Marta Antich, cofundadora, socia administradora y directora científica y embrióloga de Fertilab Institut Català de Fertilitat, es una referencia en el mundo de la fertilidad en Catalunya. Este año ha recibido el CaixaBank Premio Empresaria en Barcelona, un galardón que tiene el objetivo de dar mayor visibilidad a empresarias líderes y fomentar su participación en redes internacionales en las que puedan interactuar y compartir experiencias. Antich se formó en biología y embriología en la Universidad de Barcelona y en la Fundación Puigvert en un momento en el que la medicina y la biología de la reproducción humana eran disciplinas que comenzaban a desplegar todo su potencial. 30 años después, el panorama es muy diferente. La investigación y los tratamientos de fertilidad han evolucionado mucho y el número de clínicas de fertilidad se ha multiplicado por todo el territorio para dar respuesta a una creciente necesidad de la sociedad: la infertilidad en España afecta entre el 15% y el 17% de la población en edad reproductiva.
Primero de todo, enhorabuena por el premio.
¡Gracias! Es un reconocimiento a muchos años de trabajo y esfuerzo. Empiezas a pensar en todo lo que has conseguido a lo largo de los años y es realmente gratificante. Cuando empezamos, hace 28 años, éramos solo mi socio y yo, y ahora somos casi 100 personas en el equipo. Es una evolución vertiginosa.
¿Cómo ha cambiado el negocio de las clínicas de fertilidad en estas casi tres décadas?
El negocio ha cambiado radicalmente. La tecnología era mucho más sencilla y no necesitábamos tanta tecnología ni inversión para montar un laboratorio. Tampoco había casi donantes de óvulos -porque la técnica no permitía congelarlos y conservarlos bien-; estábamos en el principio de todo. Ahora, las técnicas son mucho más complejas, pero al mismo tiempo los porcentajes de éxito han mejorado drásticamente. Antes, solo un 25% de los casos eran exitosos, pero ahora estamos hablando de un 90% de casos de éxito por tratamiento en casos de donantes de óvulos. Eso es un gran avance.
¿Cómo fueron los inicios de Fertilab?
Empezamos montando un laboratorio para que todos los ginecólogos pudieran trabajar en su consulta y después venir puntualmente a hacer los tratamientos en el laboratorio. Al principio no teníamos quirófano, íbamos al Hospital de Barcelona u otras clínicas a hacer la extracción de los óvulos, y después la parte de laboratorio ya la hacíamos nosotros. Pero en el año 2000 vi que si no montaba el lote completo el negocio no tiraría adelante: y lo montamos: la clínica, con quirófano y laboratorio.
Así no teníamos que depender de un hospital y evitábamos que las parejas pasaran por el hospital. Son parejas que no están enfermas y creemos que es más adecuado un ambiente fuera del hospital, más acogedor. Al final, son intervenciones muy sencillas las que se hacen.
Antich: "Son parejas que no están enfermas y creemos que es más adecuado un ambiente fuera del hospital, más acogedor"
¿Qué espacio dais al apoyo emocional de estas parejas? Vuestro cliente llega en un momento complicado de su vida.
Sí, normalmente son parejas que vienen con mucha angustia. Y las tenemos que escuchar mucho, para darles apoyo, pero también para llegar a la causa de la infertilidad. Muchas veces no se encuentra una causa evidente, y tampoco quieres alargar en exceso el proceso de búsqueda. Les tienes que aportar seguridad y la tranquilidad de saber que conseguirán ser padres. De hecho, tenemos varios productos que garantizan el niño nacido. Se llaman Baby Ferti y son una garantía de niño. Si no te quedas embarazada en tres intentos, se devuelven el dinero. Realmente tienes que estar muy seguro para ofrecer esta técnica porque debes tener unos resultados muy buenos. Y eso es lo que busca la gente: garantías. Muchos vienen desesperados y decepcionados de otros centros e incluso de otros países, porque han hecho tratamientos que no han funcionado y han perdido un poco la esperanza.
Además, tenemos una psicóloga especialista que acompaña a los pacientes en su proceso. Su primera visita es importante porque pueden hablar de sus inquietudes, de los recursos que tienen y del apoyo que necesitan. Aparte, todos en la clínica hacemos un poco de psicólogos, estamos formados para escuchar y aconsejar, en este momento tan delicado.
¿Cuál es la tasa de éxito de estos tratamientos?
