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La mujer campesina hoy, con una mirada atrás para no olvidar

Es necesario que en las escuelas haya una asignatura obligatoria sobre la agricultura y que la agricultura sea una cuestión de país, no solo del Departamento de Agricultura

Montse Cardona y Sònia Morell, impulsoras de Monoa | Cedida
Montse Cardona y Sònia Morell, impulsoras de Monoa | Cedida
Francesc Reguant | VIA Empresa
Economista, experto en estrategias de la agroalimentación
Barcelona
02 de Marzo de 2025

La Unió de Pagesos acaba de nombrar una nueva coordinadora. Raquel Serrat ha sustituido a Joan Cavall al frente del primer sindicato agrario de Catalunya. Este cambio debería ser una renovación normal dentro de la vida democrática de un sindicato agrario. Pero no lo es porque Raquel es una mujer y este hecho es aún excepcional. Algo que no debería ser así.

 

Estoy convencido de que la Unión de Agricultores ha tomado una decisión acertada con mirada de futuro. Desde esta página expreso mi felicitación a la nueva coordinadora. Hace cuatro años entrevisté a Raquel Serrat para Obealimentària, el observatorio agroalimentario del Col·legi d’Economistes. Entonces nos decía textualmente: “como mujer y campesina de montaña estoy convencida de que lo que ha faltado al sector primario es autoestima. Hay una gran desconexión, cada vez más grande, entre toda la sociedad y la agricultura, se desconoce nuestro trabajo, el origen de los alimentos, el sistema de producción, las normativas que cumplimos, la importancia de nuestra aportación. Por el contrario, se nos criminaliza y menosprecia. Hace falta mucha pedagogía. Es necesario que en las escuelas haya una asignatura obligatoria sobre la agricultura. Es necesario que la agricultura sea una cuestión de país, no solo del Departamento de Agricultura. Se habla de grandes retos (sostenibilidad, cambio climático, despoblación…) en todos ellos la agricultura tiene mucho que decir, pero a veces no se nos tiene en cuenta.”

Raquel Serrat (Unió de Pagesos): "Es necesario que en las escuelas haya una asignatura obligatoria sobre la agricultura"

Recientemente, las campesinas han visto la necesidad de reivindicarse y han comenzado a agruparse en diferentes asociaciones poniendo de manifiesto su papel clave en la actividad de las empresas agrarias. En Cataluña, a iniciativa de Teresa Colell, un grupo de mujeres, fueron a conocer a Zumaia, en el País Vasco, a otras campesinas y ver cómo ellas ya estaban asociadas. A partir de ahí, cada año se hacían salidas hasta que a finales de 2019 se constituyó la Associació de Dones del Món Rural, pageses i ramaderes de Catalunya. En octubre de 2023 la Asociación realizó su primer congreso y está previsto que en octubre de 2025 celebren el segundo. Su lema es: Somos esenciales, Somos rurales. Otra asociación de mujeres del mundo agrario es la de Ramaderes de Catalunya de las cuales uno de sus lemas es “doblemente invisibilizadas, doblemente movilizadas”. Finalmente, en 2018 se constituyó la Associació Catalana de Dones de la Mar que completa este nuevo escenario asociativo. Ellas “queremos potenciar la visibilidad de las mujeres que trabajan en el mar en cualquiera de sus sectores”.

 

Estos movimientos asociativos, todos ellos nacidos en el siglo XXI, parten de la conciencia de su falta de presencia en el imaginario colectivo. La necesidad de mostrarse y reivindicar su importancia se convierte en un objetivo principal. Ciertamente, debería sorprender que haya hecho falta llegar al siglo XXI para enterarnos de que la mujer campesina existe y ha jugado y sigue jugando un papel determinante. De aquí el valor de la divulgación de esta realidad, tal como, por ejemplo, hace Maria Rosa Ferré Galimany en Conversaciones a pie de viña con 50 viticultores o Imma Puigcorbé en Vacas. Historias de una veterinaria rural.

