La industria del metal representa más del 10% de la economía catalana con más de 44.000 millones de euros y casi 170.000 puestos de trabajo. Un sector de primer orden pero que a menudo ha sido olvidado por las administraciones y por la sociedad. La marcha de Nissan y la caída drástica del turismo ha puesto de relieve la necesidad de reindustrialitzar el país y hacer una apuesta clara por el sector industrial, donde el metal tiene un peso muy relevante.
"Cuando hay una crisis como esta y voces en sectores como el turismo o la hostelería, te das cuenta de que la industria aguanta algo mejor", destaca Carlos Garriga, presidente de la Federación Empresarial del Metal. Una realidad que se constata en la percepción de la sociedad: "La gente se ha dado cuenta de que no sólo se puede vivir del turismo. Fuera de Barcelona tenemos que pensar en otras cosas si queremos ser un país próspero y tener la gente ocupada y muy retribuida".
Garriga: "Cuando hay una crisis como esta y voces en sectores como el turismo o la hostelería, te das cuenta de que la industria aguanta algo mejor"
Un salario mínimo de 1.550 euros
Más allá de soportar mejor las crisis económicas, el sector industrial en general y el del metal en particular también generan una ocupación de más calidad que buena parte de las empresas dedicadas al sector servicios o turismo. "En la industria ofrecemos unos salarios y una estabilidad laboral que otros sectores no tienen", destaca el presidente de la Federación Empresarial del Metal.
Como ejemplo, la categoría más baja en el convenio del metal de Barcelona establece un salario mínimo de 1.550 euros brutos con catorce pagas, mientras que el salario mínimo en el Estado está fijado en los 1.050.
El Vallès, capital industrial
Y si hay una área líder más allá de la capital, es el Vallès. "Es uno de los polos industriales más importantes del sur de Europa, a pesar de que a menudo es desconocido", señala Garriga. La región concentra el 41% de toda la ocupación industrial del sector del metal en Catalunya, con una facturación anual de 12.000 millones de euros y casi 70.000 trabajadores. Unos datos que ponen de relieve la importancia de esta industria.
Todo ello, explica Garriga, es gracias a la tradición industrial de la región, que ya viene de la revolución industrial y de la importancia del sector textil, que en municipios como Terrassa y Sabadell tenían una gran fuerza. "El sector del metal nace un poco a la sombra del textil. Muchas empresas metalúrgicas empezaron haciendo máquinas para las industrias textiles y encargándose del mantenimiento", añade.
"A pesar de que cuando se habla de industria mucha gente tiene Seat o Roca en la cabeza, el 90% de las empresas del sector del metal del Vallès tienen menos de 10 trabajadores
A pesar de que cuando se habla de industria mucha gente tiene en la cabeza gigantes como Seat o Roca, el 90% de las empresas del sector del metal del Vallès tienen menos de 10 trabajadores. Esto crea un ecosistema que se retroalimenta: "El tejido de pequeña empresa es muy competitivo y hace del Vallès una región muy atractiva para inversiones de empresas más grandes. HP o automoción necesita empresas que la puedan proveer de materiales o servicios".
Pioneros en exportación
El sector del metal representa el 42% de las exportaciones en todo el Estado español, un dato más que evidencia la gran importancia para la economía. "Históricamente hay una costumbre en Catalunya de salir a vender al exterior. Hace muchos años el textil ya salía a vender al mundo y después el metal", destaca Carlos Garriga.
Además, el hecho de contar con multinacionales punteras es también una gran oportunidad: "Para muchas empresas, empezar a trabajar para una multinacional supone una palanca para salir afuera y expandirte. Por eso las implantaciones de las multinacionales son tan importantes".
Industria olvidada
Aún así, la industria es un sector que ha quedado relegado los últimos años, viéndose eclipsado por una apuesta prácticamente exclusiva por los servicios y por el turismo. "La industria ha sido la gran olvidada de las políticas económicas de los últimos años, en un entorno en el que se ha fomentado una economía basada en los servicios", sentencia la FEM.
Chaparral: "En los libros escolares, la industria se representa como una fábrica que saca humo y contamina. Los empresarios e industriales han sido los malos de la película. Hemos tenido mala fama"
En parte, se debe a un mensaje que ha ido calando en la sociedad, que Carlos Garriga simboliza con este ejemplo: "En los libros escolares, la industria se representa como una fábrica que saca humo y contamina. Y los empresarios e industriales han sido los malos de la película. Hemos tenido mala fama". Por eso, considera que es necesario "un mayor reconocimiento de la industria como valor social".
Mensaje claro a la administración
Desde la Federación Empresarial del Metal mandan un mensaje contundente a la administración para que la industria se mantenga y vuelva a ser el principal motor del país. "Que al menos no ponga trabas", reclama Garriga. Y es que uno de los problemas con que se encuentran es la inseguridad jurídica provocada por una legislación poco clara y que ha cambiado a menudo. "Si la ley es gris, todo acaba en el juzgado. Es uno de los grandes problemas que hemos tenido y es difícil de solucionar". Esto pone barreras para recibir inversiones, tanto locales como extranjeras.
Además, en la situación actual, reclaman más ayudas directas a las empresas para garantizar su supervivencia.
La lacra de las infraestructuras
Otra cuestión recurrente que afecta la competitividad de las empresas y reduce el atractivo para invertir en Catalunya y en el Vallès son las infraestructuras. Tanto las de movilidad, en la que hay grandes carencias como el corredor mediterráneo o conexiones por carretera o por tren a la región vallesana. Como de telecomunicaciones: "Hay muchos polígonos donde no llega una fibra óptica y es gravísimo. Las infraestructuras son vitales para que un territorio sea competitivo". "No tener buenas infraestructuras es una lacra y un problema serio. Pero siempre vamos con inversiones por debajo de lo que está previsto e incluso aprobado en Madrid", recalca.
Desde la Federación de Empresarios del Metal también denuncian el mercado energético español. De hecho, las empresas pagan la segunda energía más cara de Europa, sólo superada por Malta. "Somos un país con costa y sol, que tiene muchas posibilidades de generar energía de manera barata, pero estamos pagando muchas cosas que no son del coste de la energía y pifias como el Castor. Los costes suben porque la energía es más cara y el transporte se tiene que hacer todo por carretera".
La amenaza contraproducente de Nissan
La decisión de Nissan de cerrar las plantas de Catalunya ha evidenciado la importancia de la industria y ha puesto en peligro unos 20.000 trabajos indirectos. Según datos de la Federación Empresarial del Metal, representa el 1,3% del PIB catalán.
Y Carlos Garriga se muestra muy crítico con cómo se ha afrontado el tema desde las administraciones: "Decir que le costará muy caro irse, es un mensaje negativo para futuras inversiones". "Cuando una multinacional invierte, hace una inversión muy grande pero no con la idea que estará toda la vida. Si irse es muy caro, quizás no invertirán", añade. Así, lo que propone es que desde las administraciones y el sector privado se busquen soluciones creativas para aprovechar el potencial de los trabajadores, de las instalaciones y de todo el tejido industrial que hay detrás.
"Sería más interesante decirle a Nissan que continúe comprando piezas a proveedores catalanes, aunque las fábricas estén en Francia", apunta.