Ni en Barcelona, ni en Madrid, ni en ninguna parte. El MWC2020 no se celebrará ni en febrero ni en ninguna otra fecha del año supuestamente y, como insiste sólo la GSMA, por el riesgo del coronavirus. Una epidemia que ni siquiera ha llegado a Barcelona, Catalunya ni España, pero que ha generado un miedo global que ha trastornado los planes de todo el mundo. El MWC 2020 no existirá, pero la epidemia del virus nacido en Wuhan podría ser sólo la excusa perfecta para esconder una "mala gestión" de la situación. O al menos esto es lo que fuentes de las empresas expositoras y cercanas a GSMA explican a VIA Empresa. La corta vida del la edición de 2020 acaba esta semana con la vista puesta en los motivos que han llevado a la GSMA a tomar esta decisión, pero también con un espíritu de optimismo de cara al congreso de 2021. Este, quizás sí, sea "el mejor MWC de la historia".
La GSMA tomaba esta decisión a última hora del miércoles, después de que a mediodía decidieran que el congreso salía adelante. Un día después, su CEO y su director general, John Hoffman y MatsGranryd (también presidente de Orange), lo justificaban argumentando que la única razón que les forzaba a sentenciar la cancelación del MWC2020 son causas de "fuerza mayor". Una única razón y un único argumento que se suma a otro vinculado a, como decía Hoffman, que "no estarían la gran mayoría de las empresas que habían planteado asistir". "Causas de fuerza mayor" fue la frase más repetida durante toda la rueda de prensa de jueves, una frase que servía para responder todas las preguntas: ¿Quién pagará el coste de todo esto? ¿Quién compensará a los hoteleros, a los restauradores, al transporte privado, a los trabajadores contratados y a las empresas afectadas? ¿Qué pasa con las pólizas de seguros?
"El MWC no se celebra por mala gestión, nefasta e incompetencia de John Hoffman"
Ante esta actitud visiblemente blindada, las fuentes cercanas a la patronal del móvil aseguraban que el "MWC no se celebra por una mala gestión, nefasta e incompetencia de Hoffman", mientras que lamentaban que "dicen que es fuerza mayor, pero dejarán arruinada a muchísima gente". Hoffman esquivaba este jueves cualquier pregunta vinculada con la gestión de la organizadora durante la rueda de prensa de cancelación del congreso. Insistía una y otra vez que "nuestra prioridad ha sido muy clara y simple: la seguridad y la salud de todo el mundo y la reputación del Mobile World Congress", pero tanto él como el director general de GSMA evitaban dar respuesta a los costes o las responsabilidades de la suspensión del acontecimiento.
Quizás porque Hoffman estaba "missing" y "ha estado desaparecido varios días" desde el 23 de enero en la cena del Círculo Ecuestre hasta este pasado miércoles a mediodía donde convocó una reunión de urgencia para decidir si salía adelante o no el congreso. Hasta entonces, el único encuentro convocado por la GSMA era la reunión que se tenía que celebrar este viernes y que ya estaba prevista desde hacía meses, como es habitual pocos días antes del MWC.
El gafe del MWC
La historia se repetía. Estrenábamos el nuevo año otra vez hablando del gran congreso de los móviles y la tecnología. A principios de enero, los taxis y los trabajadores de TMB volvían a amenazar con una huelga durante el congreso, huelgas que han ejecutado sin problema en ediciones anteriores. La última, la de 2019, en un congreso en que asistieron 109.000 personas, que sufrieron las paradas en horas punta del transporte público, a pesar de que se desconvocó la del personal de limpieza y de seguridad del Aeropuerto del Prat. ¿Las protagonistas de la jornada? Aglomeraciones, regulaciones de accesos en las paradas más céntricas de las estaciones de metro y una afluencia de trenes que pasaban entre cada 6 y 14 minutos.
Otros años, como 2017 -y como tenía que ser este- la mayoría de las huelgas quedaban desconvocadas pocos días antes del pistoletazo de salida del acontecimiento. Todo ello hacía sufrir a las administraciones y más después de que Hoffman hiciera saber el primer día del congreso de 2016 que estaba "muy decepcionado" por la huelga de metro y decidiera no ir a la inauguración con las autoridades como protesta. Aun así, sin embargo, dos años después, la GSMA reafirmó que se quedaba en Barcelona como mínimo hasta 2023, a pesar de tener encima de la mesa otras ciudades como París o Múnich.
