Una encuesta reciente de la Cambra de Barcelona y el Idescat señala que la mitad de las empresas catalanas que son conocedoras de la existencia de los fondos Next Generation descartan pedir estas ayudas. El exceso de documentación a presentar, la falta de información y la lentitud de la administración para dar respuesta a las peticiones son las principales razones del desencanto.
El porcentaje más elevado (48%) de empresas con interés para recibir los recursos de Bruselas son las del ámbito industrial. Precisamente, el futuro de este sector ha protagonizado una de las charlas de la tercera y última jornada de la reunión del Cercle d'Economia
Ante una gran representación del ecosistema empresarial y económico de Catalunya, los ponientes han expresado la necesidad de entender los Next Generation cómo una gran oportunidad "para invertir" y, a la vez, "para reformar". A largo plazo, Padilla ve clave "crear las condiciones para acelerar la transformación y mantener la capacidad competitiva en la nueva economía".
El papel del sector público y sus carencias
En su turno de palabra, Jorge Padilla ha descrito que la administración pública "le falta capacidad para implementar políticas industriales de éxito". Sin dejar este ámbito, el director gerente de la firma consultora advierte que las nuevas políticas industriales "no solo tienen que buscar campeones nacionales, sino dar un empujón a las pequeñas y medianas empresas". Bajo el criterio de Padilla, un ejemplo de lo que tendría que ser este camino se puede observar en el proyecto del Kit Digital.
Siguiendo el discurso del dirigente de Compass Lexecon, Begoña Cristeto también ha puesto deberes al sector público español. "Una política industrial no se coordina, exclusivamente, desde un ministerio o secretaria de Industria", defiende la socia responsable de Automoción, Industria y Química de KPMG en España. De cara a la próxima convocatoria electoral en España, Cristeto espera que la industria "esté en el centro de las actuaciones y agendas de los partidos políticas".
Gonzalo García, el portavoz estatal presente en la sala, ha intentado dar un mensaje de tranquilidad a las inquietudes del entorno privado. "Estamos en un proceso de transformación acelerada y, por lo tanto, es importante crear las condiciones necesarias para combinar los cambios con el mantenimiento de la capacidad competitiva", apunta el secretario de Estado. Desde la perspectiva del Gobierno, la economía se tiene que reforzar con "una regulación consistente y unos buenos instrumentos de apoyo financiero".
El peligro de la guerra de subsidios
Lejos de entrar en una batalla dialéctica con García, Jorge Padilla advierte que "sería un error entrar en una guerra de subsidios en Europa, porque puede frenar el proceso de integración". El consultor pronostica que las intervenciones de los estados se tienen que llevar a cabo "de forma coordinada" y encaminadas "a dar respuesta a determinados errores del mercado".
Padilla también considera que gran parte de las empresas españolas "están lejos de la eficiencia tecnológica y no impulsan suficientes puestos de trabajo dignos". Como complemento a las explicaciones del directivo, Cristeto ha situado la guerra de Ucrania cómo un punto de inflexión para recuperar la carpeta de la autosuficiencia tecnológica en Europa. Eso sí, "sin caer en ninguna voluntad de adoptar medidas proteccionistas".
A pesar de los típicos contratiempos de agenda en eventos de estas características, los ponientes también han tenido tiempos de valorar la ejecución de los Next Generation. Jorge Padilla es un firme defensor de hacer llegar recursos a las empresas, "no solo para cubrir gastos". Por su parte, Gonzalo García reitera que "ya se han impulsado gran parte de las reformas vinculadas a la recepción del fondo y esto se traduce en variables cómo los niveles históricos de exportaciones".