Una de las nuevas tendencias comerciales de este año es lo que se conoce como sadfishing, es decir, "dar pena para pescar". ¿Qué se quiere pescar exactamente? Pues muy sencillo, desde la atención de un posible comprador hasta la simpatía de un usuario, para ganar el tan anhelado compromiso. Ahora bien, se trata de una "práctica tóxica" para conseguir dinero fácil que la escritora y columnista Rebecca Reid ha identificado de cerca: "se trata de lágrimas patrocinadas".
Uno de los casos más paradigmáticos es el de la celebridad Kendall Jenner, que compartió en su Instagram diversas publicaciones a punto de llorar para explicar el problema que había tenido con el acné desde que era adolescente. En la última publicación se desveló "el misterio": estaba patrocinada por una marca de cosmética. Lo mismo ha sucedido con Bella Hadid o la cantante Adele. Como consecuencia, cada día es más habitual ver desde personajes famosos hasta conocidos del entorno familiar que exponen publicaciones llorando, confesando traumas o tristezas. Pero... ¿hay autenticidad en todas ellas?
Soler (experta en ventas): "Bienvenidas las emociones si son genuinas y auténticas, pero cuando se detecta que la empatía no es real, puede generar un auténtico rechazo"
En primer lugar, el sadfishing puede ser practicado por personas de diversas edades y trasfondos. No se limita a un grupo demográfico específico ni a un poder económico en concreto. En general, se observa más en las plataformas de redes sociales, donde las personas comparten sus experiencias y emociones de manera pública. Este comportamiento puede ser adoptado por celebridades, influencers, adolescentes, adultos, entre otros. Algunas personas pueden recurrir al sadfishing de manera consciente para buscar apoyo emocional, mientras que otras pueden hacerlo inconscientemente. Y, sobre todo, también puede trasladarse al ámbito comercial del business to business(B2B), donde las emociones, bien gestionadas, pueden marcar la diferencia.
El poder de las emociones en el B2B
La especialista en ventas y opinadora de VIA Empresa, Montse Soler, tiene claro que "las emociones en la venta son clave hoy en día". Para entenderlo, la inteligencia artificial es capaz de obtener los mejores argumentos de ventas, pero "aún no sabe transmitir las emociones, la empatía y la escucha activa en relación con las personas que tiene delante".
Soler hace un breve repaso histórico de la profesión de comercial y afirma que hace décadas con "cuatro nociones de venta se podía sorprender a un interlocutor", mientras que actualmente "hay información por todas partes y muy accesible". La experta destaca que "bienvenidas emociones si son genuinas y auténticas, pero que cuando se detecta que la empatía no es real, puede generar un auténtico rechazo".
Finalmente, la tristeza mal gestionada o el sadfishing en la venta B2B puede alejar a un posible comprador, ya que muchos empresarios no "quieren más problemas" y se trata de encontrar un punto intermedio entre lo que es "maravilloso" o "letal". "Es más, con el uso de la tristeza solo se puede conseguir como mucho un 1% de las posibilidades de venta", concluye.