Puigneró: "El Govern no ha hecho ninguna gestión extraordinaria en este sentido porque quien organiza el acontecimiento es quien ha detrás"
Pero ni esto, ni el proceso independentista, ni las conspiraciones de llevar el congreso a Madrid han parado la celebración de 14 ediciones del MWC, que repite cada año en Barcelona desde 2006. Cada año menos este, que el coronavirus ha destapado la "mala gestión" de la organización, que no ha sabido hacer frente al problema: sin ruedas de prensa hasta el momento límite, sin dejarse ver por los montajes de Fira de Barcelona "dando la mano a los representantes de empresas chinas" y saliendo adelante con una decisión drástica amparándose en una alarma sanitaria que ni siquiera afecta a Barcelona, ni a Catalunya, ni aEspaña.
De hecho, durante la rueda de prensa de este jueves, el conseller de Polítiques Digitals, Jordi Puigneró, era preguntado sobre si el Govern había hablado con las empresas que ya habían confirmado su cancelación, pero él mismo reconocía no haber hecho "ninguna gestión extraordinaria en este sentido porque quien organiza el acontecimiento es quien ha detrás". Es decir, la GSMA que a priori "está en contacto permanente con las empresas".
El sueño de Madrid
Antes de que empezara el goteo de empresas, la polémica de este año era otra: ¿Se irá el MWC a Madrid? La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aseguraba a mediados de enero que haría todo lo que esté en su mano para llevar el congreso a la capital española. Unas declaraciones que generaron un ruido innecesario porque, de momento, el Mobile se queda en Barcelona hasta 2023 y, como ha insistido Hoffman en varias ocasiones, "no os tenéis que preocupar porque vuestro ecosistema es el que permite que nosotros nos sintamos bienvenidos".
Lo que quizá no recordaba Ayuso -ni otras muchas personas- es que la GSMA ya había celebrado este congreso en Madrid en 1995. Pero su relación con la capital del Estado sólo duró un año porque los madrileños prefirieron apostar por SIMO, una feria de informática, al considerar que los ordenadores eran el futuro y no los móviles. Después de esto, el congreso se mudó a Cannes -donde estuvo durante 10 años- hasta que decidió establecerse en Barcelona en 2006.
Hoffman cerraba este debate durante la cena del Círculo Ecuestre, donde sentenciaba que "no ha habido ningún tipo de reunión ni de discusión ni en Madrid ni a ninguno otro lugar", mientras que el presidente de Fira de Barcelona, Pau Relat, aplaudía la figura del CEO de la GSMA bautizándolo como "uno de los embajadores más importantes de la ciudad". El mismo Hoffman que este jueves se disculpaba este jueves por carta con los participantes del MWC, pero advertía que no podrá responder a todas las preguntas "inmediatamente". Preguntas vinculadas con las posibles indemnizaciones a los asistentes por las pérdidas económicas que esto representa. "Por favor, contacte con Atención al Cliente si necesitara ninguna otra asistencia. Con todo, en este momento no podemos contestar todas sus preguntas inmediatamente", rezaba el escrito.
Críticas (in)evitables
Tenía incluso un punto irónico el hecho de que, por ejemplo Realme, enviara un correo después del anuncio de cancelación afirmando que ellos tampoco asistirían. "Nos vemos obligados a cancelar" la fiesta antes del Mobile, explicaban en un comunicado en que, eso sí, subrayaban que "nos vemos obligados a hacerlo puesto que no estaremos en Barcelona". "Puesto que se acaba de anunciar la cancelación del Mobile, lamentamos informar que Realme ha decidido cancelar su participación". Y si no estarán es, precisamente, por la "mala gestión de la GSMA". Ante esto, la organización de la patronal del móvil tuvo que encajar, desde la distancia, unos cuántos golpes.
