La edición del Mobile World Congress (MWC) de este final de mes podría ser la primera que no ha sido amenazada por huelgas de taxistas o de transporte, a pesar de que, de momento, tenemos los tractores que intentan bloquear la ciudad. Hace pocas semanas se celebró el ISE (Integrated Systems Europe) que, en su vigésima edición, ha batido todos los récords de visitantes y de participación empresarial previos. Una muestra del auge de la industria audiovisual y del comercio electrónico en todo el mundo y la integración de sistemas a través de la conexión inteligente entre aparatos (internet de las cosas, IoT). El ISE se estrenó en Barcelona en 2021, todavía en plena pandemia, y el éxito de este año -más de 58.000 personas- ha servido a los organizadores para sacar pecho y mirar de ir equiparándose al Mobile en trascendencia ciudadana.
El nuevo paradigma de la movilidad
No hace mucho, en Barcelona, vivíamos la obsesión por el cable. La irrupción de la televisión por cable y el aumento de prestaciones que ofrecía internet requerían sustituir la tradicional red de cobre por la de fibra óptica. Fuera de la ciudad, todavía ahora podemos encontrar letreros de la Generalitat que anuncian la progresiva llegada de la fibra a los municipios más pequeños y periféricos para que empresas y ciudadanos dispongan de una conexión robusta y eficaz con el mundo exterior. Aun así, la movilidad ha acontecido el nuevo paradigma de una comunicación en crecimiento exponencial a través de los contenidos audiovisuales.
El Mobile se instaló en Barcelona en 2006 y tiene comprometida su continuidad en Catalunya hasta el 2030. El número de asistentes casi duplica los del ISE y, por lo tanto, el impacto inmediato sobre la ciudad, también. La maduración del sector de telefonía móvil provocaba, entre otras cosas, una concentración más grande del mercado y un poder más elevado de las grandes marcas. Hasta el punto, que el líder norteamericano -y ahora otra vez mundial- Apple, siempre se ha negado a asistir. En cambio, las compañías asiáticas, siempre deseosas de asegurarse una buena posición en Europa, se han mostrado más proclives.
El peso de la telefonía móvil en el certamen -como en el conjunto del sector- ha ido moderándose con el tiempo hasta el punto que en 2023 solamente ocupó el 56% de los m2 cuadrados contratados en la Fira. De hecho, además de la suspensión de una de las ediciones durante la pandemia, uno de los problemas que arrastró el Mobile inmediatamente después serían las restricciones a la salida de ciudadanos chinos de su país hasta enero del año pasado: el 2023 todavía no se superaron las cifras de asistentes de antes de la pandemia.
El reto de la contribución de los certámenes tecnológicos a la modernización de la economía
Los datos de superficie ferial alquilada y de visitantes son importantes para el negocio de la Fira y para la hostelería y otros servicios a los visitantes. De hecho, los nuevos responsables turísticos de la ciudad apuestan formalmente por potenciar este tipo de visitante, que acostumbra a dejar más ingresos que el turista de vacaciones. Un tipo de cuadratura del círculo: más negocio pero sin más visitantes y sin más congestión. Aun así, el más importante de estos certámenes tecnológicos es el impacto en términos de estímulo y arrastre en la actividad productiva. Son impactos siempre difíciles de cuantificar y que tienen una incidencia a medio plazo, pero si funcionan, son los más trascendentes.
El más importante de estos certámenes tecnológicos es el impacto en términos de estímulo y arrastre en la actividad productiva
Sin atreverse a hablar de relación causa-efecto, los responsables del ISE constataban que, desde que celebran su certamen en la ciudad, empresas internacionales del sector como por ejemplo B-Tech, Lang, Lightware o LiveU se han instalado en Barcelona. En todo caso, y especialmente en empresas de las TIC, el entorno -sea en forma de otras empresas existentes, de certámenes sectoriales de alcance mundial y de profesionales disponibles- es siempre muy relevante a la hora de decidir la ubicación de sus centros. Y también, no hay que decirlo, la imagen de la ciudad, el clima, la ubicación geográfica, las conexiones aéreas internacionales, el precio de la vivienda y el coste de la vida... y los salarios de los profesionales.
En este caso, se estima que a Barcelona el coste de un profesional es poco más de la mitad que no en Londres. La capital británica, por otro lado, con el Brexit se ha encarecido muchísimo en todos los aspectos y pone muchas restricciones a los que quieren trabajar, con lo cual tiende a expulsar muchas actividades de elevado valor añadido que estaban establecidas. Una oportunidad que hay que aprovechar.