La mujer campesina vista por un profesor de economía en 1890

Raquel Serrat, coordinadora de la Unión de Agricultores | Cedida
Raquel Serrat, coordinadora de la Unió de Pagesos | Cedida

Para medir la distancia que han tenido que recorrer las mujeres campesinas de hoy hay que mirar al ayer. Un pasado que afortunadamente se va diluyendo aunque el camino por recorrer aún es largo. Es necesario, sin embargo, conocer el pasado para identificar los valores del presente. Conservar la memoria histórica nos fortalece hoy.

Casualmente, me ha llegado a las manos un libro de Economía Rural, escrito en 1890. Un manual para la formación en la “segunda enseñanza” del cual es autor Esteban Sala y Carrera, ingeniero agrónomo. Uno de sus apartados se titula “la mujer agricultora”. Dado el sorprendente contenido de este texto lo transcribiré en su versión original en castellano (los destacados son míos):

“La mujer agricultora. - No basta que el agricultor se halle dotado de las cualidades necesarias, es menester además que la compañera de su vida colabore en esa obra de la producción, con el auxilio de todas sus facultades especiales.

La principal misión de la mujer es crear una familia para la perpetuación de la especie y educarla en los eternos principios de bondad y amor al Trabajo. Debe también con la delicadeza de sus sentimientos formar un hogar doméstico ameno y agradable, donde todo el personal de la explotación encuentre el reposo de sus fatigas y un estímulo para la continuación del trabajo.

Le corresponde además el gobierno de la casa, dirigiendo la cocina, el lavado, planchado y reparación de la ropa, procurando el orden y el aseo en el interior, con la mirada puesta siempre a hacer la vida agradable, dentro de los sanos principios de economía doméstica.

Cae también bajo sus atribuciones la dirección de ciertas pequeñas industrias como la cría de aves de corral, la cría del cerdo, la fabricación de la manteca y el queso, la cría del gusano de seda, cuyos productos son frecuentemente una buena fuente de ingresos para la explotación.

Puede también auxiliar en ciertos trabajos generales que requieren destreza como las escardas, la recolección y la preparación de ciertos productos, siempre y cuando estos trabajos sean compatibles con los propios de la mujer y procurando no abusar de su fuerza, porque entonces se desnaturalizaría la misión de tan importante auxiliar, invadiendo atribuciones propias del hombre.

La mujer, aunque menos inteligente que el hombre, está dotada de mayor perspicacia para abarcar de un golpe de vista certero la realidad de las cosas, por lo que debe ser consultada en los asuntos difíciles, sirviendo a veces para corregir los defectos y complementar las cualidades del agricultor.

Las cualidades más importantes que deben adornar a la mujer agricultora son: la fidelidad, la gracia, la dulzura, la bondad de carácter, la paciencia, la constancia, la resignación, la actividad, la limpieza, los hábitos de orden y economía y, sobre todo, el amor a la casa y a la familia.”

Al leer este texto no queda claro si se trata de un sarcasmo o de una broma de mal gusto. Sin embargo, lo que es seguro es que muestra de manera descarnada la deformación de la imagen de la mujer que, a pesar de las evidencias que el autor no puede eludir, se convierte en la persona con el mejor criterio, imprescindible para acertar en las actuaciones en “asuntos difíciles”.  

En “román paladino” o en claro y catalán, según el profesor Esteban Sala, la mujer en el siglo XIX estaba al frente de la mayor parte de las diversas funciones de la actividad de una empresa agraria, pero ella era una mera “auxiliar” del hombre, el cual (el hombre) era superior en inteligencia.

La mujer campesina del siglo XIX solamente la conocíamos por las pinturas, entre otras, por ejemplo, Julien Dupre. A pesar del realismo con que pintaba las actividades agrarias, la suavidad de las formas, teñidas de cromatismo, ocultaba la dureza de las funciones que quería representar. Solamente la excepción de la pintura “des glaneuses”, (las espigadoras) de Jean François Millet reflejó la dureza y papel relegado de la mujer en las tareas más desagradables. Es decir, recoger lo que se había quedado en el campo después de la cosecha para poder atenuar su precariedad y pobreza.

Ahora estamos en el siglo XXI y una mujer valiente estará al frente del principal sindicato agrario de Catalunya.