21
de Octubre
de
2014
Act.
21
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2014
Siempre hay una segunda oportunidad. O casi siempre, no existen verdades absolutas. Es el objetivo del programa Emppersona-Incorpora de la Fundación Pimec y la Obra Social La Caixa, plataforma de ayuda a las personas que han sido empresarias y a estas alturas están en busca de trabajo . Este martes se han dado a conocer testigos de unos y otros en un acto celebrado a Palau Macaya de Barcelona organizado por Pimec.
"Todo va surgir porque un miembro de la directiva llegó un día diciendo que un empresario, colega suyo de Manresa, se había quedado sin trabajo y esto nos impactó a todos", explica Ramon Vila, director de la Fundación Pimec y secretario del Patronato. Emppersona es el programa creado por Pimec hace cinco años que ponecontacto empresarios porque ayuden otros empresarios.
Ya se han gestionado 600 casos, es decir, 600 historias personales de empresarios que han puesto el marcador a cero para volver a empezar. Según Joaquim Limón, presidente de la fundación, se ha conseguido reinsertar un 75% de los casos, a través de la colaboración con diferentes empresas. De este porcentaje, el 30% rehacen su empresa, el 22% emprende en otro sector diferente y el 20% encuentran trabajo mediante el proyecto Incorpora, también de la Fundación. "Gracias a la solidaridad de los empresarios del país ayudamos a encontrar una segunda oportunidad en los autónomos que han perdido el trabajo", ha afirmado Limón ante el auditorio.
Usuarios del servicio –empleados, directivos y técnicos- han explicado sus experiencias, que son como un oasis de calma en medio de la tormenta. "Era todo yo un problema, todo el que decía era un problema y me supieron cambiar. Sentí que me animaban y que me encontraba en mí mismo". Es el que, con sinceridad, ha explicado el empresario Xavier Forn, ahora gerente de la empresa Tucan y antes usuario del programa Emppersona.
Historias de éxito desde el fracaso
Él ha explicado su reconversión profesional arran un fracaso empresarial... porque ponerle nombre y apellidos al desastre también es importante. "Con la crisis me quedé sin nada, era autónomo y no tenía nada pero tenía que pagar la hipoteca y ayudar mi familia", ha explicado Gerard Navarro, quien trabaja desde los 16 años a la empresa familiar. Ahora este trabajador de la construcción se ha reconvertido en cocinero y desde el abril pasado trabaja en un conocido restaurando de Barcelona como ayudante de cocina. "Espero de aquí a 10 años haber conseguido una estrella Michelin".
También Montse es una ex empresaria transformada en trabajadora por cuenta ajena. Después de "cuatro años de lucha", como ella cifra y durante los cuales no tenía trabajo, montó su propio negocio: un salón de belleza. Pero sólo fue una realidad durante ocho meses. Después el paro fue su realidad hasta que participar en el programa lo ha abierto las puertas de un nuevo trabajo. "El hecho importante era estar en casa y no pensar en todo el que me había pasado. Lo he pasado mucho y muy mal, pero he conocido mucha gente que me ha ayudado mucho y creo que la vida sí que te da una segunda oportunidad: se llama mañana", explica.
Generar riqueza, la clave
Las tres historias anteriores son ejemplos del que resume Carlos Printer, otro de los empresarios implicados en este proyecto. "No pasa nada si no consigues un trabajo como el que tenías antes. El importante es encontrar trabajo, estar dentro de esta sociedad", ha asegurado. "Al fin y al cabo, el que hagamos trabajadores y empresas es crear riqueza", destaca.
La cadena de venta de jamones Enrique Tomàs es una de las empresas que han participado en este programa. Su director de comunicación, Xavier Bru, ha participado en el debate para destacar que la calidad humana es el que busca su modelo de negocio. "Colaboramos casi por casualidad, pero nuestro negocio no funciona con dinero sino con personas y este programa aporta personas", ha reconocido.
Por su parte, Jaume Farré, subdirector del área social de Fundación La Caixa, ha asegurado que más de 8.000 empresas y 800 técnicos de incorporación laboralparticipan en el programa. Estos últimos velan por la buena marcha del trabajador a su nuevo puesto de trabajo, repasando los protocolos de la empresa y la adaptación del nuevo empleado para saber si todo el mundo está contento y ver si realmente el trabajo encaja con sus expectativas. Unas aspiraciones que a menudo "se reducen" a ser profesionalmente feliz.
