"Los grandes artistas tienen que aspirar a cambiar el mundo". No es que esta cita de Antoni Tàpies haya madurado mal con el tiempo, pero quizás ahora que nos acercamos a la quinta revolución industrial, tendría más sentido otorgar esta responsabilidad a la tecnología. O mejor dicho, a las personas que la configuran y desarrollan, porque -obviamente- la tecnología, por muy inteligente que sea (o parezca), por sí misma no hace nada. La responsabilidad recae en las personas. Y estos días en los que la tecnología está en boca de todos, con el Mobile World Congress 2024como animador de esta conversación, tiene bastante sentido hablar del artista barcelonés Antoni Tàpies y de su espíritu innovador, transgresor y humanista, que conecta directamente con la realidad actual de nuestra sociedad.
De hecho, la Mobile World Capital Barcelona, la fundación que ejerce de puente entre el MWC y su legado en Barcelona, escogió la Fundación Antoni Tàpies -que este año celebra el centenario del artista- para celebrar el encuentro que organiza anualmente el día antes del pistoletazo de salida del congreso, donde reúne a los principales actores del ecosistema tecnológico y digital catalán. Entre los parlamentos de las diferentes autoridades invitadas, Francesc Fajula, CEO de la MWCapital, compartió la apuesta y visión de la fundación para la edición de este año: un viaje del pasado al futuro que recorre las diferentes revoluciones industriales que ha vivido Catalunya, en el cual Barcelona, un año más, tiene un especial protagonismo: "Queremos poner en valor ante el mundo que siempre hemos sido creadores de futuro en nuestra ciudad".
Y en este viaje en el tiempo, la MWCapital ha expuesto algún hito histórico que demuestra esta capacidad histórica de Barcelona: como que el primer ordenador del estado lo creó una empresa en el Eixample de Barcelona, en la calle Diputación. Fue la empresa Telesrinco, fundada en 1963, creando el ordenador Factor Q. Y detrás de este ordenador, de hecho, hay una historia bonita. Su tarjeta de memoria fue fabricada por unas "tejedoras": mujeres que -literalmente- tejieron los hilos de cobre de las placas, como si fueran hilos de tela. Estas placas podían llegar a tener más de 10.000 ensartados y, para fabricarlas, obviamente, necesitaban una lupa y muy buena iluminación.
Fajula: "Queremos poner en valor ante el mundo que siempre hemos sido creadores de futuro en nuestra ciudad"
Vinculada a los hilos y a los tejidos también hay otro hito histórico representativo de este posicionamiento, todavía más antiguo: la instalación de la fábrica textil Bonaplata en Barcelona, en la calle Tallers, en 1833 marcó el comienzo de la revolución industrial en España. Esta fue la primera fábrica que usó la fuerza del vapor para mover grandes máquinas textiles hechas de hierro fundido, en lugar de madera.
Dos siglos después, nos encontramos a las puertas de una nueva revolución industrial, la quinta, donde Barcelona y Catalunya vuelven a tener un posicionamiento líder y la celebración del MWC estos días es un ejemplo. La máquina de vapor, la invención de la electricidad, la producción en masa y la tecnología digital han protagonizado las últimas cuatro revoluciones; y la última, de hecho, todavía lo estamos digiriendo, viendo cómo sacude de nuevo los cimientos de nuestra sociedad.
La quinta revolución tiene mucho de tecnología, por supuesto, pero asume una nueva visión: la sostenibilidad, o la circularidad. Las nuevas tecnologías y todos los procesos y desarrollos se están orientando a mantener el valor de los productos y servicios el mayor tiempo posible, minimizando el derroche de materias primas, recursos y energías. Y estos días en el Mobile, muchas de las propuestas expuestas, tanto de las compañías más grandes como de las startups más emergentes, parecen encaminadas hacia esta dirección.
