Ni un duro en el bolsillo

El dinero en efectivo ofrece un incentivo para el autocontrol y apoya al comercio local, que tiene que pagar una comisión por cada transacción

En 2030, los pagos electrónicos habrán triplicado el billón de transacciones actuales | iStock
En 2030, los pagos electrónicos habrán triplicado el billón de transacciones actuales | iStock
Barcelona
12 de Noviembre de 2024

Después de haber ingresado oficialmente este año en la OTAN, el miedo a los ciberataques rusos ha puesto freno en Suecia a la erradicación de los pagosenefectivo en las tiendas y a las transacciones en general. En este país nórdico se está legislando para evitar que continúe desapareciendo el dineroenmetálico en un momento en el que los pagos en efectivo han caído en cuatro años del 40% a un testimonial 19%. En Europa crecen enormemente las transacciones electrónicas, pero no a este ritmo. En España, más del 40% de la población usaba diariamente el año pasado el efectivo cuando va al supermercado, a la panadería, a la tienda de ropa, a la gasolinera o a tomar un café. Se trata del primer aviso serio para frenar la carrera hacia la abolición definitiva del dineroenefectivo.

En 2030, los pagos electrónicos habrán triplicado el billón de transacciones actuales

En 2030, los pagos electrónicos habrán triplicado el billón de transacciones actuales, más en Asia-Pacífico que en Europa o en los Estados Unidos (Payments 2025 & Beyond, PwC, 2021). La mayoría de los países del mundo exploran la moneda digital; los que más rápidamente avanzan en convertirla en el único medio de pago son China, Bahamas, Camboya. Fue la covid la que provocó el impulso y desde entonces no se detiene. Las grandes apuestas para los cinco años próximos, según este informe de PwC, son las carteras digitales para almacenar distintos medios de pago y accesos a fuentes de financiamiento; la guerra de los operadores por controlar los procesos de los pagos electrónicos una vez el dinero avanza por la vía de cuenta a cuenta superando las tarjetas de crédito; y el control de los delitos fiscales que crecen a un ritmo superior al de la adopción de los nuevos medios. La gestión de los datos, con el algoritmo correspondiente, y los avances de la IA son los causantes.

Medios de pago

Es cada vez más frecuente ver pagar con una aplicación móvil cantidades pequeñas | iStock
Es cada vez más frecuente ver pagar con una aplicación móvil cantidades pequeñas | iStock

Se precipita la transferencia hacia los medios de pago digitales. Internet se instala aún más en el centro de nuestras vidas, en el centro de todo, sustituyendo en este caso al papel moneda. Lo hace desaparecer. Lo convierte en invisible y por arte de magia crea el espejismo de permitir al cliente disponer de un mayor valor facilitando pagos aplazados. Todo empezó con el trueque en la historia: yo te doy el pan que elaboras y tú acelgas o me ayudas a construir el habitáculo. Hasta llegar a los apuntes bancarios, el dinero ha sido algo físico: la sal, el grano, la obsidiana, el oro, la plata, el cobre... Los pagarés y los billetes iniciaron el camino hacia la volatilización, y ahora se están ejecutando las últimas etapas hacia la invisibilidad definitiva del dinero.

A la hora de pagar una cantidad inferior a los 26 euros, los clientes tienden a desembolsarlas mediante el dinero de bolsillo, a pesar de que el dinero digital se impone rápidamente sobre la moneda física en toda clase de transacciones. Según fuentes del Banco de España, los que pagan más en efectivo son los mayores de 64 años (53%) y los menores de 24 años (60,3%), oscilando el resto de la población entre el 25% y el 30%. Pero la tendencia avanza hacia la generalización de los nuevos medios de pago, incluso más allá de las tarjetas de crédito o débito, como PayPal; los monederos digitales como ApplePay, GooglePay o SamsungPay; el Bizum; o las transferencias directas de cuenta corriente a cuenta corriente. Es cada vez más frecuente ver pagar con una aplicación móvil cantidades pequeñas al comprar el pan, el café, el periódico o el taxi.

Es cada vez más frecuente ver pagar con una aplicación móvil cantidades pequeñas al comprar el pan, el café o el periódico. Aparte de las preocupaciones por los rusos, los suecos tienen miedo de quedarse sin pago en efectivo por tres motivos. El primero, porque atenta contra la privacidad, cuando el individuo queda totalmente en manos del Leviatán, es decir, del control de un cúmulo de fuerzas ajenas a su persona o a su empresa. En segundo lugar, esta opacidad incrementa de hecho las estafas telefónicas o digitales a un ritmo superior al cual ya es bastante intenso. Y, en tercer lugar, porque dejaría fuera del circuito a los mayores que cada vez representan una porción superior de la población. Noruega obliga a los comercios a aceptar el efectivo y Dinamarca al menos durante el día.

Se precipita la sociedad digital, pero los países más avanzados empiezan a dar la señal de alarma

Se precipita la sociedad digital, pero los países más avanzados empiezan a dar la señal de alarma. No se puede negar que la moneda digital frena el blanqueo de capitales, en la medida en que las técnicas de detección avancen a un ritmo superior al de extorsión, sin olvidar que los paraísos fiscales continúan funcionando a pesar de todas las medidas para aniquilarlos. Ahora bien, las ventajas de mantener el dinero en efectivo se concentran en que, por un lado, ayuda a limitar el gasto y ofrece un incentivo para el autocontrol, sobre todo para los compradores compulsivos; aunque los cajeros siempre están muy cerca, quedarse sin dinero en el bolsillo se convierte en una alarma para continuar comprando y evita estirar el brazo más que la manga. Por otro lado, a pesar de que las herramientas tecnológicas son cada vez más perfeccionadas, ¿qué pasa en caso de fallo del sistema, cada vez más frecuente, sin un billete o una moneda? Y finalmente, hay otro motivo favorable para mantener el dinero en efectivo que es el apoyo al comercio local, el cual tiene que pagar una comisión por cada transacción.

Datáfonos y comisiones

El traslado de los pagos a las herramientas tecnológicas ha supuesto un encarecimiento del servicio para los comercios. No hay ningún impuesto por disponer de la herramienta, pero sí una comisión por cada transacción realizada a través del TPV o del datáfono; algunos comercios la hacen pagar a los clientes, lo cual no está prohibido, pero deben anunciarlo. Tres cuartas partes de los comercios no la aplican y subsumen su coste. La media para los datáfonos es del 1,50% y para los TPV del 0,39%, según datos del Banco de España. En junio de este año, los bancos redujeron nuevamente las comisiones por el uso de las tarjetas de crédito hasta el 0,31%, aunque hay bancos con tasas más bajas, por ejemplo, Abanca, 0,23%; Bankinter, 0,26%; BancoSabadell, 0,27%; o CaixaBank, 0,29%. A comienzos del milenio la comisión que pagaban las tiendas alcanzaba el prohibitivo 1,59%. En las tiendas que facturan más, algunos bancos les hacen tarifa plana.