En la "Ciudad que nunca duerme" había de todo menos tecnología: publicistas, escritores, músicos, artistas, ... pero sobre todo financieros. Viví esos tiempos en primera persona, había aparecido allí y hacía tecnología, la gente me preguntaba a menudo, ¿qué haces aquí? En Nueva York se hace Marketing, Finanzas, Jazz, Musicales ... tecnología está en California !
Unos años más tarde, Nueva York se convirtió en un vibrante centro para startups de tecnología, un polo de oportunidades y atracción para todos los que hacen I.A., apps y software. No fue un cambio de modelo, sino añadir un nuevo modelo. ¿Cómo fue posible?
Ciertamente hay muchos factores, pero la administración del alcalde Bloomberg tuvo mucho que ver con eso y es por eso que es un caso de estudio interesante. Un ejemplo de cómo las intervenciones de una administración pueden transformar una ciudad.
Michael Bloomberg fue alcalde de Nueva York de 2002 a 2013, más de diez años. Esta larga duración de su administración es parte del secreto de su éxito y del impacto de sus políticas. Es uno de esos extraños casos de un alcalde republicano en una ciudad demócrata que ganó en 2001, en 2005 y en 2009 con una agenda en la que se mezclaron políticas sociales, como las escuelas públicas con autonomía (charter schools) o la construcción de viviendas sociales con moderación de impuestos y un estilo tecnocrático, podrían ser el resultado de su educación como ingeniero electrónico en la Universidad John Hopkins y con un MBA en Harvard.
"La transformación de Nueva York en hub tecnológico global tiene una simple primera explicación: el alcalde Michael Bloomberg fue uno de ellos"
La transformación de Nueva York en hub tecnológico global tiene una simple primera explicación: Bloomberg fue uno de ellos. Bloomberg fue un tecnólogo que hizo su fortuna haciendo software y terminales financieros que capturan, analizan y presentan información del mercado, transformando y tecnificando el trabajo de analistas y corredores, desde entonces vinculados a una pantalla.
Un elemento importante y a menudo olvidado de esta transformación fue el NY Tech Meetup que reunió a muchas de las personas en torno a la tecnología y fue una herramienta básica de networking y dinamización de todo el sector. Bloomberg, no era un extraño, era uno de ellos.
Pero todo comenzó mucho antes, con el distrito de Meatpacking, un nuevo distrito lleno de tiendas y hipsters, pero también de empresas de software que han construido la NYC Tech. Un hito clave para dar el salto del puñado de startups tecnológicas al hub mundial fue cuando Google en 2005 compró el Chelsea Market por $2.4B. Esto significó la llegada de una verdadera avalancha para el distrito y el sector. Hoy en día, sólo las cuatro empresas que conocemos como Big Tech (Amazon, Apple, Facebook y Google) tienen más de 22.000 empleados en Nueva York y han sido incluso capaces de añadir unos cuantos miles más también durante la pandemia.
Esta interacción entre BigTech, empresas tecnológicas que apostaron fuerte por la ciudad como Salesforce, y startups locales creó la NY Tech que todos conocemos con toda una serie de empresas como Bloomberg, MongoDB, Squarspace, Kaltura, Spotify, Vimeo o nuevas, ahora muy de moda, como Peloton que te trae el gimnasio a casa con sus bicicletas.
El Silicon Valley del centro de Nueva York
Por primera vez la réplica de Silicon Valley no estaba en las afueras de la ciudad, sino en el mismo centro. Este fue un fenómeno que Richard Florida destacó y rápidamente se trasladó a todas partes, a San Francisco, a Beijing, a San José, a Boston y a Los Angeles, a Austin, a Londres, a París y Berlín, a Shanghai y Hangzhou, a Bangalore y también a Barcelona.
Sin embargo, Nueva York carecía de un elemento clave, la capacidad de generar su propio talento y de tener poderosos centros de investigación universitarios en el campo digital. Ciertamente, NY tenía universidades entre las mejores del mundo y está muy cerca de hubs tecnológicos de clase mundial como Boston, donde están Harvard y el MiT, pero su propia oferta era escasa.
Bloomberg propició un movimiento de tres líneas. Primero impulsó las ofertas existentes en universidades como Columbia o City College. Luego ayudó a que la Polytechnic University, una universidad que participó con el programa Apollo, con algunos Premios Nobel y Turing Awards (Judea Pearl) y un grupo de ilustres estudiantes como Stephen Morse (The Morse Law, creador del Intel 8086) se uniera a la Universidad de Nueva York y se convirtió en NYU Poly.
"Por primera vez, la réplica de Silicon Valley no estaba en las afueras de la ciudad sino en el mismo centro. Este fenómeno que Richard Florida puso de manifiesto se trasladó rápidamente a todas partes. También en Barcelona"
Pero Bloomberg no tenía suficiente y convencido de que las innovaciones top son el resultado del talento top y de las universidades top, quería promover una universidad de tecnología aplicada orientada hacia el emprendimiento y la creación de puestos de trabajo altamente cualificados, de ahí Cornell Tech.