Qué queda después del efecto waw
Ahora bien, en el salón reina especialmente el efecto waw. Pasillos y pasillos llenos de ruido, luces y grandes escaparates con objetos tecnológicos que luchan entre ellos para ver cuál reúne a más visitantes curiosos a su alrededor: coches voladores, drones, robots, salas inmersivas, y gadgets de todas las medidas y colores... Bien, con una gran excepción -una especie de oasis en el desierto-: el espacio destinado al Barcelona Supercomputing Center, del estand de Catalonia en el MWC24. Un espacio blanco, sin pantallas, en el cual la arena y las piedras son las protagonistas y donde se vuelve a invitar al visitante a hacer un viaje al pasado, al presente y al futuro con un hilo conductor: la eterna obsesión de la humanidad sobre la aceleración del conocimiento, materializada con un ábaco.
Pero entre tanto ruido y tanta boca abierta, y más allá del 5G y las nuevas generaciones de comunicaciones móviles, ¿qué tecnologías están impactando realmente en nuestro tejido empresarial?
El año en el que todo fue IA
Si bien el Mobile World Congress ha puesto el acento en la tecnología Open Gateway en la edición este año, la verdadera protagonista del MWC 2024 ha sido la inteligencia artificial. Es la tecnología con más presencia en todo el salón: está presente en los estands de las grandes multinacionales de telefonía móvil, pero también en todas las soluciones B2B que presentan las empresas y startups que se agrupan en estands paraguas sectoriales o territoriales. Los usos principales que están ofreciendo estas empresas para otras compañías están orientados a la automatización de tareas, el análisis de datos, personalización de la experiencia del cliente, detección de fraudes, automatización de las cadenas de suministro y mejora de la eficiencia de los procesos en general.
Actualmente, en el mundo, cuatro de cada 10 empresas ya están invirtiendo en proyectos de IA generativa y el 80% está desarrollando pruebas de concepto para aplicarla, según un informe de la consultora EY. La IA ha traspasado todos los sectores y lo ha hecho a una velocidad vertiginosa: ChatGPT logró los 100 millones de usuarios en solo dos meses, cuando los dispositivos móviles tardaron 12 años en alcanzar los 50. De hecho, la irrupción de la IA en la empresa catalana es tal que, tal como dijo el consultor Jordi Marin recientemente a en VIA Empresa, "una estrategia definida en el 2020, dos años antes del ChatGPT, hoy podría tener poca validez".
Marin: "Una estrategia definida en el 2020, dos años antes del ChatGPT, hoy podría tener poca validez"
¿Qué están ofreciendo este conjunto de tecnologías agrupadas bajo el nombre de inteligencia artificial? Fabricación adaptativa con robots precisos que llegan a tomar decisiones de movimiento en tiempo real, predicciones de futuro basadas en grandes análisis de datos para equipos industriales y cadenas de suministro, controles de calidad automatizados y un casi infinito abanico de soluciones para optimizar y mejorar los procesos y la comunicación de las empresas, tanto internamente como con el cliente. En este abanico de soluciones, vemos profesiones y sectores más afectados, como los relacionados con el asesoramiento y la atención al cliente, finanzas, educación y toda la industria del conocimiento, y sanidad, en el diagnóstico de enfermedades y patologías, y en el estudio del paciente.
Un gran ejemplo catalán lo vemos en el robot asistencial que ha presentado el centro tecnológico Eurecat durante el MWC 2024: un robot que utiliza inteligencia artificial generativa para permitir interacciones complejas entre personas y robots, que ayuda a las personas en casa en varias tareas cotidianas y que es capaz de mantener una conversación y ofrecer asistencia personalizada a los usuarios. Otro ejemplo catalán, éste en el ámbito de la educación, es la tecnología catalana Mathew que estos días ha presentado una herramienta, también basada en IA, para dar mejorar la vida del docente. Esta herramienta permite crear, compartir y evaluar contenido educativo, haciendo que el docente se ahorre hasta 17 horas semanales de trabajo.
