A pie de obra en la fábrica, en las oficinas, en los hoteles, en los restaurantes, en los concesionarios de coches o en las tiendas, todo vuelve despacio a la normalidad. Pero, a medida que escribo las palabras "todo" y "normalidad", suena un tono de llamada que gañe en mis orejas y que me ensordece.
Viernes noche, en el hotel Costa Brava de Platja d'Aro, con el presidente Aragonés disertando sobre turismo en la Tribuna de la Fundació Jordi Comas, mucha gente del turismo gerundense me confesaba lo contenta que estaba; interesante nivel de ocupación, argüía, busca de trabajadores cualificados, y reanudación de las inversiones. El mismo día, por la mañana, en Barcelona, empresarios del turismo me analizaban la repercusión del Mobile World Congress (MWC) frunciendo la nariz. La ocupación ha estado de cerca del 50% en los hoteles de cuatro y cinco estrellas, a pesar de recordar que seis de cada diez están cerrados y que el precio mediano de la habitación ha caído prácticamente a la mitad.
En un lugar, están esperanzados en este momento, en el otro, no lo tienen nada claro. Ambos necesitan la llegada de los turistas internacionales, pero en la Costa Brava se lo están manejando muy bien con los de proximidad. En el norte necesitan trabajadores para que salga el trabajo; en el resto, muchos trabajadores turísticos serán expulsados del sector mientras no llegan los turistas, que serán forzosamente distintos a los que nos venían en 2019.
En el norte necesitan trabajadores para que salga el trabajo; en el resto, muchos trabajadores turísticos serán expulsados del sector mientras no llegan los turistas, que serán forzosamente distintos a los que nos venían en 2019
Pasa una cosa parecida en bastantes despachos jurídicos, de arquitectura u otros servicios de cualquier dimensión: la digitalización adelgaza sus plantillas y la facturación, como la banca donde el negocio ya no es lo que era; a cambio, el Col·legi de Notaris acaba de anunciar un muy fuerte crecimiento de empresas en los cuatro primeros meses del año; y las oficinas de las consultoras están expectantes ante los proyectos europeos y contemplan un cuadrienio de alta ocupación y creación de puestos de trabajo.
En el sector de la alimentación, la mitad de los directivos cree que la situación del mercado empeorará en 2021 porque la reapertura de los bares y restaurantes reducirá el consumo al hogar y por lo tanto las compras a los comercios, según un estudio realizado por McKinsey y Eurocommerce, pero aun así sigue creciendo la superficie comercial física, señal de que muchos todavía ven un agujero.
Sigue cayendo la venta de vehículos a la mitad que en 2008, a pesar de que se duplica la compra de coches eléctricos este semestre respecto al de 2019, según datos de la patronal ANFAC.
McKinsey calcula que el stock no vendido en las tiendas textiles españolas se sitúa entorno a los 150.000 millones de euros
McKinsey calcula que el stock no vendido en las tiendas textiles españolas se sitúa entorno a los 150.000 millones de euros, pero, en Gràcia, el tendero a quien le compro la ropa, que reabrió tan pronto cómo pudo, me confiesa que la única manera de vender es ofreciendo descuentos: "Vivo de la clientela del barrio y usted no sabe cómo de mal lo está pasando la gente; este año toca aguantar y el año que viene todo irá mejor".
Recuperación seria
Baja intensamente el paro el junio y los ERTE caen bastante por debajo del medio millón de personas, espoleados por las vacaciones turísticas, la agricultura, la construcción y las actividades administrativas. El comportamiento de la economía en el último trimestre hace que instituciones sensatas como Foment del Treball hablen abiertamente de "recuperación económica seria".
La vacunación masiva cierra el periodo pandémico intenso de las restricciones, y el olor de los fondos europeos coloca el dinero donde siempre tendría que estar: a disposición de las empresas
No podemos negar, ni se tendría que hacer, los 600.000 parados más que a junio de 2019, ni los expedientes temporales de regulación de ocupación que permanecen en casa a la espera de la llamada de la empresa, ni que, a pesar de la reducción del paro, la baja ocupación de las mujeres y de los jóvenes sigue demostrando la cronificación de la situación laboral en España. Lo que hoy es un ERTE, mañana puede ser un ERE. No obstante, la vacunación masiva cierra el periodo pandémico intenso de las restricciones, y el olor de los fondos europeos coloca el dinero donde siempre tendría que estar: a disposición de las empresas.
La mayoría de los negocios relacionados con los viajes necesitarán un tiempo largo para reencontrar los clientes, que, justo es decir, serán muy diferentes a los de antes de 2019; esta crisis ha penalizado sobre todo los flujos presenciales. En cuanto al resto de las empresas, una vez superada la fase más intensa de la pandemia, se enfrentan a sí mismas. El reto no es otro que el de adquirir la cultura digital para transformarse.
Aparece un escenario favorable. Lo facilita el periodo post-pandémico dilatado, es decir, la quinta oleada y las otras de varias intensidades que vendrán. Solo lo podría entorpecer que se reproduzcan actitudes como la irresponsabilidad de los chicos infectados de Baleares y de sus padres. Hace pensar que las autoridades tendrán que rizar el rizo al aplicar las medidas adecuadas en cada momento y hacerlas cumplir tanto a los jóvenes como a los mayores, para que consumidores y proveedores de productos y servicios se vuelvan a encontrar en una situación más relajada que la de los últimos quince meses.