Cornell Tech fue el resultado de un estudio que el alcalde Bloomberg encargó en 2008 que concluyó que la ciudad tenía grandes oportunidades en tecnología y recomendó crear toda una serie de incubadoras y un early stage fund : NYC Big Apps.
Se creó un concurso internacional en el que se solicitó la participación de las principales universidades del mundo, 18 respondieron, el premio fue de $100M y el suelo para construir gratis en el centro de Manhattan. Todas las grandes universidades como Stanford, MiT, Carnegie Mellon, NYU, Indian Institute of Technology, University de Toronto, ... participaron.
La ganadora fue la propuesta conjunta de Cornell y el Technion de Israel, con una propuesta para crear 28.000 puestos de trabajo (20.000 en la construcción y 8.000 académicos), y proponer la incubación de 600 empresas que contribuirían con $23B y 1.4B en impuestos en los primeros 30 años. El proyecto inicial preveía 200 profesores y 2.000 alumnos en un espacio de 190.000 m2. Se inauguró en 2012 en un espacio cedido por las oficinas de Google con la presencia de los dos cofundadores, Sergey Brin y Larry Page, que donaron parte del espacio de sus oficinas a Cornell Tech. El primero de los edificios abrió el 13 de septiembre de 2017 y se prevé completarlo este mismo año.
Una historia que empieza...
La historia de Nueva York como capital tecnológica apenas está empezando, una transformación de la que hemos visto muchos frutos, pero de la que veremos muchos más cuando todo este talento se convierta en innovación y empresa.
En esta tercera entrega de territorios que, desde posiciones de crisis, desde posiciones de crecimiento o de transformación han sido capaces, en un espacio de tiempo relativamente corto, de hacer un cambio de modelo, tal vez sea un buen momento para reflexionar sobre los elementos que lo han hecho posible.
Más allá de condicionantes como una fiscalidad favorable, unas comunicaciones y un clima atractivo (no siempre, no es el caso de Finlandia ...), encontramos cuatro importantes.
El primero es el talento. Sin talento no hay posibilidad de hacer innovación y en todos los casos vemos la necesidad de trascender el talento local e ir al talento global top. Innovación top exige talento top. En todos los casos también observamos una alta concentración del mejor talento que supera las necesidades de la zona. Es este exceso de talento el que se transforma en innovación, startups y atrae los centros de las grandes empresas tecnológicas.
Sin embargo, el talento top ni puede vivir ni vendrá sin oportunidades top. Hay un punto desde el cual los hubs estallan y esto viene dado por la concentración de oportunidades que hacen que el talento top local quiera quedarse mientras atraen al foráneo. Estas oportunidades, que quieren decir salarios altos, trabajo capaz de marcar la diferencia y organizaciones con una alta reputación, se concretan en centros públicos de investigación y Big Tech, startups innovadoras y empresas medianas, pero con mucha visibilidad, crecimiento e innovación.
Las oportunidades son cruciales en este modelo porque representan la fuerza de tracción gravitacional del hub, del planeta. Sin oportunidades, el talento emigrará y el hub no podrá retenerlo.
Los dos últimos elementos son más intangibles, pero igualmente importantes. El primero es el networking, tanto interior como exterior. La innovación es recombinación y la recombinación necesita colisiones y encuentros, el networking proporciona estas colisiones y encuentros que de otra manera no serían posibles. Esto no sólo es importante para el proceso de innovación, sino también para la creación de oportunidades. En ambos casos necesitamos este networking tanto a nivel local como global. Estar conectados con centros de innovación, talento, Venture Capital y grandes organizaciones que pueden multiplicar un proyecto es vital. Hemos visto ejemplos ubicados en aceleradoras, co-workings, pero sobre todo en reuniones informales tanto online como situadas en el mundo real.
El último es la proyección exterior. Shenzhen es el Silicon Valley chino, Finlandia es el país de la innovación y Nueva York es la capital del mundo. La projecció exterior es un factor imprescindible per captar talento, oportunidades y networking.
El resultado de estos factores es lo que hemos visto en estos tres capítulos. Un ecosistema vibrante compuesto por los mejores centros de investigación, universidades punteras, Startups deseosas de comerse el mundo, Scale ups, empresas medianas que aspiran a todo y Big Techs y multinacionales que buscan la nueva innovación que las hará crecer aún más.
Un ecosistema innovador y próspero donde sus habitantes pueden ser y dar lo mejor de sí mismos. Aquí la fórmula:
Talento x Oportunidades x Networking x Proyección = Centros de Investigación & Universidades top + Startups + Scale ups + Big Techs