En el caso de donación, tenemos una tasa de casi el 90% de éxito, es decir, de niño nacido por tratamiento. Si el tratamiento lo hacemos con óvulos propios, depende mucho de la edad, pero también tenemos muy buenos resultados. Se han triplicado en los últimos años, porque las condiciones de cultivo han mejorado mucho. Utilizamos incubadoras mucho más potentes y más exactas, que mantienen el oxígeno más bajo, imitando al máximo lo que sería el útero. Estas incubadoras utilizan una óptica para filmar todo el proceso y eso hace que no tengamos que sacar los embriones cada día para ver cómo evolucionan. Hoy en día podemos escoger mejor los embriones que tienen más posibilidades de sobrevivir, gracias a muchas tecnologías que tenemos a nuestro alcance, como la inteligencia artificial o incluso las técnicas de vitrificación, con las cuales se hace una congelación rápida de los embriones. Con la vitrificación sobreviven prácticamente todos los embriones y podemos transferir solo uno, para evitar embarazos múltiples, y el resto los congelamos, sin que pierdan calidad; y sobreviven prácticamente el 90%.
Parece ciencia-ficción.
Lo parece. Y todo es gracias a la congelación. Hoy en día congelamos muchísimo. Ante la duda, congelamos también.
Antich: "La congelación de óvulos ha permitido ampliar las posibilidades de embarazo de muchas mujeres"
La congelación, de hecho, ha permitido ampliar las posibilidades de embarazo de muchas mujeres que, viendo que en sus edades más fértiles no quieren o pueden ser madres, deciden congelar sus óvulos para serlo más adelante. Realmente una mujer con 40 años está perfecta, pero evolutivamente sus ovarios no tienen las mismas capacidades que cuando tenían 20 años menos.
¿Qué puede esperar una pareja que entra en una clínica de fertilidad? ¿Con qué debe venir preparada?
Lo primero que deben tener es mucha paciencia, porque la ansiedad afecta y, cuanto peor lo lleven, menos posibilidades de conseguir el embarazo tendrán. Las técnicas no son duras físicamente, es más psicológico. Por lo tanto, deben vivir cada etapa sin adelantarse a futuros eventos.
Todo depende, sin embargo, del diagnóstico. Es de las etapas más importantes, y deben hacerse las pruebas que sean necesarias, sin hacer un exceso de pruebas, porque si no sería interminable. Si definimos muy bien qué pruebas se necesitan para acertar con la causa y encontrar el problema, conseguiremos el éxito más pronto.
Imagino que también deben preparar la cartera. ¿Son tratamientos caros?
No tanto. Y más si lo comparamos con otros países. Una inseminación cuesta unos 700 euros, una donación de óvulos puede llegar a los 8.000 euros, mientras que programas con garantías, como el Baby Ferti pueden ascender hasta los 17.000 euros. La vitrificación de óvulos, de hecho, es bastante económica, son 2.200 euros aproximadamente y después tienen cinco años de mantenimiento incluidos. Queremos que para la gente joven no sea un impedimento, y lo estamos consiguiendo. Cada año estamos duplicando la cantidad de mujeres que vitrifican sus óvulos.
Comentabas que también tenéis muchos clientes extranjeros. ¿Somos una meca de la reproducción asistida?
Sí, por un motivo legal, por nuestra cultura y por la calidad de nuestro ecosistema sanitario, que es líder en Europa. Legalmente, por ejemplo, en Italia está permitido, pero no hay donantes. O en Francia, en cambio, legalmente no podemos enviar óvulos de donantes. En Alemania tampoco se puede hacer casi nada. La gente con problemas de fertilidad de estos países viene a España, donde, además, tenemos los mejores resultados en reproducción asistida de Europa.
Incluso vienen de los Estados Unidos, porque allí es muy caro. Los resultados son los mismos, pero aquí les sale más económico. Vienen, sobre todo, a vitrificar sus óvulos y así preservar su fertilidad para más adelante.
¿Hacia dónde se dirige el sector de la reproducción asistida?
Esto ya sucede, pero creo que pasará aún más: las personas serán cada vez más conscientes de su genética y su fertilidad antes de querer tener hijos, y las pruebas genéticas y la preparación para la maternidad serán habituales y comenzarán antes. La medicina cada vez dirige más sus esfuerzos hacia la prevención, y eso también sucederá en el ámbito de la fertilidad. Una señal de esta prevención es la creciente demanda de vitrificación de óvulos: las mujeres que prevén que no podrán ser madres en un corto plazo, se aseguran tener preservada su fertilidad.
La medicina cada vez dirige más sus esfuerzos hacia la prevención, y eso también sucederá en el ámbito de la fertilidad
También cobrará más importancia la microbiota. Antes se pensaba que el útero era estéril, que no había microorganismos, pero sí que los hay y afectan mucho la fertilidad de una persona. Si el útero no tiene una concentración pequeña de lactobacilos, no se podrá producir la implantación. La fertilidad es muy sensible. Cualquier cosa que no funcione, hace que no te quedes embarazada.
¿Cuántos niños facilitáis que nazcan cada año?
El año pasado hicimos 3.000 tratamientos, con casi un 90% de casos de éxito.