Vivimos en una sociedad en constante movimiento. Aún así, muchas veces creemos que siempre miramos adelante, parece que solo podamos mejorar, pero hay muchas veces que la sociedad no avanza sino que retrocede. El caso que nos corresponde hoy es la ya recurrente presencia de mujeres en las cúpulas de poder de las empresas, rizando el rizo, mujeres directivas. Pues bien, según el informe Bretxa salarial i presència de la dona en càrrecs directius, elaborado por EADA Business School, la presencia de mujeres directivas en el Estado este 2021 es inferior a la cuota registrada en 2008.
Y es que en este 2021, solo un 18,8% de los cargos directivos en empresas están ocupados por mujeres, un porcentaje que, justo antes de que estallara la crisis financiera, era del 19,5%. Según el estudio, la presencia de mujeres directivas en el Estado tocó fondo en 2013, con una cuota del 10,3%, y desde entonces se ha ido incrementando tímidamente. "A pesar de que se está recuperando, sino se acelera este crecimiento tardaremos al menos 50 años en conseguir la igualdad", explica Indry Canchila, ingeniera industrial y socia-directora del área de consultoría de ICSA grupo.
Este informe desglosa en profundidad todos los campos en los que la mujer sigue por debajo del hombre en cuándo a dirección de empresas, y según los cálculos, el porcentaje de mujeres directivas en el Estado se reduce en prácticamente todos los sectores. En la dirección general de las empresas, tan solo un 8,8% de los puestos de trabajo están ocupados por mujeres, casi cinco puntos menos respecto a 2008. Lo mismo pasa en la dirección comercial y la dirección de producción, donde la presencia femenina es del 7,6% y del 5,8%, respectivamente. En cuanto a la dirección de administración y finanzas, un 19,8% de los altos directivos son mujeres, un porcentaje que también es inferior en comparación a 2008, cuando la cuota era del 22,3%. La dirección de recursos humanos es la única área donde la presencia de mujeres se ha mantenido estable, situándose en el 32,6%.
Canchila: "Cuando hablamos de emprendimiento, las mujeres creen tener más oportunidades en las pymes que en las grandes empresas"
Aún así, la presencia de mujeres también varía dependiendo de la embergadura de las empresas. Por ejemplo, y según el informe de EADA, el número de mujeres que ocupan altos cargos es más elevado en las pymes que en las multinacionales. En concreto, el 60,9% de los cargos directivos en las pequeñas empresas están ocupados por mujeres. El porcentaje baja hasta el 33,3% en el caso de las medianas, mientras que en el caso de las grandes, la cuota es del 5,8%. Unos datos que, según Canchila, "reflejan que cuándo hablamos de emprendimiento, las mujeres creen tener más oportunidades en las pymesque en las grandes empresas".
La brecha salarial
Otro de los grandes obstáculos que no acabamos de superar como sociedad es la brecha salarial, que también se ha acentuado con los años, y sobre todo en posiciones de alta responsabilidad, cómo son los CEO o directivos de las empresas. Según el informe, la brecha entre trabajadores y cargos intermedios se sitúa alrededor del 11%, mientras que sube hasta el 14,4% en el caso de los directivos: "Son datos que quizás no parecen muy grandes, pero que pueden acabar marcando una gran diferencia en los salarios de hombres y mujeres directivas", añade la ingeniera industrial. Así pues, de media, el sueldo de una mujer que ocupa un alto cargo es de 76.610 euros anuales, mientras que el salario de un hombre en la misma posición es de 87.626 euros anuales.
Masuda: "Las crisis no ayudan a la igualdad, pero en este caso, la covid-19 podría ser una oportunidad para cambiar el modelo y la cultura de la presencialidad"
Según la profesora e investigadora de EADA Business School, Aline Masuda, la poca presencia de la mujer en el alta dirección tiene una explicación. "Los altos cargos directivos no son atractivos para una persona que quiere conciliación", dice, y añade que, "desgraciadamente, las mujeres son las que todavía se dedican a hacer más tareas del hogar". En este sentido pues, las mujeres acaban por escoger puestos de trabajo donde se prioriza la flexibilidad laboral, a pesar de que esto comporte sacrificar su salario. Es por eso que, tal como recuerda Masuda, "las crisis no ayudan a la igualdad, pero en este caso, la covid-19 podría ser una oportunidad para cambiar el modelo y la cultura de la presencialidad".
Posibles soluciones
Los cambios que tiene que hacer el Estado para que estas diferencias entre hombres y mujeres desaparezcan pasan por diferentes ámbitos. Primeramente, y tal como apunta el informe se necesita un cambio de visión empresarial, pero también un cambio en el sistema, es decir, recordar a las empresas que la diversidad aporta más beneficios que inconvenientes. "Tenemos que romper con los estereotipos, pero también optimizar recursos", recuerda Canchila. Aparte, también hace falta una reestructuración con base legal, nuevas legislaturas que impulsen la igualdad en sectores masculinizados o feminizados.
Pero, tal como recuerdan ambas ponientes, no es solo un cambio legal o empresarial, sino toda la estructura cultural de nuestra sociedad también acontece un problema cuando hablamos de igualdad. Para Masuda, la solución pasa por "rediseñar" los puestos de trabajo para hacerlos más flexibles y, en paralelo, incrementar el número de mujeres en posiciones de responsabilidad. En este sentido, la investigadora habla de un cambio en la sociedad, por adaptarse a las nuevas tecnologías, pero también para conseguir el reparto de las tareas del hogar: "La pandemia nos ha hecho reinventarnos en el mundo digital, pero este cambio tiene que venir de la mano de un cambio cultural", describe Masuda.
Tanto la soceitat catalana cómo la española tienen taras cuando se habla de igualdad y está claro que el tiempo no ha hecho que las cosas mejoren, sino todo el contrario, hace más de una década habíamos avanzado más que actualmente. Así pues, luchar por esta esperada igualdad es un trabajo que se tiene que hacer a nivel empresarial y legislativo, pero también a nivel cultural, porque tal como recuerda la EADA: "La igualdad y la equidad se tiene que buscar, no solo entre hombres y mujeres sino entre personas".