A las 18:30 horas de hoy, en primera convocatoria, y a las 19 horas en segunda, 4.478 socios compromisarios que configuran la Asamblea General del FC Barcelona, están convocados para participar en una nueva Asamblea Extraordinaria del Club con tres puntos para abordar:
1.- Escuchar el informe del presidente
2.- Autorizar o no a la Junta Directiva del Club para que pueda vender a uno o más inversores una participación minoritaria del capital social de la sociedad (hasta el 49,9%) de Barça Licensing&Merchandising, SL (BLM).
3.- Autorizar o no la cesión a uno o más inversores de hasta el 25% de los ingresos para la explotación de los derechos de televisión correspondientes a la competición organizada por la Liga Nacional de Fútbol Profesional y/o la obtención de financiación en base a dichos derechos de televisión.
Estos socios compromisarios podrán votar presencialmente en el Auditorio 1899, donde se celebrará la reunión, o telemáticamente, conectados a cualquier dispositivo electrónico que lo permita.
Ninguno de ellos ha recibido el más mínimo detalle útil para decidir los dos puntos que se someten a votación, más allá de la escasa información que recogen el enunciado de la convocatoria y la ridícula documentación que el Club ha puesto a disposición de los socios.
"Déjenme vender el 49,9% de BLM, pero ni les informo de a quién lo vendo, ni a qué precio, ni en qué condiciones exactas"
Para sacar al Club de la quiebra heredada, una vez descartada la opción que gustaba al ex-CEO del Club, FerranReverter, - la de intentar replicar el modelo de propiedad del Bayern en el Barça- y una vez Laporta ha decidido prescindir de un equipo profesional potente y de calidad contrastada para poder pasar a dirigir el Club como una empresa familiar, con sus amigos y conocidos, el carismático presidente vuelve al Laporta Style: "Hacedme confianza", y, dentro de unos márgenes escandalosamente amplios y ambiguos, "dejadme hacer la mía. Confiad en mí". Lo hizo cuando en diciembre pasado pidió poder endeudar al Club hasta 1.500 millones de euros para financiar el EspaiBarça sin presentar ningún proyecto arquitectónico concreto ni nada que se le pareciera. Los socios votaron a ciegas, pero aun así superó el obstáculo con creces. Por cierto, ninguna noticia hasta ahora de cómo va la negociación de este crédito cuando cumple el medio año de la votación.
Y ahora otra vez: déjenme vender el 49,9% de BLM, pero ni les informo de a quién lo vendo, ni a qué precio, ni en qué condiciones exactas. Con el 25% de los derechos de televisión pasa exactamente lo mismo.
Laporta y su junta repiten día sí y día también que el Club será siempre de los socios, pero, en realidad, les produce una molestia cósmica la figura del socio cada vez que se tienen que tomar decisiones importantes. Como figura decorativa es perfecta, pero, como propietarios legales del Club que merecen un respeto, ya no.
Si Laporta no supiera, como nadie, que al socio del Barça se le puede manipular, desafiar, confundir y menospreciar sin que pase nada, no se habría atrevido a plantear las votaciones de esta manera. Habría explorado el mercado, habría negociado con los posibles partners que ofrecieran las mejores garantías y se presentaría ante los socios con la propuesta exhaustivamente detallada que Laporta y su Junta consideraran la mejor. Después de ofrecer la información que los socios pidieran por todos los canales, que el Club debería fomentar al máximo, de debatir y de aclarar todas las dudas, entonces sí podríamos votar. Y seguramente, igualmente, ganarían y convencerían. Pero la calidad de la victoria sería muy diferente.
Laporta sabe que, hasta el día de hoy, como mínimo, el socio del Barça se interesa poco por la gestión del Club e incluso le hace una cierta gracia que el que manda sea un poco "espabilado"
Laporta lo ha hecho al revés: os digo, más o menos, qué quiero hacer y luego yo y los míos ya nos lo arreglaremos. Por eso todavía hoy no sabemos qué cobraremos del patrocinio de Spotify ni qué comisión se llevó el intermediario, que se ve que hizo falta para cerrar la operación y al que incluso tuvimos que aplaudir para agradecerle el trabajo y la factura que cobró.
Laporta sabe que, hasta el día de hoy, como mínimo, el socio del Barça se interesa poco por la gestión del Club e incluso le hace una cierta gracia que el que manda sea un poco "espabilado". Le permite criticarle y quejarse mucho, pero en realidad no mueve nunca un dedo para detenerlo. Laporta y los suyos lo saben muy bien y por eso tiran millas y sonríen tranquilos y satisfechos. Las votaciones caen solas, de una en una.
¿Hoy será diferente? La Milanesa de Messi está bastante segura de que no, que ya nos conocemos. Pero hoy puede ser un gran día para volver a asomar la nariz aquellos a los que les importa más anular a Laporta que ayudar al Barça. Hoy, algún socio puede impugnar la decisión de la Asamblea, una vez tomada, porque considere que ha faltado información y transparencia antes de saber qué se votaba. Y volveremos a las andadas. Y todo parecerá espontáneo y nada dirigido. Mientras tanto, Tebas se lo mirará, acariciando al gato, sentado en su sofá.