De la fuga de empresas audiovisuales a la Catalunya Media City
En el ámbito audiovisual, un sector donde Barcelona había sido históricamente líder, el peso de las televisiones privadas y de las compañías de publicidad que buscaban la proximidad en los grandes oligopolios había trasladado buena parte de las actividades a la capital del Reino. Ahora, la apertura del abanico de canales de distribución, de destinatarios y de productores de contenidos ha permitido otra vez que Barcelona polarice las actividades más innovadoras, como por ejemplo los videojuegos o la realidad inmersiva. Se estima que en el conjunto de Catalunya se dispone de unas 3.700 empresas del sector audiovisual, que dan trabajo a 33.000 personas y que facturan más de 7.000 millones de euros. Ahora, después de varios proyectos puntuales solo parcialmente exitosos, parece que hay una apuesta clara y bastante transversal -que no dependa de los mandatarios de turno- para hacer de la antigua central térmica del Besòs la Catalunya Media City.
En el ámbito audiovisual, Barcelona había sido líder, el peso de las televisiones privadas y de las compañías de publicidad que buscaban la proximidad en los grandes oligopolios había trasladado buena parte de las actividades a la capital del Reino
Se trata de un proyecto que pretende convertir este espacio icónico del Besòs en un equipamiento en lo referente a nivel mundial para los sectores digital, audiovisual y de contenidos digitales. Este espacio tiene que convertirse en un parque tecnológico y formativo de nueva generación, dotado de infraestructuras y servicios avanzados con vínculos a escala local, nacional e internacional. Estos complejos siempre tienen una gestación larga y un despegue lento, pero, si funcionan, acontecen instalaciones de referencia mucho más sólidas, incluso que ferias y congresos, siempre atentos a encontrar la sede que les ofrece más contrapartidas de negocio.
Economía digital: tan grande y más productiva que el turismo
Con datos del 2022, que seguramente se actualizarán en los días previos a la celebración del MWC, la economía digital en Catalunya genera el 12% del PIB -con un volumen similar al del turismo a través de más de 12.000 empresas y más de 180.000 trabajadores- 350.000 en el turismo, para tener una cierta idea de magnitudes. Es decir, con una productividad por persona que es casi del doble.
Según las mismas fuentes, recogidas por Acció en el informe La economía digital en Catalunya el crecimiento del sector fue de un 15% el mismo 2022 respecto del año anterior. En el Mobile, para el gran público lo más llamativo son los nuevos modelos y las nuevas prestaciones de los aparatos de telefonía móvil que todos llevamos en el bolsillo. Pero parece que el sector está llegando a la madurez y las mejoras ya no serán tan exponenciales y disruptivas. En cambio, según el mismo informe, destaca el dinamismo de la explosión de datos que se producen a través de sensores IoT (internet de las cosas) y la demanda de ciberseguridad -todos recordemos uno de los últimos casos con robo y chantaje de datos robados en el Hospital Clínic. También es especialmente relevante el crecimiento de todo lo que rodea las criptomonedas, el metaverso y la realidad virtual.
El modelo económico: algunos elementos para el optimismo
De hecho, cuando hablamos de las limitaciones y deficiencias de la sociedad catalana, siempre acabamos en aquello del modelo económico vigente. Sea cuando nos referimos a la poca productividad y los bajos salarios, a la inmigración masiva no cualificada, al paro estructural o a la viabilidad de las pensiones. Salones como el ISE y el Mobile son plataformas que nos ofrecen la oportunidad de ir transformando el modelo económico mayoritario hacia otro que vaya superando las debilidades que ahora enumerábamos.
Aunque contribuya a generar nuevas problemáticas, como el alud de expatriados extranjeros y el impacto sobre la vida de la ciudad y la gentrificación de esta. Aun así, ante el pesimismo generalizado que a veces impregna la opinión publicada -y que siempre grita más la atención- hay que remarcar que el acierto y la continuidad en el tiempo por varias apuestas estratégicas- impulsadas desde Catalunya- empiezan a dar frutos que siempre maduran lentamente.
Salones como el ISE y el Mobile son plataformas que nos ofrecen la oportunidad de ir transformando el modelo económico mayoritario
Sin ánimo de ser exhaustivo, tenemos que constatar, por ejemplo, que la apuesta por la biomedicina y la excelencia de hospitales públicos, centros de investigación público-privados, facultades y profesionales nos sitúa en una posición líder en Europa en este ámbito. Lo reconocían, hace muy poco, desde la farmacéutica anglosueca AstraZeneca, uno de los creadores de las vacunas contra la covid, que desarrollará en Barcelona un centro de investigación de notables dimensiones.
Otras apuestas estratégicas que todavía tienen que dar más frutos y que quizás hay que complementar son el Centro de Supercomputación de Pedralbes y el Sincrotrón de Cerdanyola. De hecho, grandes grupos inversores apuestan por centros de computación de datos. En Barcelona cuentan con las ventajas que les puede proporcionar la estación de llegada del cable submarino, también en Sant Adrià de Besòs. Todavía en otro nivel, pero también significativo, el auge del cine catalán con nuevos creadores surgidos de las excelentes escuelas que disponemos. El audiovisual cierra un círculo cada vez más virtuoso.