte de la experiencia positiva. Si intentas manipular la situación quiere decir que no has aceptado que el destino en aquel preciso momento ya no está en tus manos. El secuestro me despertó todavía más curiosidad, vi cosas muy interesantes y fui a Rusia para investigarlo... Hasta aquí puedo hablar.

¿Y un buen recuerdo de su trayectoria?

¡La revolución de Túnez! Viví un momento espectacular con el corresponsal del Financial Times cuando fuimos a ver al líder del partido de Ben Ali. Vivía en un rascacielos y el régimen había caído. Ben Ali se había ido del país y el partido que era la espina dorsal de la corrupción en Túnez ya casi no existía. Entrevistamos a un señor que estaba acabado y nos decía que el partido había conseguido sacarse de encima el peso de Ben Ali y que ahora podría sobrevivir. Estábamos en una habitación de lujo escuchándolo y pensando que estaba acabado. Fui corresponsal del norte de África a principios de los años 90 y pensaba que nunca viviríamos el nacimiento de sociedades democráticas en el Magreb. Casi 20 años después llegaba este momento brutal. Todavía tardaremos a ver sus frutos pero es el paso de una sociedad de súbditos a una sociedad de ciudadanos.

Víctor Costa i Marc Marginedas

Fotografía de Carolina Santos

Guerra civil argelina, Guerra chechena, Iraq, Afganistán, Pakistán, Síria… ¿Las guerras son necesarias?

Es muy complicado evitar las guerras. Soy optimista y creo que se puede limitar su potencial destructivo. Es cierto que las guerras de ahora son menos destructivas que las de antes y no se puede equiparar personalidades cómo la de Stalin o Putin. Stalin asesinó a millones de ciudadanos rusos y Putin tiene mucha sangre en sus manos y ha dejado una guerra devastadora tanto para Ucrania como por la misma Rusia. Ahora bien, no será una Segunda Guerra Mundial.

"Es muy complicado evitar las guerras porque son creadas por la naturaleza humana y el sistema político permite que gente como Putin llegue al poder. Creo que sí que se puede limitar el potencial destructivo"

"Estamos ante una tercera guerra mundial", aseguraba el cónsul Artem Vorbyov.

La Tercera Guerra Mundial querría decir que hay armas nucleares. Putin piensa en su preservación y supervivencia tanto física cómo política.

La política de disuasión.

Exacto. Las armas nucleares son de disuasión y usarlas... El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha dado a entender que esto solo pasaría en el supuesto de que la supervivencia de Putin estuviera en peligro. A pesar de que no es solo una decisión de Putin puesto que hay siete u ocho pasos por hacer antes de poderlo materializar. También lo tendrían que decidir miembros del ejército y Putin está enfrentado a una parte de los militares. Las guerras son creadas por la naturaleza humana y el sistema político permite que gente como Putin llegue al poder. Es un sistema no democrático con el que el pueblo no puede filtrar qué candidatos llegan al poder. Putin tiene problemas psicológicos y las guerras seguirán existiendo.

"Una guerra estalla por factores políticos y después hay una serie de gente que lo aprovecha. La guerra de Ucrania tiene que ver con el poder de Putin y el síndrome de imperio perdido de Rusia"

¿Quién, cómo y por qué se financia una guerra?

Una guerra estalla por factores políticos y después hay una serie de gente que se aprovecha de ello. 

¿Por ejemplo?

Empresas de armamento, suministradoras de servicios militares... En Rusia hay una parte de la izquierda que dice que esta guerra es una conspiración de las empresas de armamento de los Estados Unidos o de las empresas de fracking. Para mí no tiene ninguna lógica porque era evidente que esta guerra con un personaje como Putin en un país como Rusia pasaría tarde o temprano. Lo ves claro cuando analizas el periodo político de Putin.

También es evidente que empresas de armamento o fracking están sacando provecho de ello, pero no son los principales causantes. Hay el recuerdo de Bush y las empresas de fracking en la guerra de Iraq, pero aquí parece muy cogido por los pelos buscar una provocación por parte de Estados Unidos. La guerra de Ucrania tiene que ver con el poder de Putin y el síndrome de imperio perdido de Rusia.

Marc Marginedas

Fotografía de Carolina Santos

¿Qué impacto económico tiene la guerra?

No es una guerra por razones económicas, pero hay muchos países y empresas de Occidente que han perdido y perderán todavía mucho dinero por esta guerra. Hay muchas multinacionales que se han ido de Rusia.

También perderán dinero los oligarcas rusos.

Los oligarcas rusos son una palanca que puede usar Occidente para presionar a Putin. Hay dos tipos de oligarcas: los que están vinculados al KGB y se han hecho ricos cuando Putin ha llegado al poder y los que ya eran ricos antes de que Putin llegara al poder y están asustados con todo lo que ha pasado. Si estos oligarcas dan la espalda a Putin puede ser un elemento importante de presión. Mijaíl Fridman se ha mostrado abiertamente crítico con la guerra y AnatoliChubáis ha huido. Son facciones importantes de cara al futuro porque Putin se ha metido en un callejón sin salida y llegará un momento en qué pueda haber un cambio político.

"Los oligarcas rusos son una palanca que puede usar Occidente para presionar a Putin. Se ha metido en un callejón sin salida y llegará un momento de cambio político"

¿Qué le depara al futuro de esta guerra?

La guerra ha fracasado y la única forma que Putin tiene de obtener una victoria presentable es alargar la guerra asumiendo que habrá un fuerte impacto económico en Occidente. No se esperaba esta solidaridad con Ucrania y cree que irá bajando a medida que se alargue la guerra. Habrá menos presión por enviar armas y Putin espera tener un pacto que le sea más favorable.

