16
de Mayo
de
2014
Act.
16
de Mayo
de
2014
Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica IQS, de la Universitat Ramon Llull, ha explicado a VIAempresa , después de una conferencia al Instituto Químico de Sarriá (IQS), que "el problema de Cataluña no es político, es que cada año salen entre 12 y 18.000 millones de euros más de los que vuelven". Según el economista, "este problema se resolverá, vía negociación o vía independencia, pero la solución difícilmente vendrá de España".
A parecer suyo, "alguien desde Europa acabará trucando en Cataluña para decir como se tendrá que actuar para resolver la situación ", y de este modo acabar con el déficit fiscal, que es el auténtico quid de la cuestión. Aún así, Niño Becerra advierte que "con este dinero se podrán hacer cosas que ahora no se hacen pero, dentro de un contexto global, Cataluña seguirá teniendo un peso muy pequeño". Es por eso que afirma que "sea independiente o no, las cosas no cambiarán mucho porque Madrid realmente no manda. El poder está en Frankfurt, Londres o Bruselas".
"La crisis no acabará definitivamente hasta el 2022"
En el seno de la conferencia, Niño Becerra ha advertido que las auténticas crisis, como el actual, "son las sistèmiques, que derivan en un cambio de modelo . Cuando hablamos de gestión de la crisis, queremos decir gestión de la transición de un modelo al otro". Para ejemplificarlo, el economista ha asegurado que en 1929 "entró en crisis el modelo del 1873, y a raíz de aquella crisis se implantó el modelo que ha sido el nuestro".
Según Niño Becerra, "aquella crisis se gestionó entre 1930 y 1950 porque este tipo de crisis duran entre 12 y 15 años. Por lo tanto, si el actual empezó el 2007, hasta el 2022 o 2023 no acabará definitivamente". Eso sí, cree que "a partir del 2020 podremos entrever el nuevo modelo".
"La idea anterior se basaba en la producción, ahora lo hará en la productividad"
"En el modelo surgido de la crisis del 1929 la idea básica era ir además en todo. Ahora la idea ya está siendo ir al que convenga", ha explicado el economista. Se trata de un "cambio radical", puesto que se pasa de producir cada vez más, a "producir el necesario en el mínimo tiempo y la manera más eficiente". Así pues, pasamos de un modelo "individualista y de compra , a uno de grupo, colaboración y acceso a compartir los recursos".
Niño Becerra ha afirmado que "ahora sabemos que los recursos no son ilimitados, y tenemos un excedente de capacidad productiva que se tiene que liquidar". Ha añadido que "hay un desequilibrio muy fuerte entre oferta y demanda de trabajo", que se traduce en un evidente problema de paro.
A la desocupación sesuma el endeudamiento como segundo grande problema estructural. "En el planeta nadie puede pagar todo el que debe de, y todos estos problemas se tendrán que afrontar y solucionar antes del 2020", ha planteado. En este sentido, el economista ve complicado que países como España puedan cumplir los acuerdos de la Unión Europea por el 2020, que prevén unos objetivos de déficit del 0,5% y de un 60% de deuda pública. Actualmente, España tiene un déficit del 7,5% y un endeudamiento público del 96% respecto a su PIB.
"Los políticos dicen cosas absurdas"
El catedrático de economía también ha asegurado que "España tiene una estructura de PIB totalmente desequilibrada. Tiene unas carències muy propias, como la baja actividad o el nivel reducido de salarios , que hacen inviable la idea de una suela Europa".
Por todo ello, Niño Becerra pide que "el primero que hay que hacer es explicar la verdad a la gente. Los políticos, sean del color que sean, dicen cosas absurdas cuando hablan de brotes verdes o de tendencias positivas. Una crisis sistèmica dura el que tenga que durar".
"La población mediana entró más rica a la crisis del quesaldrá"
"Tenemos que asumir que nunca volveremos en 2006 porque es físicamente imposible", dice Niño Becerra. El crecimiento espectacular que vivió la economía, fruto "de una capacidad de endeudamiento absurda comparada con la capacidad de regreso", así lo demuestra.
Por otro lado, ha reclamado tomar medidas como "sanear la porquería de los bancos, asumir que hay deudas impagables, abordar el desequilibrio entre oferta y demanda de trabajo, y plantear el tema de la renta básica". Cómo que hacer todo esto en seis o siete años parece complicado, el economista tiene claro que "se tendrán que plantear micro actuaciones para favorecer los ingresos y la eficiencia". Un ejemplo podrían ser recargos a los coches con un solo ocupante o al uso abusivo de la calefacción en invierno.
"El ministro de Economía de un país como España no pinta nada"
Todavía más, según Niño Becerra "ningún ministro de economía de ningún país pinta nada". En su opinión, tendrían que intentar "coordinarse para abordar las problemáticas de todos los países, eliminando personalismos y colores , y elaborar una postura común respecto al paro y la deuda".