Y un último ejemplo -porque el listado podría ser eterno-, apto para todos los públicos: Milgrams, una startup catalana que, además de ofrecer formación en IA y blockchain a las empresas, para empoderar a sus trabajadores, también cuenta con unos chatbots inteligentes y personalizados, entrenados con datos de cada empresa.
La supercomputación y los gemelos digitales
Si bien la supercomputación no está tan extendida en el tejido empresarial catalán como la inteligencia artificial, su potencia de cálculo puede acelerar la transformación de nuestra sociedad y nuestras empresas, y dar respuesta a los grandes retos globales. El MareNostrum 5, el superordenador del Barcelona Supercomputing Center, puede hacer hasta 314.000 millones de millones de operaciones en tan solo un segundo.
Y esto, ¿en qué se traduce? En el ámbito de la salud, por ejemplo, la supercomputación permite crear gemelos digitales. Es decir, crear prototipos de seres humanos virtuales para comprender mejor el funcionamiento de nuestro cuerpo, personalizar un tratamiento y prevenir enfermedades. Lo hace a partir de datos biométricos (como el escaneo del iris de los ojos, o el pulso de la muñeca) y datos médicos de la persona.
Y esta solución de los gemelos digitales, de hecho, se puede reproducir en otros muchos ámbitos: transporte y sistemas de movilidad, gestión de ciudades inteligentes, cadenas de suministro, funcionamiento de una industria... Se replica toda la actividad en un entorno virtual y esto permite analizar grandes cantidades de información en muy poco tiempo. Información presente, pero también futura o hipotética. Y esta última parte es importante porque permite ejecutar simulaciones de diferentes comportamientos que se pueden dar, muy útil en cualquiera de los sectores mencionados.
Actualmente, el Barcelona Supercomputing Center cuenta con 11 espin offs, tiene en marcha 37 colaboraciones con empresas, 31 patentes aprobadas o pendientes de aprobación y 30 tecnologías transferidas; cifras que sirven para ilustrar su capilarización en el tejido empresarial.
La gestión de la energía
En la búsqueda de una economía sostenible y un mundo más verde, la transformación energética y la innovación tecnológica van de la mano. Y esta filosofía ha estado patente estos días en el MWC, tanto por parte de las grandes compañías telefónicas, como de las empresas y startups que ofrecen soluciones tanto para otras compañías (B2B) como para el consumidor final.
Xiaomi, por ejemplo, ha presentado un flamante coche azul eléctrico, que a todas horas reunía a una multitud de curiosos a su alrededor: el Xiaomi SU7, con 800 kilómetros de autonomía. Ahora bien, para rehuir del efecto waw -que ciertamente lo ha conseguido-, en el congreso se han visto muchas tecnologías aplicadas a la transformación energética que, actualmente, ya están utilizando tanto empresas como consumidores finales.
La Mobile World Capital Barcelona, por ejemplo, tiene en su estand una experiencia interactiva produida en colaboración con Wallbox en la que el usuario puede gestionar -con una simulación- toda la energía de sus dispositivos domésticos y optimizar los consumos, adaptándolos a las necesidades de cada hogar e incluso de cada aparato; una solución aplicable en el mundo de la empresa y la industria. La experiencia de la Capital acaba con unas palomitas: una conclusión bastante metafórica.
Y tenemos más ejemplos catalanes presentes en el MWC que están capilarizando la transformación energética a golpe de tecnología. Elisava ha acompañado a la startup Atom H2 Energytech, que ha presentado un generador eléctrico de combustible a través del almacenamiento de hidrógeno: con un diseño modular, compacto, portátil y escalable, que permite usar el hidrógeno en forma de electricidad, calor o combustible.
En el estand de Barcelona Activa, por ejemplo, destacaban One Solar, una startup especializada en proyectos de placas fotovoltaicas que pretende optimizar el valor de la energía y entra en el terreno de los inversores y la rentabilidad, y Zenit, una plataforma para comunidades energéticas inteligentes.
