
"Hace 24 horas que trabajo, ¿quieres que te atienda?". Esta es una de las principales proclamas de los médicos catalanes que se encuentran inmersos en jornadas exhaustivas. Aparte de las guardias y el estrés asociado, también hay un agotamiento físico y emocional y la sensación de que "no se llega a todo". Estas condiciones, además, han llevado a cifras alarmantes, como que el 40% de los profesionales sanitarios en Catalunya están afectados por el estrés y el burnout, según la UGT. Y lo peor de todo: no se prevé una solución a corto plazo, sobre todo para los más jóvenes que, después de seis años de carrera y uno de preparación para superar el examen MIR, se adentran en una formación de especialización médica de cuatro años que apenas les proporciona un salario base que supera los 1.200 euros netos de retribución mensual. Las guardias se cobran aparte. Cuantas más se hagan, más se incrementa la nómina. No hacerlas, por tanto, no es una opción factible para la mayoría de ellos, además de ser obligatoria en gran parte de las especializaciones.
Pero, ¿siempre han sido así de estresantes las jornadas laborales y las posteriores guardias? Según explica Mireia Puig, vicepresidenta del Col·legi de Metges de Barcelona (COMB), a VIA Empresa, "las necesidades de la población han cambiado y se está tensionando mucho el sistema sanitario". De hecho, la evolución demográfica -Catalunya ha alcanzado la cifra de ocho millones de habitantes por primera vez en la historia- tiene mucho que ver.
"Debemos conseguir que la asistencia esté garantizada y el concepto de guardia ha evolucionado con el paso del tiempo. Donde antes un médico podía estar haciendo una jornada de noche o de fin de semana, esta era moderada y de no tanta intensidad". Es decir, discontinua y con largas pausas. Ahora, en cambio, a parecer de Puig, "la actividad asistencial por la noche es casi tan intensa que parece diaria, de aquí que el agotamiento emocional esté presente".
¿Existe una fórmula ideal para gestionar las guardias?
Sin lugar a dudas, no hay un modelo único de gestión de las guardias, ya que depende de cada ámbito de la medicina. En la atención primaria pueden funcionar más las jornadas de 12 horas, mientras que en urgencias sí que debería ser por turnos, según la experta consultada. "Debemos ajustarlo, buscar modelos organizativos y laborales y saber cómo se paga todo", continúa Puig. También se aboga por una autonomía de los centros hospitalarios, ya que es importante que estos puedan elegir lo que es mejor para los enfermos y los médicos. "Falta personal, ya que nos faltan médicos debido al pico de jubilaciones de los últimos años".
Actualmente, la organización del trabajo que hay en Catalunya provoca que un médico habitualmente no trabaje una jornada ordinaria de 1.500 horas, como sí que es común que se tenga establecido en otras profesiones, como la educación, el sector bancario o la ingeniería. Lamentablemente, es frecuente que un médico trabaje 1.500 horas anuales y 500 extras de complementarias. Algunos, incluso, han llegado a hacer más de 2.100 y 2.200 horas al año. "Cada vez tenemos menos médicos y las nuevas generaciones nos piden no trabajar estas jornadas. Tiene todo el sentido, aunque esto genera una dificultad de cobertura", continúa la vicepresidenta del Col·legi de Metges de Barcelona.
Un médico pasa cuatro años y diez meses de su vida profesional haciendo guardia en el hospital
De hecho, el médico José Barquero Romero, especialista en Medicina Interna, compartió en su perfil de X (anteriormente Twitter), a raíz de su retirada profesional, un cálculo de cuántos días de su vida ha pasado completos en el hospital. Tomando como ejemplo el cálculo, basado en 33 años de carrera, los médicos harían un promedio de 1.500 guardias de 24 horas en el hospital. El número es el resultado de un promedio de 50 guardias al año en estos 33 laborales. En total, un médico pasa cuatro años y diez meses haciendo guardia en el hospital.
Dermatología y la "buena calidad de vida"
¿Qué hace que un estudiante con un bachillerato y una selectividad excelentes, que se ha dejado los codos durante sus seis años de Medicina y con un MIR de nota estratosférica, se decante por las patologías de la piel? Y es que, cada vez es más frecuente que las mejores notas de Catalunya y España de los exámenes MIR se decanten por la especialidad de dermatología, que es de las pocas que no tiene guardias obligatorias en la sanidad pública y cuenta con buenos sueldos en clínicas privadas.
Por ejemplo, David Carrillo, es un joven médico catalán que ha conseguido el número 3 del MIR de 2025 y que ha contado a lo largo de sus estudios con 40 matrículas de honor en Medicina y una nota media de carrera de 9,57 sobre 10. Concretamente, en el examen MIR ha tenido 169 aciertos, 31 errores y cero respuestas en blanco, lo que equivale a una puntuación provisional de 122,09, según los datos del Ministerio de Sanidad. ¿La especialidad elegida de Carrillo? Hará la residencia en dermatología en el Hospital Clínic de Barcelona. Además, el resto del top 5 de los mejores MIR de 2025, a excepción de la número 4, Dolla Logunova, también han elegido dermatología. Es el patrón de los últimos años.
