A falta de tres meses para conocer quién será el próximo presidente o presidenta de los Estados Unidos, los mercados mundiales temen una posible recesión de la primera potencia del planeta. El ejemplo más evidente lo hemos visto este lunes, con la caída del 12,40% del Nikkei 225, el principal índice de la Bolsa de Tokyo. Se trata del descenso más grande registrado en 37 años, concretamente desde el 20 de octubre de 1987, fecha conocida en los libros de historia como Black Monday. Entonces, su depreciación fue del 14,40%. Pero la caída del Nikkei no ha sido el único síntoma: también el Bitcoin (BTC) se ha precipitado casi un 10%, mientras que uno de los grandes inversores como Warren Buffett ha vendido el 49% de sus acciones de Apple. Con todo, el Nasdaq anticipa caídas superiores al 5% en los próximos días, hecho que puede provocar un efecto dominó en la economía mundial.
Para entender qué ha sucedido, hay que situarse primero en Estados Unidos. La pasada semana se publicaron los datos de paro en el país, y fueron sorprendentemente negativos. La tasa de parados alcanzó el 4,3%, es decir, la más elevada desde octubre del 2021, periodo todavía marcado por el coronavirus. Los datos no son casuales y siguen una tendencia que el mercado laboral norteamericano ha ido mostrando los últimos meses, especialmente desde junio. El presidente Joe Biden anticipó un "crecimiento más gradual" una vez superada la pandemia, pero el escenario actual es muy diferente.
Por este motivo, la Reserva Federal (Fed) ya habla de "preocupación" por los datos de desempleo e inflación. Conviene recordar que este organismo decidió mantener los tipos de interés entre el 5,25% y el 5,50% (su nivel más alto en 23 años), una estrategia que se replicó en Europa y que ha llevado a los bancos a ofrecer intereses muy elevados a sus clientes. Todo se ha llevado a cabo con la idea de desacelerar la economía y reducir la inflación, pero también está aumentando el paro. De momento, la inflación continúa al 2,5% en Estados Unidos, a medio punto del objetivo que establecieron Bruselas y la Fed antes de bajar los tipos de interés, a pesar de que hace unos días admitieron que el primer recorte podría ser este septiembre.
El cambio de rumbo de Buffett sacude a Nasdaq y Bitcoin
Con todo, este ritmo tan bajo ha espoleado la rumorologia que habla de una "recesión inminente" en Estados Unidos. El pasado viernes, Wall Street registró pérdidas de al menos un 2,2% al final de la mañana en sus índices más importantes (S&P 500, Dow Jones y Nasdaq). El mercado no recibió con optimismo el informe del paro estatunidense: Berkshire Hathaway, la firma del conocido "oráculo de Omaha" Warren Buffett decidió vender el 49% de sus acciones de Apple durando el segundo trimestre del 2024 y redujo su posición hasta los 84.000 millones de dólares. En cifras totales, son 390 millones de acciones que siguen a los 115 millones (un 13%, aproximadamente) que ya había vendido durante el primer trimestre.
Según Buffett, la operación se ha hecho para "beneficiar a los accionistas de Berkshire a largo plazo si el impuesto sobre las ganancias de capital aumenta", a pesar de que la gigante tecnológica ha aumentado un 14% su valor a lo largo de este año. Cabe recordar que Apple es desde 2016 la participación más grande del conglomerado. La segunda es Bank of America y, casualmente, Buffet también ha reducido sustancialmente su volumen de acciones. Recientemente, vendió 3.800 millones de dólares en títulos de la entidad bancaria.
Nasdaq ha caído más de un 10% después de su máximo el mayo pasado, y prevé bajar un 5% más, igual que Dow Jones (-1,5%) y S&P 500 (-2%)
Los inversores han interpretado estos movimientos de dos maneras: una, que Berkshire está buscando aumentar su reserva de efectivo; y dos, que Buffett no confía en Apple ni en el mercado a corto plazo. Rápidamente se han notado los efectos y Nasdaq, el índice tecnológico de WallStreet, ya pronostica caídas superiores al 5% en los próximos días, después de corregir más del 10% desde sus máximos históricos a mediados de mayo pasado. Pero no es el único: también el futuro del Dow Jones contempla un retroceso del 1,5% y S&P 500 del 2%.
En el caso de Bitcoin, durante el pasado fin de semana se ha precipitado masivamente el valor de la principal criptomoneda, y este lunes ya ha bajado de los 53.000 dólares, es decir, un descenso del 10,13%. Algunos expertos alertan de que pronto el activo podría estar por debajo de los 50.000 dólares. El 1 de agosto, su valor era de más de 65.000 dólares. Aun así, el declive más pronunciado en el mundo de las criptomonedes lo ha protagonizado Ethereum (ETH), que ha perdido más de un 20% de su valor en menos de una semana. En el caso de los tokens, algunos de los más importantes como Solana (SOL) o Cardano (ADA) se encuentran también cerca del 20% de caídas.
El Nikkei, el paradigma de la incertidumbre
Todo este escenario plagado de interrogantes ha impactado con más fuerza en el mercado asiático. El pasado mes de marzo, el Banco del Japón (BoJ) aprobó eliminar su política de tipo de interés negativos y los aumentó a 0-0,1%. Esta nueva política acabó frenando la fuerte depreciación que estaba sufriendo el yen, a pesar de que la apreciación posterior afectó a las exportaciones del país. La pasada semana llegó la segunda subida, hasta el 0,25%.
Todo ello ha fortalecido al yen y, de rebote, ha agravado el problema de las exportaciones. Empresas como Toyota Motores han reportado caídas de hasta el 13,65%, y las previsiones de futuro hablan de una caída del beneficio neto alrededor del 30% a finales de ejercicio. No es el peor caso: la firma Tokyo Electron ha registrado un descenso del 18,48%. Por su parte, grandes entidades bancarias como Mitsubishi UFJ se han desplomado casi un 18%. En general, el Nikkei ha caído más de un 20% en menos de un mes, después de su máximo histórico alcanzado el pasado 11 de julio. Además, la incertidumbre del mercado estadounidense empeora los pronósticos de cara al futuro.
A pesar de que el gran terremoto se ha producido en Japón, también Corea del Sur ha tenido un lunes negro. El principal indicador de la Bolsa de Seúl, el Kospi, se ha hundido cerca del 9%, y su indicador tecnológico, Kosdaq, se atrasó más de un 11%. En el mercado australiano, el retroceso ha sido del 3,7%.
Europa, al acecho
Europa también está observando con preocupación la bajada de grandes mercados mundiales. A pesar de que el euro se ha apreciado un 0,2%, en el Estado, el Ibex 35 ha bajado un 2,65%. Son cifras similares a otras economías importantes en Europa: Londres ha bajado un 2,3%, París un 2,6% y Milán un 4%, entre otros.
A la espera de una valoración oficial por parte de agentes relevantes en la Unión Europea, el escenario actual podría provocar cambios en cuanto a la estrategia del Banco Central Europeo (BCE) respecto a los tipos de interés y su inminente rebaja. De momento, el petróleo Brent ha experimentado una bajada del 0,2% y el precio de la onza de oro ha incrementado hasta los 2.473 dólares, es decir, un 0,7%.