El paso del tiempo y la estrategia de desgaste.

Exacto. Las bajas rusas son ya iguales o superiores a las que tuvo la Unión Soviética en 10 años de guerra de Afganistán. Hay un peso limitado de la opinión pública rusa y un problema que tiene que verse cómo se soluciona: Putin sabe escalar y no desescalar.

"Putin sabe escalar y no desescalar. Rusia como la Unión Soviética se mueve siempre en un péndulo"

¿Cómo se podría desescalar esta guerra?

Desescalar significaría un amnisticio que supusiera una línea de separación que no sería reconocida por la ley de Derecho Internacional que no reconoce decisiones territoriales hechos por la fuerza. Estaremos en un escenario de alto al fuego cómo el de Siria que no puede durar eternamente. Putin se está rodeando de su sector más radical y llegará un momento en que el país podrá examinar todo lo que ha pasado: soldados muertos, crímenes de guerra en un país vecino con vínculos familiares... La Guerra de Afganistán fue uno de los detonantes de la disolución de la Unión Soviética y ahora Rusia se tendría que abrir en canal. Tanto Rusia como la Unión Soviética se mueven siempre en un péndulo.

¿Qué pueden hacer los medios de comunicación?

Dudar por sistema del relato oficial. En Rusia nadie me condiciona y escribo todo lo que veo. He visto mucha gente de aquí cuestionando el relato oficial para hacerse escuchar y llamar la atención. Está claro que en esta guerra hay un agresor y un agredido que tiene todo el derecho de defenderse. Ahora bien, los medios de comunicación tenemos que vigilar mucho la excesiva identificación con el agredido.

Marc Marginedas

Fotografía de Carolina Santos

Un relato en disputa.

El agredido también hace propaganda y tiene un máster en esto. El agredido ha entendido que está bajo el control de la opinión pública. También hay imágenes de soldados ucranianos ejecutando soldados rusos, violaciones, violencia de guerra... Tenemos que establecer un patrón antes que decir que esto es una arma de guerra. Tenemos que ir con cuidado y hacer sentir al gobierno de Zelenski qué tiene que hacer si quiere ser miembro de la comunidad europea. La prensa ejerce de fiscal de la función de los poderes públicos.

La fiscalización de la guerra y la política.

Zelenski hizo movimientos muy cuestionables antes de la guerra y usó la justicia como herramienta contra su rival político. En Europa hay una prensa libre que escribe independientemente de los poderes públicos y desde una perspectiva objetiva. Dicho esto, hace 11 años que estoy en Rusia y Putin es malo. En Rusia no hay grises, sino un negro muy oscuro. Se trata de un régimen que usa tácticas de crimen organizado para gestionar su país, un ejército que ha usado información de la ONU para bombardear y un presidente que era agente del KGB y coordinaba un grupo terrorista. En Rusia no hay matices.

"Está claro que en esta guerra hay un agresor y un agredido, pero los medios de comunicación tenemos que vigilar mucho la excesiva identificación con el agredido. La prensa ejerce de fiscal de la función de los poderes públicos"

¿Cuál es el color de Ucrania?

Zelenski ganó unas elecciones relativamente libres. No acaba de entender lo que es el equilibrio de poderes, intenta controlar la oposición por métodos que a nosotros no nos parecerían ortodoxos. Ahora bien, Zelenski puede perder unas elecciones y Putin no puede... Esto es un elemento fundamental, como la propaganda. ¿Ucrania exagera las pérdidas y los crímenes de guerra? Quizás sí, pero es que en Rusia dicen directamente que esto es blanco cuando en realidad es negro. La desinformación rusa ha sido muy efectiva.

Estados Unidos y el Reino Unido también mentían en Iraq, pero el periodista iba al lugar y veía lo que pasaba. Era fácil descubrirlo, pero Rusia no tiene ningún tipo de interés que se sepa la verdad. Rusia quiere contaminar el espacio informativo con tantas informaciones que al final la gente se acabe desmovilizando. Esto funcionó perfectamente durante la guerra de Síria. Se trata de cultivar la idea de que no se puede saber quiénes son los responsables de las armas químicas. En todo el mundo hay desinformación, pero Rusia ha hecho un máster que después ha imitado Donald Trump. Matices sí, pero no sobre el Kremlin.

"En Rusia no hay grises, sino un negro muy oscuro. La desinformación rusa ha sido muy efectiva a la hora de contaminar el espacio informativo. Matices sí, pero no sobre el Kremlin"

Un último consejo para corresponsales de guerra.

Determinación, mucha determinación. Y todavía más cuando tienes que decidir priorizar tu vida profesional frente a tu vida personal. Tú tienes que decidir tu camino y esto quiere decir ir a países donde tu vida personal estará muy limitada. ¡Lo tienes que querer mucho! El mercado internacional del periodismo no va al alza y hay pocos medios en Barcelona y Madrid que apuesten. Aún así, el que realmente lo quiere sí que llega. Hay casos como el del Andrés Mourenza, Adrià Rocha o Andrea López-Tomàs.

También formación, mucha formación. Para dedicarte al periodismo internacional tienes que saber hablar idiomas y esto te permitirá tener una ventaja comparativa, como también hacer un curso o un máster en relaciones internacionales. Yo hablo catalán, castellano, inglés, francés, ruso y árabe. Aprender un idioma no es ir a una clase, sino ver los informativos y acostumbrar el oído a su cultura. ¿Un consejo? Determinación y formación.