La innovación en movilidad: entre la ficción y el futuro
La movilidad del futuro también ha tenido un espacio en el MWC 2024 y ha sido eclipsada, principalmente, por coches voladores y drones urbanos. La mayoría de las innovaciones presentadas buscan solucionar congestiones de tráfico, mejorar la calidad del aire u ofrecer alternativas para hacer trayectos más rápidos. Esto en el caso de la movilidad de las personas, pero también hemos visto cómo la movilidad se ha extrapolado a otros ámbitos: como vehículos-robots autónomos para soluciones logísticas de última milla (como el de la catalana Vaive Logistics), o lo dron presentado por el Port de Barcelona, que con IA, red 5G y cloud, permite la vigilancia 24/7 de todas las instalaciones del Port.
Una de las atracciones que más miradas ha acaparado es el prototipo de vehículo volador, producido por Alef Aeronautics. Si bien tiene un punto importante de ficción, lo que pretende es resolver un problema muy terrenal: los atascos de tráfico y la contaminación en las ciudades. El vehículo saldrá al mercado a finales del 2025 con un precio de 300.000 dólares. Ahora bien, en una primera instancia, solo lo podrán hacer volar las personas con licencia de piloto.
El coche de Alef Aronautics ha competido, en halls diferentes, con el dron urbano de la surcoreana SK Telecom: un dron eléctrico donde caben cuatro personas y que permite viajar durante 30 minutos a alta velocidad y aislado de ruido. Un vuelo en este tipo de dron, según ha informado la compañía, costaría entre 3 y 5 dólares por kilómetro. Se prevé que llegue al mercado a finales del 2025.
Pero volviendo al terreno empresarial, y rehuyendo de este inevitable efecto waw, el MWC 24 ha servido de expositor de muchas tecnologías aplicadas a la movilidad con un gran impacto en la empresa catalana: soluciones de conducción autónoma pensadas tanto para retos urbanos como logísticos o industriales (como el robot móvil autónomo de Telefónica); IA y reconocimiento biométrico aplicado a la aviación (ya lo está aplicando Vueling); o herramientas de análisis para prever cualquier avería en una flota de vehículos, como el piloto presentado por Bicing para detectar futuras averías de sus bicicletas eléctricas.
En el ámbito de la movilidad, un último ejemplo catalán, pero con una aplicación muy diferente: el de empresa Seabots, en el estand del 4YFN del Tech Barcelona. La startup ofrece una solución de movilidad en el mar para optimizar la preservación de los océanos. Lo hace con robótica, con drons marítimos y autónomos que recogen datos, al mismo tiempo que pueden recoger desechos y microplásticos de los mares y océanos.
¿Y el Open Gateway?
Open Gateway es una iniciativa del sector de las telecomunicaciones que se anunció en el Mobile del año pasado, pero que este año ha tenido un especial protagonismo en el congreso, después de un año de recorrido. Es una iniciativa de la GSMA que pretende revolucionar la manera en la que utilizamos las redes de telecomunicaciones: permite que los desarrolladores de aplicaciones accedan a información que, hoy en día, solo tienen los operadores. Y, si bien es cierto que su impacto puede ser muy grande en el tejido empresarial, hoy en día todavía no es palpable. Eso sí, la iniciativa cuenta con el apoyo de un número importante de operadores de redes móviles, que representan más del 60% de las conexiones móviles a escala mundial, y podría llegar a hacer cierta competencia a Google y Apple.
Es la gran apuesta del Mobile del 2024, pero todavía es temprano para saber cuál será su impacto. Eso sí, su posible repercusión en el sector de las telecomunicaciones recuerda el tamaño de este sector y la influencia que tiene la telefonía móvil en el presente y el futuro de nuestra economía y nuestra sociedad. Y es por eso, de hecho, que al Mobile World Congress ya no lo podemos considerar únicamente un congreso de telefonía móvil, sino el mayor congreso de tecnología del mundo, en el cual el futuro está más presente que nunca. Future first.