Finalmente, el economista se ha mostrado escéptico sobre el adelanto hacia una posible unión de los estados de Europa. "Vamos hacia el Europa de los clústeres, el Europa de las patrias pertenece a una realidad que ya seha ido.habrá zonas potentes, innovadoras, donde se focalizará la actividad económica con un gran pes de las grandes corporaciones", ha señalado. "Me dirán que esto no es muy democrático. Pues sí, pero es el que hay", ha concluido.
A parecer suyo, "alguien desde Europa acabará trucando en Cataluña para decir como se tendrá que actuar para resolver la situación ", y de este modo acabar con el déficit fiscal, que es el auténtico quid de la cuestión. Aún así, Niño Becerra advierte que "con este dinero se podrán hacer cosas que ahora no se hacen pero, dentro de un contexto global, Cataluña seguirá teniendo un peso muy pequeño". Es por eso que afirma que "sea independiente o no, las cosas no cambiarán mucho porque Madrid realmente no manda. El poder está en Frankfurt, Londres o Bruselas".
"La crisis no acabará definitivamente hasta el 2022"
En el seno de la conferencia, Niño Becerra ha advertido que las auténticas crisis, como el actual, "son las sistèmiques, que derivan en un cambio de modelo . Cuando hablamos de gestión de la crisis, queremos decir gestión de la transición de un modelo al otro". Para ejemplificarlo, el economista ha asegurado que en 1929 "entró en crisis el modelo del 1873, y a raíz de aquella crisis se implantó el modelo que ha sido el nuestro".
Según Niño Becerra, "aquella crisis se gestionó entre 1930 y 1950 porque este tipo de crisis duran entre 12 y 15 años. Por lo tanto, si el actual empezó el 2007, hasta el 2022 o 2023 no acabará definitivamente". Eso sí, cree que "a partir del 2020 podremos entrever el nuevo modelo".
"La idea anterior se basaba en la producción, ahora lo hará en la productividad"
"En el modelo surgido de la crisis del 1929 la idea básica era ir además en todo. Ahora la idea ya está siendo ir al que convenga", ha explicado el economista. Se trata de un "cambio radical", puesto que se pasa de producir cada vez más, a "producir el necesario en el mínimo tiempo y la manera más eficiente". Así pues, pasamos de un modelo "individualista y de compra , a uno de grupo, colaboración y acceso a compartir los recursos".
Niño Becerra ha afirmado que "ahora sabemos que los recursos no son ilimitados, y tenemos un excedente de capacidad productiva que se tiene que liquidar". Ha añadido que "hay un desequilibrio muy fuerte entre oferta y demanda de trabajo", que se traduce en un evidente problema de paro.
A la desocupación sesuma el endeudamiento como segundo grande problema estructural. "En el planeta nadie puede pagar todo el que debe de, y todos estos problemas se tendrán que afrontar y solucionar antes del 2020", ha planteado. En este sentido, el economista ve complicado que países como España puedan cumplir los acuerdos de la Unión Europea por el 2020, que prevén unos objetivos de déficit del 0,5% y de un 60% de deuda pública. Actualmente, España tiene un déficit del 7,5% y un endeudamiento público del 96% respecto a su PIB.
"Los políticos dicen cosas absurdas"
El catedrático de economía también ha asegurado que "España tiene una estructura de PIB totalmente desequilibrada. Tiene unas carències muy propias, como la baja actividad o el nivel reducido de salarios , que hacen inviable la idea de una suela Europa".
Por todo ello, Niño Becerra pide que "el primero que hay que hacer es explicar la verdad a la gente. Los políticos, sean del color que sean, dicen cosas absurdas cuando hablan de brotes verdes o de tendencias positivas. Una crisis sistèmica dura el que tenga que durar".
"La población mediana entró más rica a la crisis del quesaldrá"
"Tenemos que asumir que nunca volveremos en 2006 porque es físicamente imposible", dice Niño Becerra. El crecimiento espectacular que vivió la economía, fruto "de una capacidad de endeudamiento absurda comparada con la capacidad de regreso", así lo demuestra.
Por otro lado, ha reclamado tomar medidas como "sanear la porquería de los bancos, asumir que hay deudas impagables, abordar el desequilibrio entre oferta y demanda de trabajo, y plantear el tema de la renta básica". Cómo que hacer todo esto en seis o siete años parece complicado, el economista tiene claro que "se tendrán que plantear micro actuaciones para favorecer los ingresos y la eficiencia". Un ejemplo podrían ser recargos a los coches con un solo ocupante o al uso abusivo de la calefacción en invierno.
"El ministro de Economía de un país como España no pinta nada"
Todavía más, según Niño Becerra "ningún ministro de economía de ningún país pinta nada". En su opinión, tendrían que intentar "coordinarse para abordar las problemáticas de todos los países, eliminando personalismos y colores , y elaborar una postura común respecto al paro y la deuda".
Finalmente, el economista se ha mostrado escéptico sobre el adelanto hacia una posible unión de los estados de Europa. "Vamos hacia el Europa de los clústeres, el Europa de las patrias pertenece a una realidad que ya seha ido.habrá zonas potentes, innovadoras, donde se focalizará la actividad económica con un gran pes de las grandes corporaciones", ha señalado. "Me dirán que esto no es muy democrático. Pues sí, pero es el que hay", ha concluido.