Las prácticas de los hospitales

Durante los últimos años, los hospitales catalanes han puesto en marcha diversas estrategias para retener y atraer el talento médico joven en un contexto de falta de profesionales. Una de las iniciativas destacadas es el programa de incentivos económicos impulsado por el Departamento de Salud, que ofrece entre 5.000 y 9.000 euros anuales extras a los nuevos residentes de Medicina Familiar y Comunitaria y de Enfermería en Salud Mental. Además, se están implementando medidas para flexibilizar las condiciones laborales, como la promoción de programas de mentoría y la facilitación de cambios internos en hospitales como el Hospital Universitari General de Catalunya.
Por otro lado, el Col·legi Oficial de Metges de Barcelona (COMB) alerta sobre la necesidad de planificar mejor la formación de nuevas especialidades para evitar un déficit de profesionales en áreas como la medicina familiar, la pediatría o la anestesiología, tal como se ha mencionado anteriormente con la selección de dermatología por encima del resto. La falta de previsión en estos ámbitos ha hecho que muchos médicos jóvenes se planteen marchar a otras comunidades o países con mejores condiciones laborales y salariales. Para evitar esta fuga de talento, se reclama una revisión de las condiciones laborales y más estabilidad contractual para los nuevos especialistas. Por ejemplo, un estudio revela que los médicos suizos son los mejor remunerados, seguidos a poca distancia de los ingleses, con salarios brutos anuales que oscilan entre los 84.000 y 160.000 euros, dependiendo del área de trabajo, dedicación y especialidad del médico.
Paralelamente, la colaboración entre hospitales y centros educativos se ha convertido en otra vía para garantizar una mejor adaptación de los profesionales a las necesidades del sistema sanitario. Centros como el Vall d'Hebron y el Hospital del Mar trabajan conjuntamente con instituciones de Formación Profesional para ajustar la preparación de los estudiantes a la realidad del sector. Estas iniciativas buscan no solo captar nuevos profesionales, sino también mejorar la calidad asistencial y garantizar un futuro más estable para el sistema de salud catalán.
Además, muchos hospitales están apostando por mejorar la calidad de vida laboral de sus trabajadores. Esto incluye la implementación de horarios más flexibles y la reducción de la sobrecarga administrativa para que los médicos puedan dedicar más tiempo a su actividad asistencial (aquí tiene mucho que ver la implementación de la inteligencia artificial). Algunas instituciones han comenzado a aplicar políticas que promueven la conciliación de la vida laboral y familiar, por ejemplo, mediante la flexibilización de las jornadas o el teletrabajo para tareas administrativas. Esta orientación hacia un mejor equilibrio entre la vida personal y la laboral es uno de los factores clave para evitar el burnout entre los profesionales jóvenes y los más séniores.
Sant Joan de Déu y la complejidad de los 3.400 trabajadores

Anna Albert es la responsable de liderar la comunicación interna de Sant Joan de Déu, un hospital ampliamente conocido por los catalanes y que cuenta con 3.400 profesionales con perfiles extremadamente diferentes. De hecho, llevan a cabo más de 320.000 consultas anuales, asisten a 3.400 partos y tienen pacientes de 90 países del mundo. Se trata de uno de los primeros hospitales pediátricos de España y el cuarto en ámbito europeo. ¿El propósito? Muy claro, "curar y cuidar a los pacientes".
Entre los principales retos del departamento del hospital está la variedad de perfil de los trabajadores, mayoritariamente "activos, diversos, vocacionales y que pueden estar en activo las 24 horas del día", según detallaba hace unos meses Albert a Foment del Treball a l'Engagement Day 2024, un evento organizado por Both People & Comms, junto con Foment del Treball y la Asociación Catalana de Dirección de Recursos Humanos, con el objetivo de “crear conexiones auténticas con los públicos internos y externos y fomentar la atracción de talento".
Para entendernos, un hospital "nunca se atura". Hay desde enfermeros, auxiliares, médicos, personal técnico de laboratorio y perfiles de áreas funcionales. Y también profesionales que se desplazan a casa de los niños para mejorar los tratamientos. ¿Ventajas? Facilidad para retener el talento porque “como somos un hospital monográfico en el ámbito pediátrico, es un hospital atractivo para los perfiles asistenciales que quieren hacer carrera en este ámbito” y "el cuarto en el ranking europeo" y engagement con los trabajadores, sobre todo los más séniores.
Los cafés con la dirección permiten recibir un 'feedback' constante y poder comunicar la estrategia y la cultura de la organización
Eso sí, la responsable de comunicación interna también apunta que los retos pendientes tienen que ver con la generación Z (nacidos a partir de 1997), sobre todo. Se trata de “seducirlos” y de aquí que hayan promovido una estrategia desde el área de comunicación interna para evitar la fuga de talento. Por tanto, a parte de las encuestas de satisfacción personal, han impulsado entrevistas en profundidad y cafés con la dirección, que consideran un "win-win" para ambas partes, ya que les permite recibir un feedback constante y también poder comunicar la estrategia y la cultura pertinente con proximidad. También lo acompañan de una presentación anual del CEO, diversos foros, reconocimiento a los trabajadores que llevan 25 años y hacen acciones para "dar protagonismo" al día de cada profesional, desde el de enfermería hasta el de medicina. Por ejemplo, el 12 de mayo es el día internacional de la enfermería y ya lo tienen todo a punto.
Al fin y al cabo, curar y cuidar a los demás solo es posible si quien lo hace no está roto por dentro. Y los médicos lo tienen claro: quizás ha llegado la hora de cuidar también a quienes nos cuidan.