En la economía hay actividades que tienen mayor impacto y fuerza laboral que otras. Aunque el papel de la mujer en la economía ha avanzado mucho en los últimos 15 años, la realidad es que la representación de la mujer en los sectores con mayor peso todavía está muy lejos de lo deseado. "De las 15 actividades que menos peso tienen en la economía, las mujeres estamos más representadas que los hombres en nueve de ellas y después perdemos peso en los sectores que más tiran de ella". Así lo ha afirmado María Bastida, profesora titular del Departamento de Organización de Empresas y Comercialización de la Universidad de Santiago de Compostela, en la presentación del estudio la Aportación de la Mujer en la Economía Española presentado este miércoles en el Foro de PIMEC.
El estudio ha presentado varios datos reveladores sobre las diferencias de género en los sectores económicos españoles, el peso de la mujer en actividades económicas que no repercuten en el PIB y la carencia de perspectiva económica de las políticas públicas estatales y europeas. En esta línea, Miguel Vázquez, decano del Colegio de Economistas de Galicia, presentes también en la investigación, ha destacado la importancia de "cuantificar cuál es la aportación de la mujer a la economía".
Discriminación sectorial
Los datos han expuesto cómo la fuerza laboral masculina representa el 55% del valor añadido generado en el Estado, mientras que las mujeres representan el 45%. En cuanto a la producción la diferencia se incrementa hasta los 18 puntos porcentuales (las mujeres representan el 41 % de la producción).
La presencia femenina en aquellos sectores económicos con un peso importante dentro de la producción es inferior a la de los hombres
Todo ello es fruto del que el estudio denuncia como "discriminación sectorial", tal como lo ha definido Bastida, y que se enfrenta directamente a la mejora del papel de la mujer en la fuerza laboral. El estudio ha comprobado cómo la presencia femenina en aquellos sectores económicos con un peso importante dentro de la producción es inferior a la de los hombres. Estamos hablando de sectores industriales y técnicos, cómo por ejemplo el sector del automóvil. Por otro lado, "aquellas actividades en las cuales estamos por encima, cómo puede ser educación o sanidad, son las que aportan menos valor", ha añadido Bastida.
Para mirar de hacer frente a esto, diferentes empresas han adoptado planes de igualdad negociados con las administraciones, asociaciones o sindicatos. Pero el problema va más allá. Emma Gumbert, vicepresidenta de PIMEC y presidenta de la Comisión Laboral ha explicado que ella misma ha negociado muchos planes y que "en muchos se recoge que en igualdad de condiciones y posición, la elegida tiene que ser una mujer. Pero la realidad es que en estos sectores más potentes la bolsa de trabajo no está conformada por mujeres".
Mientras que un 62% de las horas de trabajo de los hombres son remuneradas, este dato en las mujeres cae hasta el 37%
Las crisis económicas, y entre ellas la última derivada de la covid-19, también han agravado estas diferencias de género. "Nosotros somos las grandes damnificadas de las crisis económicas. No al principio, pero sí durante la recuperación" ha explicado Bastida; y es que si bien la pérdida de trabajo siempre ha sido superior entre los hombres durante las últimas crisis, la contratación masculina también ha sido mucho por sobre en los periodos de recuperación. Además, durante los diferentes ERTO realizados por empresas de todas las ramas a lo largo del periodo de pandemia, las mujeres, tanto en áreas con más presencia cómo en áreas donde tienen menos, restaron más afectadas.
El valor de la economía no remunerada
Otro aspecto en que ha querido poner la lupa el estudio es en el valor de la economía no remunerada: el trabajo que no está cuantificado y que es igualmente indispensable. Sin situarse en la cola de Europa, la realidad es que la brecha de género en este sentido continúa siendo enorme. Mientras que un 62% de las horas de trabajo de los hombres son remuneradas, este dato en las mujeres cae hasta el 37%. "No es un dato menor, nos tendría que hacer pensar", ha sentenciado Bastida al presentarla.
En la cuantificación hecha por el estudio, los investigadores han tenido en cuenta como horas productivas de no mercado todas aquellas dedicadas a la alimentación (compra, cocinar...), curas, voluntariado o trabajo al hogar entre otros. En este sentido, Bastida ha afirmado que teniendo en cuenta estas actividades "el 46,4% del PIB no estaría cuantificado y las mujeres aportaríamos el 63% de esta actividad no remunerada".
A través de una estimación con sus inconvenientes y dificultades, cómo ha reconocido la profesora e investigadora gallega, pero fidedigna, se concluye que si se tuviera en cuenta toda la actividad de cara a los cálculos de la producción y el valor añadido a la economía, las mujeres podrían dar la vuelta a la tortilla y representar el 51% del valor añadido.
Políticas públicas sin perspectiva de género
Otra denuncia del informe presentado hoy en PIMEC es la falta de perspectiva de género en las políticas públicas tanto del Estado cómo de la Unión Europea. "En las actividades más afectadas por la última crisis éramos más, pero en las actividades con más ayudas a la recuperación, las mujeres somos menos", ha denunciado Bastida, que también ha añadido "estamos apuntalando una Europa que refuerza los sectores masculinizados".
Así se puede ver en los PERTE, los proyectos de ayuda para la recuperación y transformación económica, así como con los Fondos Next Generation, inversiones públicas destinadas especialmente a aquellos sectores donde la brecha de género sigue siendo muy presente y la mujer está menos representada.