"Todo va surgir porque un miembro de la directiva llegó un día diciendo que un empresario, colega suyo de Manresa, se había quedado sin trabajo y esto nos impactó a todos", explica Ramon Vila, director de la Fundación Pimec y secretario del Patronato. Emppersona es el programa creado por Pimec hace cinco años que ponecontacto empresarios porque ayuden otros empresarios.
Ya se han gestionado 600 casos, es decir, 600 historias personales de empresarios que han puesto el marcador a cero para volver a empezar. Según Joaquim Limón, presidente de la fundación, se ha conseguido reinsertar un 75% de los casos, a través de la colaboración con diferentes empresas. De este porcentaje, el 30% rehacen su empresa, el 22% emprende en otro sector diferente y el 20% encuentran trabajo mediante el proyecto Incorpora, también de la Fundación. "Gracias a la solidaridad de los empresarios del país ayudamos a encontrar una segunda oportunidad en los autónomos que han perdido el trabajo", ha afirmado Limón ante el auditorio.
Usuarios del servicio –empleados, directivos y técnicos- han explicado sus experiencias, que son como un oasis de calma en medio de la tormenta. "Era todo yo un problema, todo el que decía era un problema y me supieron cambiar. Sentí que me animaban y que me encontraba en mí mismo". Es el que, con sinceridad, ha explicado el empresario Xavier Forn, ahora gerente de la empresa Tucan y antes usuario del programa Emppersona.
Historias de éxito desde el fracaso
Él ha explicado su reconversión profesional arran un fracaso empresarial... porque ponerle nombre y apellidos al desastre también es importante. "Con la crisis me quedé sin nada, era autónomo y no tenía nada pero tenía que pagar la hipoteca y ayudar mi familia", ha explicado Gerard Navarro, quien trabaja desde los 16 años a la empresa familiar. Ahora este trabajador de la construcción se ha reconvertido en cocinero y desde el abril pasado trabaja en un conocido restaurando de Barcelona como ayudante de cocina. "Espero de aquí a 10 años haber conseguido una estrella Michelin".
También Montse es una ex empresaria transformada en trabajadora por cuenta ajena. Después de "cuatro años de lucha", como ella cifra y durante los cuales no tenía trabajo, montó su propio negocio: un salón de belleza. Pero sólo fue una realidad durante ocho meses. Después el paro fue su realidad hasta que participar en el programa lo ha abierto las puertas de un nuevo trabajo. "El hecho importante era estar en casa y no pensar en todo el que me había pasado. Lo he pasado mucho y muy mal, pero he conocido mucha gente que me ha ayudado mucho y creo que la vida sí que te da una segunda oportunidad: se llama mañana", explica.
Generar riqueza, la clave
Las tres historias anteriores son ejemplos del que resume Carlos Printer, otro de los empresarios implicados en este proyecto. "No pasa nada si no consigues un trabajo como el que tenías antes. El importante es encontrar trabajo, estar dentro de esta sociedad", ha asegurado. "Al fin y al cabo, el que hagamos trabajadores y empresas es crear riqueza", destaca.
La cadena de venta de jamones Enrique Tomàs es una de las empresas que han participado en este programa. Su director de comunicación, Xavier Bru, ha participado en el debate para destacar que la calidad humana es el que busca su modelo de negocio. "Colaboramos casi por casualidad, pero nuestro negocio no funciona con dinero sino con personas y este programa aporta personas", ha reconocido.
Por su parte, Jaume Farré, subdirector del área social de Fundación La Caixa, ha asegurado que más de 8.000 empresas y 800 técnicos de incorporación laboralparticipan en el programa. Estos últimos velan por la buena marcha del trabajador a su nuevo puesto de trabajo, repasando los protocolos de la empresa y la adaptación del nuevo empleado para saber si todo el mundo está contento y ver si realmente el trabajo encaja con sus expectativas. Unas aspiraciones que a menudo "se reducen" a ser profesionalmente feliz.