El modelo turístico siempre es un tema de debate. Ha tocado techo el turismo? Para las Islas Baleares, y especialmente Menorca, donde el 80% de su economía depende de este sector, que le digan que el turismo ha llegado a la insostenibilidad es un golpe llevar. Sin embargo, para el economista Miquel Puig, que el turismo no pueda seguir creciendo más "no es nada grave, porque el modelo turístico nos ha defraudado, no nos ha dado todo el que nos había prometido".
Puig detecta tres patologías que definen el modelo turístico de las Islas Baleares y de la costa mediterránea. Así lo ha puesto de manifiesto durante la jornada Diversificación Económica de Menorca, organizada por Más por Menorca en Alaior. Según el economista, las zonas turísticas son más pobres en cuanto a PIB per cápita que las zonas del interior de la Península, con una economía más diversificada. A pesar de haber pasado de unos 4 millones de turistas durante los años 80 a los 14 millones actuales. "Por lo tanto, que hayamos llegado a una pared y no podamos seguir creciendo de este modo no es tan mala noticia", sentencia. La dependencia y el monocultivo parecen un mal endémico en la isla: turismo y energía, sobre todo estos días que media Menorca se encuentra sin electricidad.
Las patologías del turismo mediterráneo
Puig considera que el turismo se ha quedado a medio camino, que tener una economía basada en este sector tenía que proporcionar una riqueza en los territorios que no se ha conseguido. Si cada turista trae dinero al bolsillo y los gasta en el territorio que visita, cada turista tiene que aportar riqueza y, cuanto más turistas, más riqueza. "Y lógicamente, pasar de 4 a 14 millones de turistas tendría que aportar una riqueza extraordinaria, pero las cifras no indican el mismo", señala. Para el economista, durante las últimas décadas del siglo pasado, los cuatro primeros millones de turistas que llegaron a las Islas Baleares aportaron mucha riqueza, "pero los 10 millones siguientes no han servido porque Baleares se mantenga como la Comunitat Autónoma más rica de España, sino que su renta per cápita se haya situado más o menos en la media española", explica. Primera prometida incomplerta del turismo.
La segunda prometida va sobre el paro. Y es que más turistas tendría que suponer más puestos de trabajo. "Pero la tasa de paro de las Islas Baleares sigue siendo fuerza alta, inclús durante la temporada alta", señala el economista. Según datos del EPA, el primer trimestre del 2018 la tasa de paro a las Baleares se situó en el 17,4%, en comparación con el 16,7% de la media española. En el segundo trimestre del año, el paro se ha situado en el 11,2% a las islas, mientras que al conjunto del Sido la tasa de desocupación ha sido del 15,3%.
Y, por último, la tasa de abandono escolar, es decir, la proporción de escolares que cuando llegan a los 16 años dejan de estudiar, es de las más otras. "Sólo se tiene que decir que la Unión Europea recomienda que la tasa de abandono escolar no supere el 10% y en Baleares se sitúa casi en el 30%", ejemplifica Puig.
Por lo tanto, el turismo mediterráneo tiene que crecer de otro modo, porque tal como está configurado el modelo hoy en día, este ha llegado a su límite. "Pero esto no quiere decir que el turismo sea necesariamente un fraude, sino que se puede explotar de otro modo y mejor", puntualiza el economista, quien pone como ejemplo algunas regiones de Austria, como el Tirol y Salzburgo, que han sabido gestionar mejor el turismo y ponerle un límite antes de que fuera demasiado tarde.
Especialización vs. Diversificación
Las Islas Baleares tienen una agricultura casi inexistente, una industria muy pequeña y una economía muy concentrada en el sector servicios, especialmente el turismo. Pero es buena esta concentración? Según la teoría económica, la especialización proporciona más eficiencia, pero también hace que un territorio sea muy frágil, por lo cual muchos países buscan la diversificación.
Entonces, es frágil la economía balear? "El turismo no tiene un comportamiento cíclico, como puede tener la soja o el maíz, por lo cual ser dependiente del turismo es ser poco frágil", apunta Puig. Sin embargo, intentar potenciar otros sectores puede ayudar a dar más estabilidad.
Puig: "El turismo no necesariamente es un fraude, sino que se tiene que gestionar de otro modo y mejor"
Para Miquel Puig, hay tres principios básicos que pueden ayudar a una economía como la de Menorca a diversificarse. Primero, se tiene que trabajar con la industria que se tiene, puesto que diversificar partiendo de cero "es un fracaso garantizado". Menorca tiene que apostar por aquellos sectores que tienen tradición, como es el calzado, la bisutería y el náutico, "y aprovechar esta ventaja competitiva".
Pero para potenciar esta industria tradicional, es clave la formación profesional. Desde Pyme Menorca pondrán en marcha una FP Dual en sectores como la náutica y la carpintería, pero alertan que con el sector calzado lo intentaron y se eliminó por falta de alumnas. Y finalmente diálogo. Diálogo entre los empresarios porque consigan un entorno que los permita desarrollar su industria de una forma favorable.
Los problemas y retos de la economía menorquina
La industria de Menorca se basa en tres actividades clave, el calzado, la bisutería y la agroalimentació. Pero la crisis económica ha afectado mucho algunos sectores de la economía menorquina, como el comercio. Además, según apunta la secretaría general de Pyme Menorca, María García, en el último año se ha detectado que se están perdiendo lugares de trabajo en el sector industrial, sobre todo al agroalimentario. "Es muy difícil crear industria nueva, por toda la burocracia que hay detrás, la inversión que requiere, la falta de suelo industrial en determinadas poblaciones y el problema del transporte", señala García.
Para la secretaría general de Pyme Menorca, es esencial que la población no marche de la isla, porque en el momento en que "dejamos de tener demasiado suficiente de población, las compañías aéreas dejarán de volar en Menorca".
Y por eso es necesario también retener el talento. Según Enric Cases, gerente de CAEB Menorca, la confederación de asociaciones empresariales de Baleares, "el problema en si no es el turismo, sino la baja productividad de las empresas menorquinas debido a una falta de formación". Para Casas, Menorca necesita personal con formación mediana, pero cómo esto no existe, se están ocupando estos lugares de trabajo con personal de baja calificación. "En este país, y en el turismo es uno de los sectores donde más se ve, queremos competir con mano de obra barata", añade Puig, quien apunta que si queremos tener una industria del calzado competitiva en Menorca, se tiene que formar a gente y por eso el FP Dual es fundamental. Este tiene que ser uno de los objetivos de la economía menorquina.
Muchos retos delante y una industria a potenciar para diversificar más allá del turismo. Pero, para acabar, un mensaje de tranquilidad para todos los menorquines: el hecho de vivir en una isla no tiene que suponer ningún handicap para retener el talento. "Estamos en el mundo de las nuevas tecnologías, retener el talento es posible si surgen espacios donde acoger las ideas que todos los jóvenes tienen a la cabeza. Mucha gente acabará viniendo a vivir en Menorca porque se puede trabajar perfectamente interconectado con medio mundo, sólo se tienen que fomentar los espacios necesarios para hacerlo", concluye el presidente de Ferrmed, Joan Amorós.