Relat admitía durante la rueda de prensa que el acontecimiento "tiene una importancia significativa en términos económicos para el país", mientras que lamentaba "la alarma social que se ha generado, aunque ni Catalunya, ni Barcelona ni Espana se han visto afectadas en ningún caso". La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se preguntaba que "qué ha pasado" si "lo teníamos todo preparado para hacer la mejor edición del MWC" y la ciudad también "estaba preparada"; el conseller de Polítiques Digitals, Jordi Puigneró, insistía en que "nuestro sistema está preparado para cualquier eventualidad que pueda venir"; la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera, reconocía que "juntos hemos trabajado para luchar contra una epidemia de miedo que ha provocado situaciones incómodas" y la alcaldesa de l'Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, lamentaba la decisión porque "no son motivos locales, es un miedo global, y la decisión tiene un impacto en la economía local".
También patronales y agentes sociales salieron a la carga después de conocer la sentencia final de la GSMA. Pimec estimaba que la cancelación del MWC comportará unas pérdidas de 220 millones de euros para las pymes catalanas; Foment del Treball admitía pérdidas millonarias pero decía que hay que "pasar página" y buscar "oportunidades de futuro"; la Cambra de Comerç de Barcelona añadía que esto tendrá "un "impacto reputacional muy importante" para la ciudad; y CCOO atribuia la cancelación del Mobile a la "gestión alarmista" de las empresas tecnológicas. Todos, eso sí, mostraban su "absoluto respeto" por la decisión adoptada por la GSMA. Lo comprenden, no queda otro remedio, pero no lo acaban de entender.
Cronología de un "hasta pronto" al MWC
El goteo de empresas empezaba con el anuncio de LG el pasado 5 de febrero, cuando exponía que cancelaba su participación al MWC "anteponiendo la seguridad y la salud de sus trabajadores, socios y clientes" en relación al coronavirus. A la compañía surcoreana, la seguía Ericsson, Nvidia, Amazon, Sony, Facebook... y así hasta una cuadragésima de empresas. Aún así, Hoffman no reapareció hasta el 12 de febrero para anunciar que este año el congreso no se celebraría.
Después de la sentencia, llega el momento de hacer números. En 2019, los vuelos privados en Barcelona por el MWC aumentaron un 95% y el Aeropuerto del Prat crecía por encima del de Madrid con un incremento del 7,7% de los pasajeros -Madrid un 5,9%- con 3.268.339 viajeros. 109.000 visitantes accedían al recinto de Fira de Barcelona, donde había una participación de 2.400 expositores de más de 200 países y recibía 2.000 visitantes más que en 2018. También crecía el 4YFN, la feria dedicada a las startups, que recibía más de 23.000 visitantes, cifra que representa un 13% más que en 2018, y con la participación de 760 empresas.
Este año estaba previsto que fueran 110.000 los visitantes que no faltaran a la cita con el congreso de los móviles y la tecnología. El acontecimiento tenía que generar un impacto económico para la ciudad de 492 millones de euros, así como 14.100 puestos de trabajo provisionales para la fecha en los más de 240.000 metros cuadrados de feria, donde se reunirían más de 8.000 consejeros delegados y delegaciones de gobiernos de más de 179 países.
Adiós al impacto económico del congreso y a los puestos de trabajo que tenía que generar. Adiós a la primera zona reservada para la inteligencia artificial y a la otra para el 5G. Adiós a dedicar talleres y charlas para favorecer que las niñas estén en contacto con la tecnología desde muy pequeñas. Adiós a reafirmarse como la feria más grande neutra en carbono. Adiós a las novedades, al transporte público lleno a rebosar y a no encontrar lugar para sentarse en una terraza de un bar.
Las fuentes cercanas a las empresas expositoras y a la GSMA afirmaban que "no se puede dejar de hacer el MWC" porque si no "la GSMA se hunde", mientras que explicaban que "no pueden aplazarlo porque es imposible" por la gran cantidad de ferias que vienen. Y sentenciaban:"O se hace en Barcelona o no se hace". Ahora habrá que esperar a ver cómo evoluciona la situación con las empresas participantes afectadas y cogerse a la esperanza, como reza el cartel del Mobile, del Seeyou next year. ¡Hasta el 2021, MWC!